GAYNE RODRÍGUEZ*
Caminar en la cuerda floja de la narrativa:
En Sobre los cerros de neblina, Daniel Aragón García, oriundo de Oaxaca de Juárez, autor de ensayo filosófico sobre Estética y Poesía, y novel escritor de novela, nos introduce en una comunidad llamada San Juan Neblina para llevarnos hasta algunos sitios de la Sierra Sur en el estado de Oaxaca.
Inicia la historia con la aparición de un venado en la explanada del pueblo. A partir de tal evento se desencadenan los hechos que forman parte de la trama y que nos permite conocer la personalidad y costumbres del pueblo en cuestión. Un grupo de hombres que de manera clandestina luchan por la equidad y la justicia se esconden en las entrañas de la Sierra Sur del estado. Son los personajes que a lo largo de la novela aparecen como tantos que en nuestro país enarbolan las banderas de lucha y que en ocasiones han sido utilizados por grupos políticos como carne de cañón para conseguir sus fines. La trama se intensifica cuando la gente del pueblo es testigo de un hecho abrumador: el asesinato de un grupo de seis hombres que es liderado por Ernesto Martínez y que viaja en busca de un recurso económico prometido por las autoridades de la ciudad, todos son emboscados y muertos de manera certera. Entonces aparece Jacinto; un hombre con sueños de poder que actúa de acuerdo a sus intereses y llevará a cabo cualquier cosa para conseguir su tan ansiado sueño. A partir de esos hechos, el autor introduce distintos personajes que se van entretejiendo entre rencillas violentas de las familias involucradas en la trama, y el hombre que es elegido como presidente municipal.
El autor hace uso de un recurso periodístico que acentúa los hechos narrados a lo largo de la novela, dándonos detalles desde el punto de vista informativo o periodístico.
La descripción de los pasajes o escenas que sustentan la trama nos permite entrar a la atmósfera de los sitios donde sucede la historia, tiene una ambientación real, un ritmo constante, un lenguaje acorde con el tema, un bello empastado, unas excelentes ilustraciones. La solución del conflicto podría resultar para algunos de nosotros un tanto predecible y colocada páginas antes del punto final, pero recordemos que estamos ante una primera novela y son la constancia y disciplina las que nos hacen crecer como escritores.
Escribir es como caminar en la cuerda floja; existen vientos en contra, un equilibrio precario que a veces te hace desear no haber iniciado el recorrido sobre la endeble superficie, y que a pesar de saber que es una tarea extenuante, te empeñas en lograrlo.
*Reseña realizada por Gayne Rodríguez Guzmán autora de La esclava de la seda e integrante del Colectivo Cuenteros para Sucedió en Oaxaca.