El cargo intelectual mayor que tuvo Paco Ignacio Taibo II fue la dirección del suplemento La Cultura en México de la revista Siempre a la salida de Carlos Monsiváis en 1987. Sin embargo, duró apenas un año: del 5 de marzo de 1987 al 1 de abril de 1988. ¿La razón? Confundió “lo intelectual con lo corriente” y escribía “una serie de leperadas”, además de que presentaba recibos de sus seudónimos para cobrar colaboraciones adicionales.
Taibo II había sido escogido por Monsiváis para dirigir el suplemento que había marcado la vida cultural y política del país en dos tiempos: de 1949 a 1961 en Novedades y de 1962 a 1987 en Siempre! La revista Política en los sesenta, las dos versiones de La Cultura en México (con Fernando Benítez y Monsiváis) y Plural de Octavio Paz en Excélsior lograron abrir la concha de la política autoritaria por el lado de la crítica del sistema político desde la cultura.
El suplemento logró un precario equilibrio entre la cultura oficial, la cultura progresista priísta y los escritores que militaban en el Partido Comunista Mexicano. Ante la cerrazón autoritaria de espacios de crítica en medios políticos, la cultura fue una salida sin romper con el institucionalismo priísta. 1987 fue clave: el fin de la clase política priísta tradicional progresista articulada al nacionalismo revolucionario del sector social del PRI y la toma del poder por los tecnócratas vinculados a Carlos Salinas de Gortari.
En el penúltimo suplemento dirigido por Monsiváis apareció un texto de Taibo II sobre su militancia con las organizaciones estudiantiles del CEU. Al tomar la dirección de la publicación, Taibo II se llevó a La Cultura en México a escritores militantes del PCM. El suplemento pasó de la cultura política como espacio para la crítica a la política paulatinamente por encima de la cultura. Los peor fue el espíritu de clan bajo el control férreo de Taibo II, un escritor señalado de excesos autoritarios, personalistas y, paradójicamente, sectarios.
El problema de Taibo II ha sido la subordinación de la cultura como expresión del conocimiento universal a la política. Para él, de acuerdo con su historia, la cultura está subordinada a la política. Y no pasará mucho tiempo en el Fondo de Cultura Económica para que su sectarismo político choque con las exigencias plurales de la cultura.
En su texto de despedida de La Cultura en México el 1 de abril de 1988, Taibo II no ocultó su frustración y culpó a los demás de su propia derrota: “dichosos los enanos culturales porque de ellos será el reino de los suplementos”, escribió; “les llegarán sobres sin nombre ni remitente con dinero, próvida les dará estampitas de san Juan Bosco y serán jurados de más de un concurso literario”.
Pero luego de echarles lodo a esos intelectuales no identificados, a renglón seguido les dice que ellos no provocaron su caída. “No hubo censura ni auto censura”, “a pesar de las múltiples presiones que existieron y abundaron para que se entregara en un plato nuestra cabeza”.
La historia de los espacios culturales escritos se había abierto hacia 1987: la revista Vuelta de Paz desde 1976, el enfoque de cultura política de Uno Más Uno desde 1977, la revista Nexos de Héctor Aguilar Camín en 1978, los espacios culturales en La Jornada y más tarde en El Financiero, la corta vida de El Machete de Roger Bartra. En 1987 se dirimió la sucesión presidencial del PRI a favor de Salinas de Gortari y el alineamiento ya sin trabas del neoliberalismo económico, ideológico y cultural (éste con la alianza Salinas-Aguilar Camín).
Por las declaraciones de Pagés Llergo, las razones no fueron ideológicas, ni políticas, ni de la burocracia en el poder, sino de la asunción del suplemento por Taibo II sin respetar estructuras. El valor de México en la Cultura y La Cultura en México radicó en el espacio casi inventado de una “izquierda cultual” plural y no dogmática, aunque a veces con justificaciones de dictaduras que generaron polémicas intelectuales. Muchos escritores comunistas fueron publicados, pero sin caer en el dogmatismo.
El perfil del suplemento en la fase Taibo II pasó de la cultura como espacio para el debate de la política y las ideologías a una línea editorial anti sistema y anti Estado. Sin el esfuerzo de pasarlos por el ojo de la aguja de la cultura, los movimientos sociales anti Estado atragantaron el suplemento cultural. No fue el rechazo a esos movimientos: Monsiváis hizo crónica sobre la fundación de la CNTE y sobre la crisis política en Juchitán, pero sin ser panfletos, a pesar de sus simpatías.
Para Taibo II, “el proyecto (de su fase en el suplemento) nació con vocación de informar y tomar partido en lo social”, dejando la parte cultural en segundo y tercer plano y a veces sin presencia en un suplemento cultural; así, La Cultura en México fue más un suplemento político en una revista política. Lo reconoció el propio Taibo II: “si de algo nos arrepentimos es de no haber encontrado la calidad narrativa”.
Este Taibo II es el que ya llegó al Fondo de Cultura Económica.
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Política para dummies: La política debe ser una expresión cultural de los ciudadanos.
@carlosramirezh