Vuelve que sin ti
la vida se me va
R.M
ZAGREO YACO*
Conocí a Ricky Martin por una coincidencia temporal que únicamente puede producir un aeropuerto. Joven como era él y como era yo, nunca supimos de ese encuentro de dos destinos que están construidos para nunca volver a encontrarse.
Ese destino esquivo cambió el día que me enteré que el cantante puertorriqueño venía a Oaxaca y estaba dispuesto a pisar la tierra donde Dios nunca muere. Los mensajes en todas las redes de mi familia en las que estoy incluido comenzaron a explotar: mis tías haciendo planes para comprar entre todas los boletos.
Pocos días después del anuncio del concierto del astro boricua, en una comida familiar extendí mi curiosidad sobre el hecho de que en un mismo año a Oaxaca venían Luis Miguel y Ricky Martin, situación inimaginable hace veinte años, cuando ambos cantantes dominaban el pop mundial en español.
Incrédulo como lo he sido, me pareció un exceso. Aunque el auditorio Guelaguetza se ha convertido en el caldero donde los intérpretes del pasado se bañan para rejuvenecer, se debe ser muy ingenuo para no ver lo difícil que se vuelve el mercado cuando en una pequeña ciudad traes a dos gigantes el mismo año.
Este pequeño detalle no le pasó inadvertido a los organizadores del concierto. Poco más de tres meses después y tras el anuncio de los conciertos del astro boricua, donde no aparecía Oaxaca, ciudadanos denunciaron un presunto fraude y la devolución de los boletos. Los organizadores reaccionaron culpando a alguien más y hasta ahora no hay comunicado oficial de Ticket Pass sobre qué pasará con los boletos.
Más de dos versiones y los propios organizadores confirmaron que el concierto de Ricky se canceló porque lo anunciaron sin tener fecha. Frágiles como son los divos, los manejadores del astro decidieron no darle fecha a los organizadores oaxaqueños por adelantarse y no respetar el contrato, todo por ganarle la venta a los organizadores del concierto de Luismi.
Por supuesto que las cosas no se quedaron ahí, los organizadores del concierto de Ricky Martin salieron a decir en conferencia de prensa y en entrevista radiofónica que el concierto no se cancelaba, si no que se pospone a la espera de una fecha. Los dichos de los organizadores no han sido apoyados por las cuentas oficiales del cantante puertorriqueño, que apenas el día de ayer, 29 de septiembre, cantó para sus fanáticos regiomontanos.
A la espera de saber quién miente y quién no, las personas que compraron sus boletos se encuentran en el dilema de pedir el reembolso o confiar en los organizadores de un concierto que había ilusionado a las fanáticas oaxaqueñas, el problema de esta situación es que la boletera podría lavarse las manos y echarle la culpa a los organizadores por no traer al cantante.
La única de mis tristezas es que no podré bailar La vida loca y volver a coincidir con el más guapo de los menudos, según mi tía Chelín.