SAN JUAN DEL RÍO, Tlacolula (sucedióenoaxca.com).- Aunque se ha demostrado en otros países de Latinoamérica, como Colombia y Venezuela, que la enseñanza musical constituye uno de los ejes más fuertes contra la violencia, en México, nuestros gobernantes “siempre tienen otros pendientes, por eso no le dan tanta importancia” sostuvo el trompetista michoacano Leonardo Sierra Galván.
El también profesor del Conservatorio de las Rosas -el más antiguo, fundado en 1743, y uno de los más prestigiados del país-, señaló que en Michoacán tuvieron que tocar fondo en el tema de la violencia por el crimen organizado para que el gobierno empezara a impulsar, hará cuatro años, un sistema de orquestas comunitarias.
Nacido en Charapan, en la zona purépecha, comentó que al igual que muchos músicos oaxaqueños, él proviene de una banda de alientos, y su vida profesional se divide entre la música tradicional y las agrupaciones de música de concierto, como lo hacen también varios colegas suyos de Oaxaca.
-Sin embargo, a diferencia de Michoacán, en Oaxaca no existe un Conservatorio…
-Lo que yo veo es que la parte fuerte y representativa de la música no está en la capital del estado, sino acá, en sus comunidades. Yo conocí al maestro Nathanael -director del Instituto Calmécac- por medio del pianista Francisco Cruz, y me invitó a dar un curso, pero más que a impartir vengo a aprender de los niños y de sus comunidades.
Y, efectivamente, el trompetista se mostró sorprendido por la capacidad organizativa de sus anfitriones, alumnos del Instituto Intercultural Calmécac, quienes le brindaron hospedaje, alimentación y atenciones durante su estancia en el programa “Verano con grandes artistas”.
-¿Algunos músicos oaxaqueños que considere notables?
-Se me hace difícil responder esta pregunta, aunque en este momento recuerdo a Héctor Tomás y a Mauro Kuxy.
-¿Qué opina de Alejandra Frausto, quien se perfila como Secretaria de Cultura en México?
-Es alentador.
Por último, mencionó que en Morelia conoce a por lo menos quince oaxaqueños que se desempeñan en distintas organizaciones musicales. “Son buenos para los metales; hay muy buenos trombonistas, trompetistas y también excelentes clarinetistas”.