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Mezcal con cedrón/Aforismos para el Cabo de Año de Eusebio Ruvalcaba

Para los integrantes de la marinería

que no encuentran paz para su corazón

y buscan el alcohol

para olvidar su propia existencia.

Para Eusebio.

 

  1. Si de buscar la felicidad se trata, de encontrar la fórmula secreta y su desarrollo que te lleve a conquistar la dicha, en la tlapalería del barrio te podrán despachar la pala para cavar tu fosa; allí atienden a altas horas de la noche.
  2. Un patrón le preguntó al albañil zapoteca si era capaz con su español revolcado de levantar un muro y terminarlo a plomo:

___ Si hijo hago, ¿qué será un pinche muro? –respondió el esforzado trabajador.

  1. Nadie avanza atenido a sus ilusiones, dijo Eusebio. Le preguntaron a Marcelino -un viejo soldador de San Blas Atempa-, aquel mediodía de sol inclemente, ¿le temes a la muerte?

___ No, para nada –dijo y suspiró-: ¿acaso piensas que buena vida llevo?

  1. Los niños, los brujos y los perros son capaces de ver el futuro; pero no lo dicen porque hablar les resulta una pérdida de tiempo; acorta el tiempo del juego.
  2. Escribe y olvida, dijo Ruvalcaba, los que escriben y recuerdan son fantasmas.
  3. Quiero morir y que me sepulten en Oaxaca, dijo Eusebio. Ningún amigo cumplió su deseo. En las madrugadas de viento frío que baja de Monte Albán, a la hora del Mingo, lo escucho hablar con Brandon –el perro fiel- allá en San Martín por la Secundaria: “Yo fui el embajador del mezcal”.
  4. Dijo Guadalupe a su enamorado cuando el hombre le bajaba el cielo y las estrellas a cambio de un beso:

___ No pidas, a ninguna mujer le interesa un pinche hombre que pide.

  1. “Quiero morir”, dijo la anciana a su hija. “”Que los hombres de la casa salgan a cavar la fosa; cuando escuche que caen las paletadas de tierra cerraré los ojos, pensaré que estoy muerta, y entonces moriré”.
  2. ___ Tina, ¿por qué no habría la puerta?, ¿no le interesa cuidar su negocio? –preguntó el borracho a la anciana que vendía mezcal.

___ Ningún hombre vale la pena para que una mujer interrumpa su sueño en la madrugada –respondió la dueña de la trastienda.

  1. En las calles de la colonia Margarita Maza, allá en Oaxaca, en las madrugadas de viento se escucha un grito largo: “Teresa Ruiz, te amo”.

Eusebio Ruvalcaba escribió mi epitafio:

«Las alas de los ángeles son de alcohol ciento por ciento de agave».

 

San Martín por la Secundaria, Oaxaca, 7 de febrero del 2018.



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  1. Carlos Zubia

    Nunca le intereso la inmortalidad, pero se que desde allá donde esté (¿El cielo? ¿El infierno? ¿El más allá?) sonreirá, pues un sujeto a quien no conoció en vida, con quien jamas compartió un trago fisicamente, lo recuerda con cariño, como quien recuerda a un gran amigo, a un tío, o a un abuelo.

    Sigue descansando en paz, dulce monstruo, gracias por todos los tragos que compartimos a la distancia, por tus escritos y tus libros, por enseñarme de música y poesía.

    Bendito seas, maldito Eusebio.


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