OAXACA, Oax. (sucedióenoaxaca.com).- Con una actitud cuasi dogmática la mercadotecnia ha conseguido que al menos cuatro generaciones hayamos creído que la solución para satisfacer las necesidades de vivienda está en los materiales industrializados que dependen en gran medida de los hidrocarburos.
Del mismo modo que los zares de la agroindustria han querido convencernos del uso de semillas y polinizadores transgénicos como alternativa para darle de comer a los seres humanos.
Las verdaderas respuestas para dar cobijo y sustento por varias generaciones a quienes poblamos el planeta están en el uso moderado y consciente de los recursos naturales.
La destilación de agaves es una de las actividades agroindustriales más contaminantes en México. Basta revisar el volumen de sus desechos, que conducidos adecuadamente pueden convertirse en una rica fuente de subproductos.
Algunas casas destiladoras están desarrollando procesos integrales que promueven la destilación a través de procesos artesanales, la creación de bancos de semillas y el uso de los subproductos para impulsar iniciativas tan nobles como respetuosas con el medio ambiente, como la construcción de vivienda.
En pleno siglo XXI un tercio de los seres humanos que estamos de paso por el planeta vivimos en casas hechas de tierra.
Alrededor de la tierra cruda se promueven otras iniciativas como las que se ocupan de la restauración de los paisajes de los Valles Centrales de Oaxaca, la conservación de los mantos hídricos y las distintas especies de agaves endémicos, encabezadas por algunas casas destiladoras.
La obra culminante de la exposición es la video-proyección de la coreografía del mismo nombre -La tierra es cruda… y sin embargo se mueve- de Tania Galindo y Mauricio Cervantes, grabada y editada por Leonardo Delgado en un espacio escénico recreado con una embarcación de tierra cruda.
Son notables en dos de las instalaciones, la participación de músicos como Shirley Hunt, Jacob Cruz, Roberto Gopar y la compositora Mariana Villanueva, quien ha creado partituras para el proyecto.
La obra del artista contemporáneo regio, radicado en Oaxaca, se compone de complejos escultóricos con monolitos de tierra cruda y fibras de maguey que recrean procesos bio-constructivos de la arquitectura vernácula.
El juego de conceptos en el título alude a la posición que Galileo sostenía en contra de los dogmas instituidos por la iglesia, sobre el movimiento de la Tierra en relación al sol. La historia y la ciencia le darían la razón al astrónomo italiano.