AMEYALLI LUNA*
Si me preguntaras con qué palabra describiría El Bastardo de Azarel Doroteo Pacheco, diría realista. Este autor oaxaqueño proveniente de Asunción Tlacolulita te adentra en una antología de ocho cuentos sobre la vida cotidiana, habitando en todos la melancolía, el anhelo, el resentimiento o la frustración, dándole así un toque humano y empático.
Estos relatos son: “Jitanjáforas”, “Sobreprecio”, “La bicicleta de Carlitos”, “El bastardo”, “El llamado”, “Donador”, “Regreso al mar” y “La flaka”.
Desde mi punto de vista, uno de los mejores relatos fue “Jitanjáforas”. Azarel te presenta a un hombre que da clases de teatro a unas pocas personas en una ciudad en donde no se consume este arte escénico. El protagonista no es un actor famoso, no monta obras y ve muy poco a su hija. No tiene éxito. Llega a su actual provincia por cuestiones de salud, junto con una leve esperanza de poder colocar teatro en un lugar en donde no lo hay, aunque aquello nunca se cumple. Esto lo lleva una vez más a la caída, causando así frustración y decepción en el protagonista y una sensación de lástima en el lector.
Mi segundo relato preferido fue “La bicicleta de Carlitos”. El protagonista desea obtener una nueva bicicleta para su cumpleaños, a pesar de ya tener una. Sus padres se lo niegan, provocando que el niño haga miles de intentos para conseguirlo. Transmite la desesperación ante el deseo, la ansiedad cuando hace todo lo posible para que se roben la bici, el cómo la daña a propósito. A lo largo del desarrollo, logras empatizar con el personaje principal y vives diversas emociones como la tristeza, la lástima o el coraje.
Por otro lado, “El bastardo”, muestra a Toño, un hombre que se encuentra en el funeral de su abuelo y se reencuentra con su padre Hilario, de quien se distanció. A la vez, cuenta el resentimiento de su padre hacia el difunto que los hizo alejarse también, y ahora uno está en su funeral sin haber arreglado las cosas. Muestra los conflictos familiares que se puede vivir, aquel movimiento dudoso de acercarse (el cual proviene del anhelo), el posible arrepentimiento, la molestia por parte del lector cuando se trata del papá y la intriga de una posible reconciliación. Este cuento es uno de varios que trata sobre la familia. Por ejemplo, “Regreso al mar” cuenta con el mismo tema. Hay una mala relación entre el hermano del protagonista llamado Juan y el papá. Un vínculo que cae en la tensión y la violencia.
“Donador”es otro cuento que repite la misma temática. El hermano del protagonista muere, y aquella tarde en el hospital un hombre se acerca para pedirle que si le puede donar el riñón del ya fallecido a su hijo David. Termina aceptando, aunque su madre se molesta por haber tomado aquella decisión. A partir de esa elección, se forma un lazo entre el personaje principal y la otra familia. Les hace visitas constantes, empieza a forma parte de ellos, le da las pertenencias de su hermano a David interpretándolo como esa esperanza de que una parte del donante ahora viva en la otra persona, le habla de su hermano, trata de mantener conversión con David a pesar de que no tienen muchos gustos en común (resulta forzado ciertas veces), y se siguen la pista, desencadenándose así varios hechos.
El último de mis relatos preferidos es “La flaka”. Una joven graba un video sexual con su pareja, terminan y después de varios meses, se difunde. A lo largo de la historia se descubre por qué se llama así el cuento, relacionándose con la canción de Jarabe de Palo. Dejando a un lado eso, el escritor coloca una perspectiva de género. Habla sobre una mujer, una mujer que percibe la mirada asquerosa del vecino hacia sus pechos, a la que es inevitable pensar que estuvo en un noviazgo violento, que ahora todos la conocerán por lo que grabó, que si la señalarán por la calle, y para todos será alguien que se mostró teniendo relaciones sexuales. De esta manera, se visibiliza la difusión del material íntimo ilegal (que muchas veces te arruina la vida), el acoso callejero que se vive en el México actual, y las relaciones abusivas.
Ahora la pregunta sería, ¿porqué se llama El bastardo? Existen dos teorías. La primera, y más simple, es relacionada al título del cuarto cuento. Este bastardo llamado Hilario, producto de una relación que no fue hecha en el matrimonio desarrolla un resentimiento e envidia hacia el papá con su medio hermano que lo llevó a distanciarse, arrastrando ese mismo sentimiento y patrón hacia su hijo al haber elegido Toño a su mamá y no a él.
La segunda razón es que El bastardo tiene soluciones e ideas buenas o ingenuas, que se interpretan como malas ante la realidad. Si buscamos un ejemplo es “La bicicleta de Carlitos”, a quien se le ocurre que le roben su bicicleta sin mentalizarse el peligro y la seriedad que es un robo.
En lo personal, Azarel demuestra mucho potencial para ser su primer libro. No sorprendería si resulta que en uno de sus cuentos habló de él mismo. Es buen comienzo, de lo más gratificante, y deja altas expectativas sobre su próximo tomo.
*La autora estudió en el CEDART Miguel cabrera, durante su estancia fundó la revista Hamualli y participó e el coloquio “Arte en el nuevo milenio”. Actualmente estudia comunicación social en la UAM.