El único espacio que nos acerca a la evaporación
está en las letras
Rojo.
Con el calor uno quisiera ponerse a cazar ratones, evaporarse, la evaporación tomada acá como símil de la traslación, el rotar la materia.
Pongo por caso, el mes de abril en las calles de la ciudad de Oaxaca. 16:00, sin concluir la jornada con percepción del calor sobre los cuarenta y ocho grados a la sombra. Uno quisiera evaporarse.
Los cabellos pesan, las mangas de la camisa, los ojos, la mirada, el aliento.
Las voces.
Estamos muy lejos de saber lo que va a ocurrir, desconocemos los asuntos de la clarividencia; intentamos saber porque nada sabemos del oficio de los viajes; no obstante, nos gusta el drama que nos lleva a preguntar por el futuro.
A la hora del calor ¿dónde refugiarse?
Rojo.
Bien pensado, el sentimiento de traslación también nos lo ofrecen las tiendas, el espacio cerrado que cuenta con clima artificial. La economía de nuestras sociedades, la elevación de los grandes capitales se funda en espacios del aire artificial (esta realidad nos indica que debemos tomar más en serio el pronóstico del tiempo).
Pasa la hora del calor, el aire refresca.
¿Tú también te sientes dentro de un hechizo?
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Rojo.
Cuando inicié en el periodismo me enseñaron una regla: habla de bikinis en verano y de abrigos en invierno.
Lo importante ocurre el lunes, guarda la nota fuerte para trabajar el domingo. Si el dolor de no saber se repite vivirás dos veces la semana; el que hace el periodismo habita dos o tres días por adelantado.
La mujer, los hombres hacen sus horas con la idea de la vida transmitida por los medios de comunicación que, a su vez, se rigen por reglas del gobierno.
Pero el poder es el sitio que puedes intervenir.
Trabaja de día, duerme de noche.
Trabaja en las madrugadas, sé sonámbulo de día.
El clima rige la convivencia de las congregaciones; vende Biblias en los tiempos del infortunio, barbijos en pandemias; camas en comunidades de obreras.
Rojo.
Busca el juego que guarda relación entre opuestos.
Nunca vendas libros al que progresa ni alfombras en el campo. Lucha por la creación de ciudades, en ellas venderás palabras: trabaja con la idea de que tu quehacer no lleve más quehacer a los clientes sino la fresca y cristalina idea que muestre que el reposo es lo mejor que nos ocurre en esta vida.
Muestra tus productos como si estuvieran poseídos con la extraña facilidad de la adquisición, puesta ella al alcance de la mano.
Para eso te ayuda el clima, sobre el clima se realiza la fortuna.
Porque al final de la jornada el clima hace coincidir la idea de las bendiciones -la correspondencia recibida por el esfuerzo realizado; al final de cuentas, la bendición es el mejor ejemplo de traslación.
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