Por distraerse como paladín de la democracia, por desidia, por miedo, por buscar el choque con el presidente de la república o por asuntos similares, el caso es que el Instituto Nacional Electoral es corresponsable del clima de violencia que está afectando a los candidatos y que está creando condiciones para alejar a los votantes de las urnas.
La seguridad en el proceso electoral tiene su parte de garantía para ejercer el voto. Y si bien el INE no es un aparato policiaco, sí tiene facultades, funciones y posibilidades para exigir a la autoridad algo más que guardaespaldas para candidatos y mensajitos irrelevantes sobre el voto por encima de la seguridad de los votantes. Entre los miles de comisiones burocráticas del INE debería de haber una encargada de la seguridad como garantía de ejercicio al voto,
En todas sus intervenciones producto de su neurosis del micrófono, el consejero presidente Lorenzo Córdova Vianello ha mostrado una especie de miedo personal a la inseguridad. Los asesinatos, amenazas y agresiones contra candidatos forman parte de la función organizacional de elecciones que le corresponden al INE. Pero el organismo tiene comisiones para todo, menos para el tema de seguridad de candidatos y electores.
Si los medios comienzan a potenciar el argumento de que la seguridad de candidatos y electores en una definición de democracia, quizá entonces el consejero presidente del INE se ponga su traje de superhéroe y salga a declarar no sólo la necesidad de garantías para las elecciones, sino que contribuya con una comisión dentro del organismo para investigar, indagar y supervisar la seguridad electoral más allá de los guardaespaldas. Ahora que el INE está despilfarrando dinero para pagar libros e investigaciones contra el populismo lopezobradorista y por la democracia, sería buena idea que buscara a especialistas académicos en zonas de inseguridad y organizaciones criminales para establecer un mapa estratégico de inseguridad/violencia y las áreas electorales en curso.
Peor aún: el INE ha decidido hacerse a un lado en el choque de mensajes y acusaciones entre candidatos a propósito de amenazas contra candidatos y campañas en la construcción de un clima de incertidumbre que podría alejar a los votantes de las casillas, cuando su función es vigilar la calidad electoral de candidatos y campañas. Quizá si se difunde también la versión de que la criminalidad es una forma de populismo entonces el INE pueda voltear hacia la realidad y abrir una línea de atención a la descomposición del proceso electoral.
El INE de Córdova Vianello está más preocupado por mantener el ritmo de su campaña antipopulista y de confrontarse face to face con el presidente de la república, que en atender todas las partes sustanciales del proceso electoral. Al INE se le colaron candidatos con relaciones con el crimen organizado, ha tenido miedo de atender quejas sobre el involucramiento delictivo en el proceso electoral y nada quiere saber de la posibilidad de que cárteles y bandas delictivas estén poniendo candidatos y con ello gobernadores, diputados federales y alcaldes.
El clima de seguridad es parte del ambiente electoral. No se sabe, por ejemplo, que Córdova Vianello haya visitado la Florería de Bucareli para proponer puntos concretos, porque buena parte de su tiempo se pasa hablando de democracia y promoviendo sus libros personales escritos en tiempos de funcionario electoral. Sin ser policía ni agente de seguridad, el INE ha perdido el tiempo en batallas ideológicas a favor de la alianza PAN-PRI-PRD-Coparmex-embajada de EE. UU. que en sentarse a definir condiciones de seguridad para las elecciones.
Lo peor que le puede pasar –y le está ocurriendo– al INE de Córdova Vianello es que a puestos de gobernadores, diputados federales y alcaldes lleguen representantes de grupos criminales. La crisis en Valle de Bravo, por ejemplo, debió de haber sido atendida por el INE en materia de señalamientos de campañas violentas de una candidata contra otra. Los candidatos que se han retirado de la contienda por amenazas son otro tema que revela el fracaso del INE de Córdova Vianello.
Quedan diez días de campaña y Córdova Vianello se está escondiendo en su oficina de la violencia electoral que forma parte del ejercicio de la democracia. Los delincuentes que hayan puesto cargos públicos serán corresponsabilidad del INE y de Córdova Vianello.
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Política para dummies: La política no es sólo el retuit, sino la vigilancia para que un poder criminal no domine al poder político con reglas de violencia.
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