Pero todo se olvida, todo queda atrás.
CRISTINA RIVERA GARZA | Había mucha niebla o humo o no sé qué
I
Me llamo Cirino Hernández Mesinas, soy nativo de San Mateo, vivo en el núcleo rural Peña de Letra, mis abuelitos fueron Victorino Hernández Santiago, mi abuelita Jesús Santiago Santiago, padres de mi papá, y los abuelos maternos: Natalia Mesinas López, su papá se llamó Carlos Mesinas, que viene de ascendencia de españoles que trabajaron en la mina en Contreras, San José Contreras.
II
Kaba Teku, la calle, tiene un origen mítico: en otro tiempo, cuando no había camino, existían viviendas esparcidas por el lomerío y la inmensidad del bosque; entre casa y casa la vecindad era distante, en casos de emergencia, la entrada de bandoleros a la comunidad o de algún inminente peligro, los vecinos alertaban a través del eco (dice la leyenda que eran dos compadres): hacían sonar una roca, hablaban a la piedra y el eco era el aviso del peligro.
III
El viento helado recorre la única calle pavimentada de Peña de Letra, núcleo rural, sube la cuesta como una cicatriz que palpita a dos mil 400 metros de altura: tierra roja sobre la única calle pavimentada, de nombre Kava Teku, que se alarga entre casas de adobe y lámina zinc que se levantan sobre los restos de un bosque de pinos.
IV
El humo del fogón se eleva muy temprano sobre los techados. A las ocho de la mañana suena el timbre de la escuela telesecundaria, no más de ochenta adolescentes corren a sus aulas. Los alumnos legan del centro de San Mateo Tepantepec; de las comunidades. Algunos tienen que recorrer dos horas de camino, atravesar arroyos crecidos, veredas, para llegar al salón de clases.
V
Las tradiciones del pueblo van igual, aunque hay unas partes en que se están modificando: antes en un casamiento cargaban la novia, bailando entre dos personas, cruzando sus manos y así sentada en los brazos iba la novia mientras están bailando, mientras suena la música típica de ese tiempo, música de tabla, es lo conoce como San Balilú.
VI
San Balilú, música de guitarra de tabla se está quedando atrás. Mi abuelo me dijo que en las bodas se tocaba una canción, tenía por nombre 20 pobre, con esa música bailaba la gente. Pasado el mediodía las pastoras, dos vacas, seis chivos, cuatro borregos, caminan con la vara en alto: azuzan a las bestias. El cielo azul (cielo de zafir), despejado, anuncia frío. Las mujeres cuidan de los animales mientras sus hombres salen a la ciudad o migran.
VII
El camión que va a Oaxaca todos los días hace sonar el claxon a las tres de la mañana, lleva ilusiones, esperanzas; de vuelta volverá a pasar a las ocho de la noche, traerá cabeceos y bultos con la compra junto a la amargura silenciosa. Entre las horas de la madrugada y la noche, junto al bosque de pinos, crecerá el sol que quema inclemente; por la tarde, la niebla silenciosa hará su arribo, ocultará a la temerosa luna, sus esquivos luceros.