Mientras la dinámica política nacional e internacional establece por sí misma la agenda de distractores, la principal tarea de gobierno se sigue centrando en el tema de la sucesión presidencial de 2024 y fortalece el funcionamiento del mecanismo para definir los aspirantes oficiales de donde saldrá ungido el sucesor del grupo en el poder.
La revista semanal digital Palacio Nacional 2024, editada por el grupo de Indicador Político y el periódico El Independiente, registra en su edición número 13 de hoy lunes (https://indicadorpolitico.com.mx/?page_id=12227) un nuevo elemento sucesorio que no tuvo registro político en las avezadas columnas dedicadas a la especulación política: la primera aparición pública formal del flamante secretario de Hacienda y Crédito Público, Rogelio Ramírez de la O, pero no para esclarecer el confuso panorama de desaceleración económica que se enfila hacia una recesión o estancamiento, sino para posicionarse como figura político en el homenaje luctuoso a Francisco I. Madero el pasado 23 de febrero en Palacio Nacional y ante la presencia del presidente de la república.
Con su presencia y discurso, Ramírez de la O irrumpió en la lista sucesoria en donde solo un secretario de Hacienda ha sido presidente de la república (José López Portillo), otro llegó a la fase final (Pedro Aspe Armella) y cuatro emergieron de la Secretaría de Programación y Presupuesto (Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari, Luis Donaldo Colosio y Ernesto Zedillo) como la oficina clave de las finanzas públicas. En este sentido. el posicionamiento político de Ramírez de la O no debe pasar desapercibido en los apuntes de los sucesologos de tiempo completo, junto con la incorporación formal, por razones de su trabajo político, del secretario de Gobernación y amigo personal del presidente López Obrador, Adán Augusto López Hernández.
La revista Palacio Nacional 2024 aborda otros temas: el primer acercamiento al escenario sucesorio mexicano en el contexto de la geopolítica en era de incertidumbre, recuerda la sucesión presidencial de 1976 donde se rompió el orden sistémico al privilegiar la economía sobre la política con la nominación de López Portillo y Gerardo Lozada introduce un elemento importante como la crisis política derivada de las delaciones de Juan Collado, conocido como el abogado del diablo o o como personaje tele novelero tipo Juan del Diablo.
Rafael Abascal revisa tendencias y estadísticas de la elección en Aguascalientes donde la coalición PRI-PAN-PRD tendría hasta hoy su primera victoria, aunque con un registro ascendente de Morena por efecto de la dinámica presidencial. Patricia Campos documenta y analiza el escenario en el cual se mueve el presidente de la Corte, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, y su labor a favor del carril jurídico de la 4ª-T, con algunos indicios de que se estaría preparando una iniciativa de reforma constitucional al régimen de gobierno.
El politólogo Diego Velázquez posiciona la neurosis de presencia pública del consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello y explica la propuesta de esta élite burocrática conservadora para difundir una visión liberal democrática en confrontación directa al partido Morena; se trata, señala Velázquez, de una visión clasista, inclusive racista, de la sociedad mexicana con el discurso de Córdoba en tono institucional y moderado, individualista, que no oculta a los grupos conservadores de poder que quieren oponerse vía el INE a la democracia popular participativa del presidente López Obrador.
Marcela Maldonado Bodart cruza la información de la reorganización política de la sociedad mexicana en el escenario de la crisis Rusia-Ucrania. Samuel Schmidt aborda el posicionamiento de las organizaciones religiosas mexicanas con la nueva compartimentación política e ideológica del sistema de partidos, sobre todo con la tradicional vinculación de esa derecha religiosa con la ultraderecha panista y el efecto en la desvinculación de la nueva alianza PRIAN de las bases sociales populares de ambos partidos. Y Mentor Tijerina revisa el tema del dedazo presidencial en la designación del candidato oficial, pero señala que ese mecanismo fue producto de la cultura política del viejo régimen de dominación priísta.
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Política para dummies: La política es de signos y señales, pero también de indicios,
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