Obsesionado por apropiarse con el crédito electoral de las elecciones del pasado 6 de junio, el consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello, ha entrado en una autopromoción neurótica de que las elecciones fueron las más limpias en toda la historia del universo. Sin embargo, los datos de descomposición del sistema de representación política de la incipiente democracia mexicana revelan que el INE falló en el proceso electoral.
La lista de irregularidades es amplia: candidatos que pasaron la aprobación del INE y se burlaron de las reglas restrictivas, aspirantes que no cumplieron con el condicionamiento del INE en materia de acoso sexual también lograron la candidatura de manera muy fácil, denuncias gravísimas de fraudes electorales en elecciones en Michoacán, Guerrero, Colima, Campeche, Estado de México, Sinaloa y Baja California, entre las más importantes, ya ensuciaron los autoelogios del consejero presidente y confirmaron la necesidad de una limpieza total dentro del Instituto Electoral donde el consejero Córdova Vianello había creado un grupo de poder político para combatir el modelo populista del presidente López Obrador y obstaculizar el ascenso político de morena.
Los casos significativos de Michoacán, Colima, Estado de México y Sinaloa revelaron el papel central que jugaron grupos del crimen organizado, por sí mismos o en papel de sicarios, para beneficiar a determinados candidatos de uno u otro partido. En estos casos de elecciones bajo condiciones inexistentes de seguridad debieron llevar al INE a suspender elecciones, a revisar los pasados y presentes de candidatos y a impedir que los ciudadanos fueran sustituidos en las casillas por cuadros criminales para favorecer a determinados candidatos.
La revisión estricta de las actas electorales y el conteo de votos debe hacerse fuera de los espacios institucionales del INE para evitar que el organismo se autocalifique positivamente y ocultar las irregularidades propias de fraudes electorales con actas irregulares, urnas con más votos que votantes y conteo tramposo de algunas boletas.
Ante la urgencia de limpiar el proceso electoral para evitar la distorsión del sistema representativo, el INE ha emprendido una campaña insidiosa y medios para autopromoverse como el ganador de las elecciones. La base mediática del INE ha vendido la idea de que el INE merece un premio, pero faltando la revisión total de organismos independientes que determinen el grado de irregularidades existentes en el proceso electoral y que debieron ser previstas y corregidas por el por el Instituto.
Algunos analistas independientes han comenzado a revisar, con escasez de recursos y de cobertura, algunas casillas seleccionadas en Jalisco, Chihuahua y Tamaulipas para determinar la existencia de conteo de votos que arrojaron cifras no creíbles entre votantes, boletas y cifras en las actas.
El INE fue rebasado por los mapaches electorales de todos los partidos y por la violencia criminal nunca antes vista para imponer candidatos que no hubieran pasado la prueba de una elección en verdad democrática. La parte más importante debe buscarse en las zonas donde el crimen organizado sustituyó al INE y que fueran en realidad el esos grupos delictivos los que determinarán el sentido de campañas, composición de casillas y conteo de votos.
De nueva cuenta debe traerse a colación con insistencia, el caso específico de Valle de Bravo, Estado de México, donde la candidata de la coalición PRI-PAN-PRD fue secuestrada y amenazada de muerte para retirarla de la contienda, a fin de que ganara la candidata de morena. Los datos fueron oficiales, la aportación de evidencias de la propia candidata resultaron claros, pero ni la autoridad judicial y menos aún la autoridad electoral hicieron algo para impedir que el resultado electoral en Valle de Bravo quedará distorsionado por estas irregularidades.
Si el INE de Córdova Vianello quiere en realidad ofertar el reconocimiento al Instituto por las elecciones, primero debe limpiar todo el proceso electoral y recomponer todas las irregularidades durante campañas y elecciones. De no hacerlo, entonces el INE estará incumpliendo su función de organización electoral democrática y el sistema representativo surgido el 6 de junio no será en realidad democrático ni menos aún suficiente para sentirse orgulloso.
Y el consejero presidente Córdova Vianello debiera suspender sus mensajes de autoelogios en redes, porque confirma el argumento de qué elogio en boca propia es vituperio.
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