Solo me avergüenza el canon
ROCÍO CERÓN
La imagen se lee de arriba hacia abajo, de izquierda a derecha, pero ¿y los olores? ¿de qué forma logramos ordenar la imagen para darles nombre?
__Ya estoy abajo.
El martes amaneció la calma en el Centro de la ciudad, pero el fin de semana esas mismas calles fueron sucursal del infierno al inicio de las festividades de Muertos; el martes la poeta Rocío Cerón visitó el Tasting Room de Mezcalería CUISH, CDMX (Tacuba 14) y dio origen a la palabra colectivo en la atmósfera de los mezcales.
Uno
_¡Qué bello lugar! -dijo Rocío.
Metro Bellas Artes, cruzas Hidalgo, atraviesas Eje Central -tal vez las piedras repitan el nombre de Porfirio Díaz frente al Palacio Postal, en Bellas Artes, mientras caminas por la calle de Tacuba algo recuerdas de febrero, las presentaciones de libros en el Palacio de Minería y reconoces sobre la amplia explanada El caballito de Tolsá, que gallardo relincha sobre la quietud del bronce.
Cruzas la alta puerta de acero, en la planta alta se abre un el espacio de un patio interior.
__Tienes que poner tres macetas, hacen falta plantas -dijo Rocío.
En el Tasting hay grabados, una pequeña barra, tres bancos altos; sobre el muro, en dorado, están Murciélago y Colibrí, las deidades zapotecas que esparcen el polen del maguey por campos y abismos, alturas; una estantería de madera contiene en sus segmentos -dispuestos a la manera de los nichos de un altar- los mezcales que reposan en botellas de vidrio, labradas con nuestro emblema: murciélago y colibrí que revolotean sobre el quiote en floración.
Dos
Para mí que el mezcal guarda la llave de la memoria.
Pasado y presente se juntan, con el mezcal logramos encontrar las notas del petricor, el olor de la lluvia, ese momento de dicha en nuestra infancia.
Mientras se sirve el mezcal, en la esquina, junto a un tenate, la guitarra prieta silenciosa nos mira.
Tres
Porque uno no se cansa de ser de Oaxaca uno va con su gente, con los pueblos al hombro, sus fiestas, los mezcales.
Por donde quiera que uno vaya.
En la hora de la tarde el mezcal refulge sobre la barra, el espacio se llena de con la fragancias de los montes.
__Tengo que dar clase a las cinco -dijo Rocío.
Cuando se destapa una botella de Tobasiche (Karwinskii) de la maestra Berta Vásquez) ocurre la magia, la calle Tacuba recupera antiguas presencias, seres que nos miran desde las sombras.
Y el mezcal fecunda la memoria.
Para cada persona el mezcal guarda palabras de bienvenida.
La poeta no se cansa de escudriñar el lenguaje, de ser voz colectiva; así el mezcal, convertido en un hecho del lenguaje, de la amistad, guía las palabras en esta percepción olfativa. En la pequeña barra, la poeta Cerón pasa revista a los aromas que guara en su memoria.
Cuatro
¿De dónde viene esta variedad de registros olfativos?
No lo sé; sí lo sé, pero guardo de esta crónica la respuesta para decirlo en la degustación de los mezcales.
Aunque bien podría responder: de las plantas, los aromas del mezcal que llegan con la amplia variedad de especies del maguey que nacen en las regiones de Oaxaca; del cocido de las pencas del maguey, el secreto que guardan los artesanos del mezcal.
Cinco
Somos migrantes, ¿las plantas migran?
No, las plantas pertenecen a una tierra, una atmósfera -cierta altura sobre el nivel del mar, pero en la memoria de quien percibe está el viaje, la distancia, por eso se llevas por donde quiera que vayas las palabras del mezcal.
En cada copa de mezcal está el cariño de ser muchos, que se prodiga entre voces. En cierta forma, el origen del lenguaje humano viene del registro de los aromas, de ese intento de dar palabras al aire.
Seis
Somos cerebro emocionado.
Y están las papilas gustativas que nos dan el sustento, la lengua y sus cuatro divisiones, y el cielo del paladar; juntos logran fijar momentos de la dicha (comer y beber serán los primeros placeres), desde las papilas el cerebro fija palabras, tonos de voz, construye la memoria.
Nada habrá más placentero que beber.
Pero ¿qué cosa es el lenguaje?
La imagen de tu boca, la voz colectiva que nos da voz (aquello que se emite cuando la lengua no alcanza, dijo 20|5 la poeta Ana Franco).
Siete
Soy tu boca, dicen las poetas.
Y resuenan las palabras de Rocío Cerón en Tacuba 14.
__Este es el príncipe de los mezcales.
__¿Este Madrecuixe tumbado?
__Si, del maestro Zósimo, de Miahuatlán.
__Delicioso.
Cristina Rivera Garza mencionó alguna vez que lo importante de la cultura de México pasa por Oaxaca.
¿Qué palabras relaciona la memoria de Rocío Cerón cuando degusta las notas del mezcal artesanal de Oaxaca?
Ella quedó de hacer del Tasting su espacio de lectura.