En Puerto Ángel, este día, los pescadores se hacen a la mar, adornan sus lanchas con coronas de flores, suben la copa del incienso, cantan y rezan a la Virgen del Carmen, patrona de los pescadores.
Carmen, en latín, es poema. Originalmente se referían a un hechizo o plegaria, viene del verbo cano, que significa cantar.
El peregrinaje al sitio del milagro emerge en forma recurrente en todas las culturas. Nos festejamos por contar con un sitio del canto y la alegría, el lugar maravilloso donde se elevan las plegarias, los poemas.
Afirmo que Oaxaca merece toda se cantada y contarla, ¿por qué lo digo? Porque ante la tanta necesidad y carencia, ante la enorme miseria y abandono que sufren las comunidades -más de 10 mil localidades- será necesario recurrir al espacio maravilloso de lo extraordinario, las plegarias para convocar la llegada de los dones, ayuda.
Oaxaca como el sitio de los cármina.
El gobierno local va en sentido contrario de la tradición, impone modelos económicos, mercadotecnia para apoyar a una población que ya lo ha visto todo y no cree en nada, que está a un paso de la desesperanza.
Los tiempos de la tradición popular son perfectos. En julio, a mediados, el 16, la gente se marcha hacía la mar, para agradecer a las potestades naturales el espacio, el tiempo para hacer la vida; asumen que cantar es estar vivo, agradecer.
En julio, a mediados, luego de violentar las tradiciones de los zapotecas, los mixtecas, el poder religioso organizó el festejo de las naciones indígenas al crucificado, a la imagen del hombre sangrante en la cruz, el redentor. Impusieron alabanzas y peregrinaciones, obligaron al pueblo a una tradición que no era de ellos.
El gobierno del estado la llama Guelaguetza. Que representa imposición, maltrato, violencia contra las costumbres de los pueblos de Oaxaca. También significa comercio, hincharse las bolsas con dinero de los patrocinadores y turistas que llegan a presenciar un espectáculo a la manera Disney, donde los indígenas agradecen la visita de los blancos.
Oaxaca es el espacio del sincretismo donde impera el comercio, la tradición del dinero que nos dejaron quienes obligaron a los indios a levantar templos y capillas que hoy son motivo de la nueva peregrinación.
Si vemos bien el origen de Carmen, la celebración de los pescadores en Puerto Ángel, quizá nos demos cuenta que la gente confía en lo extraordinario, en la magia de los sucesos que no tienen explicación lógica, en los poemas.
Tengo una hija que se llama Carmen, poema, es bióloga marina, científica de los mares, lleva ese nombre por la poesía y en homenaje a un sitio minúsculo, Puerto Ángel, que realiza una celebración popular en este día a Nuestra Señora del Carmen, patrona de los mares, los pescadores.