Indicador Político abre su espacio a un adelanto del periodista José Martínez –autor de libros biográficos sobre Carlos Slim Helú– sobre la renovación o cancelación de la concesión de Telmex que Carlos Salinas de Gortari le otorgó en 1990 en un proceso aún oscuro y que sirvió de base del imperio económico del empresario. Mañana la segunda parte del texto:
En marzo de 2023 el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador deberá tomar una de las decisiones más difíciles de su mandato. Esa determinación podría definir su posición en la historia del país. Dicha resolución emularía a la que en su momento asumió el presidente Lázaro Cárdenas con la expropiación petrolera. En este caso se trata de la renovación o cancelación de la Concesión telefónica otorgada al magnate Carlos Slim en 1990 por el gobierno del presidente Carlos Salinas de Gortari y que fue la base para el enriquecimiento desmedido del fundador del Grupo Carso. La Concesión vence en el año 2026 pero tiene como límite refrendarla o cancelarse en marzo del 2023.
Cuando el gobierno de Salinas le entregó a Slim y a sus socios de Estados Unidos y Francia la Concesión de Teléfonos de México, López Obrador apoyó la demanda de la izquierda liderada por Cuauhtémoc Cárdenas como un acto de “traición a la patria”. Demandaron juicio político y castigo penal contra el presidente Salinas, los miembros de su gabinete y del propio Carlos Slim por “confabularse” en la entrega a particulares de una empresa considerada parte del patrimonio nacional y esencial para la seguridad nacional.
Desde su privatización Telmex ha estado latente en el debate y el escrutinio público. En el imaginario colectivo, una gran mayoría de mexicanos cree que Slim es “prestanombres” de Salinas. Ese señalamiento ha sido como una pesada loza con la que Slim ha tenido que cargar todos estos años.
Slim se ha deslindado de esas acusaciones. Cárdenas, el líder moral de la izquierda, mantiene firme su posición e insiste en que desde un principio debió revocarse la Concesión otorgada a Slim y sus socios. El expresidente Salinas rompió el silencio y admitió que la venta de Telmex después de ser elogiada, terminó por ser una de las más debatidas y criticadas al terminar convertida en un monopolio.
El destino ha alcanzado a López Obrador quien se ve en un lienzo junto a los héroes de la patria, entre ellos Lázaro Cárdenas quien llevó a cabo la expropiación petrolera, una industria que durante décadas sacó al país de su postración económica y terminó por convertirse en una especie de maldición por culpa de la corrupción que llevó a esta empresa a la decadencia.
La falta de inversión y la corrupción fueron los argumentos del gobierno de Salinas para concesionar a la compañía de Teléfonos de México. Un año después de que Slim y sus socios tomaran posesión de la empresa implementaron una reestructuración y los números arrojados por la empresa fueron sorprendentes, la compañía telefónica registró utilidades cercanas a los 8 billones de pesos. A partir de entonces Slim sentaría las bases de su imperio que lo llevarían a convertirse en el hombre más rico del mundo y el rey de las telecomunicaciones con presencia en una treintena de países, entre ellos Estados Unidos, América Latina y Europa.
Desde que asumió su mandato Obrador y Slim han protagonizado una lucha de poderes. La cancelación de las obras del aeropuerto de Texcoco fue una expresión de esta pugna. Incluso Obrador se dio el lujo de anunciar la “jubilación” de Slim durante su sexenio.
Aunque Slim y Obrador se repelen, ambos se necesitan. La política, como el deporte de la lucha libre, es falsa, es actuada, pero peligrosa. Cada uno de los espectadores está en su derecho de creer en ella o cuestionarla. Slim y los demás socios participantes en el aeropuerto de Texcoco tras la cancelación de la obra fueron recompensados en sus inversiones por el gobierno de Obrador. En la rifa del avión presidencial y la compra de vacunas contra el COVID, Slim aportó dinero en apoyo del gobierno obradorista y en compensación se le autorizó la participación en las obras de construcción del Tren Maya y el Grupo Carso de Slim fue librado de toda culpa de sus responsabilidades en la tragedia de la línea 12 del Metro a condición de que se hiciera cargo de los daños estructurales que provocaron el accidente en el que fallecieron decenas de personas y un centenar resultaran heridos.
Obrador, declarado enemigo acérrimo del neoliberalismo –cuya teoría política y económica se sustenta en la mínima intervención del Estado en el mercado y cuyos pilares básicos son la privatización y la desregulación– tiene entre sus manos la decisión de continuar por la senda trazada por el expresidente Salinas, a quien él calificó como “el innombrable” y responsable del viraje económico del país asumido desde el desembarco de los tecnócratas al poder en beneficio de unos pocos y en detrimento de las grandes mayorías, ahora tiene el compromiso histórico de recuperar a una de las empresas claves del desarrollo tecnológico, Telmex.
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Política para dummies: La política se mide por las grandes decisiones.
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