Se esté o no de acuerdo con el presidente Donald Trump, sus acciones bélicas corresponden a una lógica del imperio derivadas de los ataques terroristas del 11 de septiembre (9/11) de 2001. A partir de ese hecho, el principal adversario de los EE. UU. es el terrorismo yihadista de organizaciones árabes musulmanas radicales.
Trump sólo ha dado continuidad a las políticas de seguridad imperial de Bush Jr. (2001-2009) y Barack Obama (2009-2017) configuradas en el concepto de leyes patrióticas o definición de leyes violatorias de garantías individuales en aras de alejar de territorio estadunidense a grupos terroristas. El senador Obama votó por esas leyes patrióticas y en 2014 quiso encarcelar al periodista James Risen que reveló en diciembre de 2005 una autorización de Bush Jr. para espiar a todos los estadunidenses; lo grave fue que Obama persiguió penalmente a Risen por una nota contra Bush Jr., lo que habla de la complicidad de demócratas con republicanos cuando se trata de defender al imperio.
Las leyes patrióticas se basaron en una condena directa a grupos yihadistas o que declararon un yihad o guerra santa contra el imperio infiel de los EE. UU. La guerra de la Casa Blanca contra Irán ha sido histórica y basada en tres puntos: por su petróleo, por su objetivo de construir bombas nucleares y por sus relaciones con la URSS-Rusia, China y el Medio Oriente. Las estrategias de seguridad nacional de Bush. Jr., Obama y Trump tienen ese común denominador: imponer el interés estadunidense, influir para poner gobiernos moderados en los países árabes.
Obama y Trump han puesto los intereses, necesidades y modo de vida estadunidense como el eje de la definición del bienestar y la democracia. Bush alertó el peligro árabe musulmán del “cruce del radicalismo con la tecnología” por la meta de grupos radicales musulmanes de mezclar “armas químicas, biológicas y nucleares con la tecnología de misiles balísticos”. Como definición estratégica de seguridad nacional los EE. UU. de Bush Jr., Obama y Trump se fijó el criterio de atacar a países enemigos que quieran dar ese paso e impedirlo con el uso de la fuerza militar de la Casa Blanca.
La estrategia de seguridad nacional de Obama de 2015 incluyó un paso adelante de Bush Jr.: ejercer la autoridad y capacidad de guerra de los EE. UU para “prevenir la propaganda y el uso de armas de destrucción masiva”. Para ello, Obama asumió el objetivo de vigilar para “evitar que los países y los actores no estatales (grupos del crimen organizado no estatal) desarrollen o adquieran energía nuclear, armas químicas o biológicas o los materiales para construirlas”. En este criterio de Obama se puede basar el asesinato del general Soleimani: un asesinato preventivo por razones de seguridad nacional.
La estrategia de seguridad nacional de Trump de diciembre de 2017 se basa en las de Bush Jr. y Obama y lo reitera en tres puntos prioritarios: el dominio del pueblo, el modo de vida y los intereses estadunidenses por encima de cualquiera otros de otras naciones. Es decir, elevar a nivel de principio histórico el lema de la campaña presidencial de Trump: los EE. UU. primero.
Pero Trump fue más lejos y en su estrategia asumió el principio militar de la política: “preservar la paz a través de la fuerza”, incluyendo el predominio económico como parte de la guerra. Asimismo, definió con claridad el temor estadunidense de articulaciones de intereses antiestadunidenses, sobre todo entre yihadistas y organizaciones criminales transnacionales o cárteles del narco, un tema que ya ventiló Trump para obligar a México a combatir a los cárteles. Para Trump, la porosidad de su frontera sur con México ha sido horadada por la infiltración de musulmanes radicales que pudieran realizar actos terroristas dentro de los EE. UU.
Es sus planteamientos estratégicos, Trump se compromete a operar sobre los países del Medio Oriente para impedir el asentamiento de grupos yihadistas. Para Trump los problemas radicales del Medio Oriente están interconectados: expansión iraní, colapso del Estado por gobiernos religiosos, la ideología yihadista como política de gobierno, el estancamiento económico y las rivalidades regionales han convulsionado al Medio Oriente y lo han dejado como un territorio terrorista contra los EE. UU.
Trump, pues, es el defensor del imperio, como lo fueron Bush, Obama y otros antes que ellos.
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Camus 60. El pasado 4 de enero se recordaron 60 años del accidente en el que murió el escritor francés Albert Camus, premio nobel de literatura. En 1980 publiqué un texto sobre la polémica Sartre–Camus y ahora lo he ampliado y enriquecido. Se puede consultar como eBook en http://www.indicadorpolitico.mx/?p=102161 El tema central es el papel de los intelectuales y la realidad y ante el comunismo soviético. Esa polémica definió el compromiso de los intelectuales.
Política para dummies: La política es la habilidad para encontrar las claves de la realidad.
@carlosramirezh