PUTLA VILLA DE GUERRERO, Oax. El promocional de la edición número 90 del festejo oaxaqueño “La Guelaguetza”, que es la imagen de un viejo de tiliches del carnaval putleco, ha provocado que esta alegoría que es de expresión popular colectiva del ciudadano putleco, se preste a que, por la importancia del mismo, muchas personas quieran adjudicarse el origen de su creación entre ellos Leopoldo García Aguilar, quien equivocadamente afirma que es una expresión tradicional de Juxtlahuaca.
Podemos aclararle que el tiliche nacido de las estructuras de las haciendas que florecieron en este fértil valle que comprende el municipio de Putla y su cañada, a partir de las primeras décadas del siglo XIX, aparece en sus orígenes como un traje andrajoso y roído, insalubre, que era como vestían los peones de las haciendas, aprestados por las tiendas de raya, y que en días anteriores a la cuaresma, recorrían las calles corriendo, cubiertos sus rostros, a manera de máscaras, con piel de animales silvestres (conejos, zorros, conchas de armadillos, tlacuaches, nutrias, etc.), para guardar su anonimato, de allí la expresión “marmano” para simular la expresión oral “hermano”; siempre acompañados de un bule lleno de tepache que era la bebida refrescante del peón del campo y un sombrero deteriorado.
El tiliche nacido de las estructuras de las haciendas que florecieron en este fértil valle que comprende el municipio de Putla y su cañada, a partir de las primeras décadas del siglo XIX, aparece en sus orígenes como un traje andrajoso y roído, insalubre, que era como vestían los peones de las haciendas.
Esta vestimenta se mostró por algún tiempo, apareciendo posteriormente parches de diferentes colores en las horadaciones o rasgaduras de la ropa; además su recorrido se acompañó de música de orquesta que tocaba ritmos indistintos. Es hasta la cuarta década del siglo XX que el notable músico putleco Hermenegildo Terrones hace una recopilación de los jarabes mixtecos y sones costeños que le dan brío y vida a esta comparsa que se le empieza a reconocer como “Viejos de tiliches del carnaval”, con el juego del toro que afirma más su origen que es producto de la estructura de las haciendas; se comprueba esto con la alegoría del “robo del dinero” simulacro que se desarrolla la tarde del martes de carnaval en la plazuela Hidalgo, espacio que se ha bañado de alegría durante décadas con el grito del nombramiento de los nuevos mayordomos que tendrán por encargo la celebración del festejo del próximo carnaval.
La diacronía ha permitido la evolución de este disfraz de tiliche que, nacido como incipiente protesta por las condiciones que vivía el peón, hasta convertirse en el sincrónico y festivo traje que muestran la alegría del carnaval putleco que recorre las calles sembrando sonrisas y vida, y que hoy orgullosamente es el promocional de la “Guelaguetza” oaxaqueña en los Lunes del Cerro del año 2022.
Los sastres y modistas de nuestro pueblo nunca pensaron que los tiliches que sobraban de la ropa que confeccionaban, en lugar de irse como relleno de las almohadas fueran el colorido pegado a la vieja camisa y el pantalón que vibraría con nuestra música de carnaval, como invitación al jubilo que da el goce del festejo convocado por la llamada del sonido del cuerno.
*Cronista del municipio Putla de Guerrero.