SANTA LUCÍA DEL CAMINO, Oax. (sucedióenoaxaca.com).- Salman Rusdhie está en Oaxaca.
Autodefinido como “criatura” de las ciudades, el polémico autor permanece atento a las expresiones de cultura y tradición de los pueblos; luego de vivir en Bombay, Londres y Nueva York pasará la celebración a los muertos en la Verde Antequera.
El escritor fue el invitado al cierre de la 39 edición de la Feria Internacional del Libro Oaxaca 2019, donde atestiguó la entrega del VI Premio Internacional de Literatura “Aura Estrada” que esta vez recayó en la escritora poblana Natalia Trigo.
Luego de 21 años de su primera visita, encuentra al centro histórico de esta ciudad igual, “sólo con algunas casas pintadas”.
Amigo de escritores mexicanos como Carlos Fuentes y Carmen Boullosa, viaja a la ciudad de México con alguna frecuencia.
En su visita, antes de la entrega del premio “Aura Estrada”, sostuvo una intervención pública donde habló de migración y de otros temas propios de su actividad literaria.
La gente está asustada por las diferencias, el racismo es un problema global, el desequilibrio económico en el mundo origina la migración, reconoció.
Originario de Bombay (1947), en la India, migró en su adolescencia a Londres donde realizó sus estudios. Se definió como “un migrante de toda la vida, he sido migrante dos veces: de Bombay a Londres, de Londres a Nueva York”.
El autor cruza las piernas, se arrellana en el sillón, pone las manos sobre su rodilla antes de emitir sus opiniones, con marcado acento londinense recalcó: La India en que crecí nació de un proceso sangriento, migratorio; toda mi vida he celebrado lo que la inmigración trae a la cultura.
Rushdie, autor de Los Versos Satánicos y de un libro que resulta encendida defensa de la guerrilla de Nicaragua, La sonrisa del jaguar, publicado en 1987, cuenta con una obra ligada al continente americano: su estilo literario, desde sus inicios, fue calificado como realismo mágico escrito en inglés, llegado desde la India.
Una tarde de domingo en Oaxaca, el autor que debate en distintos foros internacionales, perseguido por la intolerancia religiosa que puso precio a su cabeza, casado con Clarisa Luard, Marianne Winggns, Elizabeth West, Padma Lakshmi, que cuenta como lengua materna el inglés y el urdu, tiene la nacionalidad británica-estadounidense.
Remarca sobre la inmigración: “No es algo que temer, es algo que disfrutar, la inmigración puede mejorar la cocina, por ejemplo”, dijo.
Sobre su actual estancia en los Estados Unidos, sostiene que “hay un problema en el país, que es el habitante de la Casa Blanca”.
En torno a la lengua y los asuntos literarios mencionó que son necesarios poetas y narradores que piensen en decir cosas nuevas, depende del trabajo que se haga entre todos; en otro tiempo los libros impactaban más, ahora la gente quiere leer análisis que no sean imaginarios.
Recalca la actualidad en la industria editorial: “Para el gran público la no ficción es más atractiva que la ficción”.
De la ficción narrativa dijo que habla sobre la naturaleza humana, lo que somos y lo que imaginamos, “aquello que hace mejor la literatura es que nos hace entender por qué hacemos lo que hacemos”.
“Pero esa comprensión -agregó- requiere un tiempo de lectura, siempre tenemos tiempo pero lo perdemos”.
De su gusto por la lectura mencionó: “No leo libros que carezcan de sentido del humor; estoy de acuerdo con el pesimismo, sí, pero la desesperación es un lujo”.
De las redes sociales, dijo: “Facebook es para viejos, no soporto el Twitter; las nuevas generaciones buscan sus propias expresiones en otros espacios como Instagram”
“Las generaciones se han hartado -sostuvo-, hay una cuestión de transición en el lenguaje y las formas de comunicarse”.
Salman Rusdhie pasará un par de días más en Oaxaca, quiere vivir la experiencia de las festividades del Día de Muertos en los Valles Centrales.