Es pálido y flaco.
CORMAN McCARTHY | Meridiano de sangre
Afuera cae la lluvia.
Un sentimiento profundo de sentirse protegido fue lo que recordó de su infancia; cierta certeza entre extraños. Fue el hijo menor en una familia compuesta por cinco hermanos, padre marino militar, madre ama de casa. En la niñez aprendió que ciertos errores de los hermanos le aportaban ventaja.
Supo que la vida llega con experiencias adelantadas.
En el pueblo donde nacieron sus padres el mundo se cerraba a las ocho de la noche, cuando terminaban las transmisiones de la XEKZ, estación de radio local; a la hora en que su madre subía a su habitación a dar las buenas noches.
Su sueño estuvo protegido por los cinco hermanos y su padre; la pistola escuadra 45 de su padre colgaba de su funda en el perchero.
***
Durante la infancia tuvo a su familia para protegerlo.
Era el benjamín.
Cuando terminó los estudios le resultó sencillo dar el salto de los cuadernos a las armas, al estudio de los grupos armados, la investigación de los crímenes; si esa noche oscura saliera un rayo, una luz que le anticipara el camino de las cosas, pero no fue así.
Aquella noche de aguacero no supo leer la señal de advertencia. Una voz le hacía preguntas, pero él guardaba silencio. Nepomuceno Martínez, oficial del departamento de Investigación de la Fiscalía estaba metido en el silencio, frente a una 38 super.
Como en la infancia frente a las armas guardó silencio.
No tenía palabras. Si solo pudiera recordar las palabras solicitadas, si pudiera hablar, responder aquellas preguntas, pero permaneció mudo frente al Smith & Wesson recortado.