¡Ojalá que a mi lado en el hogar no se siente
ni tenga mis mismos sentimientos
quien esto haga!
SÓFOCLES, Antígona
(citado por Georgio Agamben
en El hombre sin contenido)
La dicha
Comer salsa picante, subirse al árbol de la infancia. Podremos contemplar el mundo. La licuadora proporciona remedio contra la melancolía (tanta ruina, tanta muerte). La licuadora hace posible la vuelta del pasado delicioso (comer trae la dicha). ¿Quién inventó sus afiladas aspas? En rojo y el verde (efeméride). El río de los sabores tiene su origen en la licuadora. Puedo oler la espuma que revienta con el limón, la blanda mirada rebelde del ajo, los versos medidos del plátano, las fresas. Esa condición marítima de la cebolla, la memoria infalible de la papaya, la cátedra del apio, pontífice; la flor del perejil, el cilantro –diminutas estrellas que nos guían.
Navegaciones
Oscura como la tumba en que mi amigo yace. Fernando está enterrado en Villahermosa. Asesinado. Bebía demasiado mezcal. Güisqui mehicano. (…) El título es demasiado largo: “Mi amigo yace” (Lo sugirió Primrose.). (…) La tripulación arranca las hojuelas del moho: martillazos en el cerebro. (…) Me temo que eso fue la consecuencia de una caja de no muy buen Whisky americano comprado en Los Angeles porque me gustó su nombre, Green River. (Malcom Lowry, Por el canal de Panamá, con traducción de Salvador Elizondo). “¡Adiós, territorio de La Mordida –adiós y que Cristo te envíe el mayor dolor! (Bueno, retiro esto último: Cristo ya te ha envidado suficiente. ¡Mejor vive, maldito México, y seas ejemplo para los hombres de la caridad cristiana que profesas y, si no, que la abominación te destruya!) Imagino la risa de Elizondo en aquella madrugada de tabaco y voces, cuando tradujo la maldición lowryana, con todo su amor a esta nación.
Los antiguos
La ciudad se derrumba antes de las fiestas de Asunción de María (entre los días 13 y 14), cuando siembran el Cempaxúchitl de Muertos. En la tierra del viento los antiguos domesticaron el maíz, guardan restos de viejas semillas en las grutas del valle de Tlacolula. Cuando llega el viento fuerte y todo se estremece confirmo la sabiduría de mixtecos y zapotecas, que construyeron y olvidaron seis veces la gran ciudad de Monte Albán (según consta en datos de Alfonso Caso).