Fotografía: LIUBKA SOLÓRZANO
OAXACA, Oax. (sucedióenoaxaca.com).- Los tiempos de las campañas político-electorales que corren desde el domingo 3 de abril en la entidad implican la participación de todos a partir de nuevas visiones de ciudadanía y combate a la exclusión, sostiene el poeta César Rito Salinas quien estrena su libro Atzompa este mismo mes, en una especie de conjuro a lemas y spots de los candidatos a gobernador, tan opuestos al arte que se ha inspirado en el mes de abril.
“La vida no se detiene por las campañas, menos por una oligarquía que pretende mantenerse en el poder, heredar los puestos de elección popular y mantenerse en la mafia del poder. La expresión cultural debe mantener la condición artística de irreverencia y rebeldía” , expresa el autor de Teoría de las desgracia y Una escalera junto al mar.
Agrega que si bien los tres niveles de gobierno están obligados por la ley electoral, hecha por los representantes de los partidos políticos, a “parar” el gobierno por la llamada “veda electoral”, nada obliga al ciudadano a detener su vida cultural, aunque en la práctica los políticos y los partidos pretendan que el tema de la sociedad sea exclusivamente la contienda electoral.
-¿Cuál es el papel del artista en este momento de la sociedad?
-Ser incluyente. No caer en lo mismo que hacen los políticos, que realizan su trabajo a partir de la facción y el gobierno de unos cuantos. Que el artista le baje a su soberbia y se ponga a trabajar en colectivo. Este me parece que debiera ser el panorama que rija la culturalidad.
Que los poetas bajen del Olimpo, parece decir César Rito, originario de Santo Domingo Tehuantepec (1964), quien hace varios años se retiró de los cenáculos del arte del centro histórico de la capital oaxaqueña para retornar a su tierra a trabajar en colectivo con mujeres del Barrio Lieza.
Con la rezadora Maria Luisa Lalo y otras mujeres campesinas de uno de los once barrios tradicionales de Tehuantepec, y algunos jóvenes artistas de Juchitán, el escritor estableció un colectivo con el que ha presentado desde 2014 La Rezadora, poesía en escena donde las participantes rezan por el descanso de los tantos muertos que han arrojado la guerra contra el narcotráfico, la inseguridad y la miseria en nuestro país. “Para ser comunidad no debemos olvidar a los muertos”.
Retomando la pregunta inicial, César Rito continúa: “Los políticos ha impuesto su canon, las familias privilegiadas; el crimen organizado ha impuesto su canon, muerte y desmemoria; los artistas no hemos logrado establecer un canon, hacer la iconografía colectiva de la resistencia y acción. Somos pájaros solos”, afirma.
“En tiempos de propaganda electoral es necesario salir al paso del marketing político con publicación de libros y exposiciones de arte, trabajo en colectivo como una forma de decir no a las voluntades de poder y sometimiento. El arte todavía resulta una actividad efectiva para reducir la influencia de los políticos y sus partidos en nuestra sociedad”, agrega.
“Los políticos excluyeron al pueblo, pero han impuesto el canon de subirse a la camioneta con olor a gasolina de alto octanaje pagada por el pueblo. El crimen organizado busca incluirse con el pueblo, impone su música y las botas vaqueras, y dan a los jóvenes la opción de ser sicarios o dealers, y aparecer en la crónica de la nota roja. Los artistas hemos sido pasivos y auto excluyentes, no hemos logrado transmitir un canon para sacar a Oaxaca de la nota roja”.
-¿Francisco Toledo no lo ha conseguido?
-Él es uno solo y somos más de 3 millones de oaxaqueños. Creo que debemos trabajar más en colectivo, de lo contrario estamos dejando a merced de los políticos y del crimen organizado a la población, sobre todo a la juventud, y la conservación de la vida como una expresión de paz.
Me parece que el artista debe bajarle a la soberbia, el canon debe ser el trabajo colectivo, así nos lo han enseñado nuestras comunidades y no lo hemos asimilado. ¿Cómo se han formado muchos ciudadanos? Educados por la abuela porque el padre es un desobligado y la madre debe ir a trabajar.
César Rito asistió el domingo pasado a la apertura de la exposición “La Bestia” del prestigiado artista contemporáneo Gabriel Macotela y el colectivo “Artistas contra la discriminación” en el que participan Demián Flores y Mardonio Carballo, en el Centro de las Artes San Agustín.
Un trenecito de juguete oscurecido, “La Bestia”, es la alegoría de Macotela sobre el tren que atraviesa el Istmo de Tehuantepec cargado de migrantes centroamericanos de paso a los Estados Unidos en busca de trabajo, muchos de los cuales pierden la vida en el intento. Se trata de una exposición que confirma las palabras del poeta
-¿Se acabó el tiempo de las “vacas sagradas”?
– La exposición colectiva “La Bestia” es un ejemplo del nuevo canon, el trabajo con la gente. Creo que sí, creo que se acabó el tiempo de las vacas sagradas. Hay que dar oportunidad a la juventud que quiere participar en el arte y no bloquearlos. Yo he dejado de hacer libros para hacer piezas colectivas, como La Rezadora. Trabajar para el libro o para el ego es tanatofílico.
La entrevista está plagada de sentencias y aforismos, será por el curso que ha empezado a tomar el trabajo literario de César Rito Salinas que en Atzompa (Editorial Pinos Alados, Mexicali, Baja California, 2016) reúne una serie de textos “que rebasan los límites de la narratividad, del verso libre y de la reflexión aforística, un libro alevoso e inmensamente tierno a la vez”, se lee en la cuarta de forros.
Atzompa, vocablo que significa “en la cima del agua”, toma su nombre de una zona geográfica de Oaxaca, lugar “de los placeres y el deseo, sitio de violencia y arrebatos, punto de fuga en donde la voz persigue asentar su universo sobre la cima transparente de una ola. Nunca por frágil y momentánea, pero sí por intempestiva y contundente, intensa”.
El nuevo libro que ya se encuentra circulando por la capital oaxaqueña se presenta oficialmente el próximo jueves 14 de abril en la Vicerrectoría de la Universidad de Baja California, en Mexicali.
“La cosmogonía con la que se construyeron ciudades del mundo precolombino, tiempos de acechanzas, es vigente en estos tiempos. Hay que retomar el pensamiento precolombino, que basaba la vida en unidades y fragmentos, construcción sobre las ruinas, la vigencia del tiempo circular que se reconstruye”, finaliza el escritor.