En el marco de la FILO, el columnista más leído del país presentó su más reciente obra editorial “México en mí”.
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OAXACA, Oax. (sucedióenoaxaca.com).- “En Oaxaca se vive una de las raíces más profundas del país y le pido al público que encuentre en este libro el amor que siempre he sentido por esta tierra que tanto le ha dado a México”
Así lo expresó Armando Fuentes Aguirre o Catón, o viceversa, quien es considerado el columnista más leído del país y un personaje entrañable en el periodismo mexicano, quien se presentó en el marco del cierre de la 44 Feria Internacional del Libro de Oaxaca (FILO).
Muchos han leído sus columnas “De política y cosas peores” o “Mirador”, pero este domingo 20 de octubre fue verlo en vivo y a todo color en el foro principal de la FILO para disfrutar de un recorrido por sus vivencias que lo han llevado a conocer casi todo México y que ahora plasma en su más reciente libro titulado “México en mí”.
“No hay estado en el que no haya estado. A todos he ido y de todos he regresado con alma y corazón, colmados de las bellezas y las galas que tiene este México que tantos Méxicos es”, expresó durante la presentación.
Considerado el editorialista más leído del país, Armando Fuentes Aguirre publica en más de 100 periódicos diarios los 365 días del año y agradeció el cordial recibimiento del público oaxaqueño, del cual, subrayó, es el sacramento de la bondad humana.
Solo en el escenario, junto a una mesa con su libro y una botella de agua, Catón hizo lo que ha hecho por varios años, seducir al público con su particular sentido del humor.
Contó que en una antigua casona de Potero de Ábrego, el rancho ancestral de su familia, se toma el recio café serrano: caliente, amargo, fuerte y espeso. En una ocasión, relató, un visitante le dijo a la prima Martha que él no toma café y ella le preguntó: Entonces, ¿Con qué te desapendejas?”.
El chiste fue el pretexto para que Catón dejara de manifiesto su humor ante las personas que llenaron el recinto instalado bajo el laurel del zócalo de la ciudad de Oaxaca.
“Los conferencistas, los primeros 20 minutos mueven la inteligencia, los siguientes 20 el corazón y los últimos 20 las asentaderas”, exclamó el escritor que con esta frase arrancó las carcajadas de los asistentes. Continuó, entonces, con una selección de chistes sobre las señales que indican que un hombre ya llegó a la edad madura, del tiempo que hacen los conferencistas en el escenario y de cómo se alargan en el uso de la palabra.
Luciendo una guayabera negra, Catón también recordó a su esposa, con quien vivió 60 años hasta el día en que la puerta de su casa quedó abierta y entró una oscura visitante que se la llevó.
“Yo no sé por qué Dios la quiso a su lado, yo la necesitaba más que Él”.
Catón, cuyos artículos se publican en decenas de periódicos, incluyendo los diarios en la Verde Antequera, reconoció que disfruta de visitar de la Feria del Libro de Oaxaca porque, a diferencia de otras, es una feria de la lectura.
“Un libro que no se lee es un objeto inerte que no tiene vida y por tanto, no da vida a quien lo lee. Entonces, decir feria de la lectura es decir feria del libro vivo” y agregó: “A pesar de las nuevas tecnologías, el libro siempre será el medio que siempre nos brindará sus enseñanzas, sus reflexiones y su alegría y se convertirá en un buen amigo que nos incitará a la búsqueda de la verdad, el bien y el amor”
Al final de su presentación el articulista habló de las bellezas de Oaxaca y las bondades que tiene la Verde Antequera, y pidió a los presentes sentirse orgullosos de su origen.
“Me encanta Oaxaca, por eso digo que cuando me porto bien Diosito se las arregla para encontrar un pretexto para mandarme a Oaxaca”.
MEXICO EN MÍ
Viajero incansable, Armando Fuentes Aguirre, Catón, recorre todos los caminos de México. No hay estado del país al que no lo hayan llevado sus andanzas. Quien ame esta patria y quiera sentir su genio y su figura, su corazón y su alma, encontrará en este libro motivos para amarla más profundamente y conocerla mejor.
Catón hace un recuento de sus vivencias a lo largo y ancho del país que deriva en un crisol de la cultura popular mexicana: los mercados, la música, las iglesias, la gente, entre muchas otras cosas. En cada una de estas páginas, el lector sentirá el latido de nuestro país, la nobleza de su pasado, el vibrar de su presente y la esperanza de su porvenir.