En el principio fue el miedo,
luego vinieron las palabras
(algunas trajeron terror)
Y veo las cosas más claras, el combustible que aporta el relato permite abrir mi sensibilidad a la vida cotidiana de gente extraordinaria.
Uno
El mezcal ocurre en el orden del lenguaje, como alteración de lo de sentidos expresada en palabras, expresada con la enunciación de la sinestesia. Percibes las notas olfativas, líquido, y al impacto de las notas con las fosas nasales, la memoria te conduce a la infancia ya olvidada. En cada sorbo conviertes en petricor el retrogusto. Te das de “besos” de mezcal. Presencia de los labios, anhelo que hace el momento de la palabra que no existe con la imagen prefigurada en lo más profundo de los recuerdos. La memoria escuece, se retuerce en su laberinto de neuronas, reconoce las notas olfativas que carecen de nombre en el lenguaje ordinario.
Dos
Puedo imaginar esta imagen: Frente al mezcal ocurre el tiempo del Poema-instante. Choque del silencio con la palabra recordada, aquella que se carga en la punta de la lengua y se olvida; masticamos palabras con cada sorbo. Sobre el mezcal los sentidos galopan desbocados; eres Adán y eres Dios, eres lengua.
Tres
Puedo hablar de la planta, de la enorme variedad de especies con las que cuenta Oaxaca, de la gente, las manos de alquimista con las que cuentan; de mujeres y hombres que guardan en su memoria la proporción exacta de las partes que componen el mezcal. Siento que cualquiera puede levantar la voz para decir mentiras. La escritura es hija del instante, la presencia cotidiana de los mezcales me obliga a escribir de las ollas, del barro primigenio que recibió el destilado. ¿Quién hizo las primeras ollas para los palenques? ¿De que manos vienen? Puedo decir que la gente de otra raza pensó que era posible recibir en ollas el producto del fuego. ¿De quién fue la idea? ¿De qué pueblo? Nosotros trabajamos las plantas, no el barro.
Cuatro
A veces creo que escasean las palabras para nombrar a las plantas; que la lengua cotidiana, no alcanza para nombrar la experiencia recibida o que la ciencia utiliza un lenguaje escrito basado en la lengua muerta, el latín. En ese instante en que las palabras no alcanzan imagino al hombre, la mujer que camina por el monte con unas letras en la cabeza, recargada la sombra en el sonido del nombre científico: potatorum, por ejemplo.
Cinco
Aquel hombre, aquella mujer serían desdichados. ¿Qué futuro les espera? Nadie encontrará su destino en cuanto pronuncie el nombre científico que relaciona al maguey tobalá con la papa.
Seis
De las plantas que llevan por nombre Karwinskii o.marmotara; la suerte cambiará en cuanto repita las silabas del nombre común. A veces me pregunto quién fue el que observó rasgos de “papa” en la singular, esquiva, especie de los agaves, ¿quién ocultó en una planta de agave el mármol? Misterio de los misterios, el nombre científico que hace poco común la planta próxima, la especie que contiene nuestra alma.