Aunque podría haber habido otras razones, la Procuraduría General de la República de Arely Gómez desentonaba en la estrategia gubernamental de dejar hacer-dejar pasar en el caso del gobernador con licencia Javier Duarte de Ochoa. De la PGR salieron versiones de órdenes de aprehensión cuando el veracruzano estaba en el despacho del secretario de Gobernación y también los datos de su red de corrupción.
Si se quiere resumir el caso judicial de Duarte de Ochoa se puede aplicar la frase de Benito Juárez desempolvada por Héctor Aguilar Camín: “a los amigos justicia y gracia, a los enemigos la ley a secas”. A pesar del ambiente de opinión pública tan negativo en contra de Duarte, el gobierno federal ha actuado con una escrupulosidad que asombra: el gobernador veracruzano fue recibido en oficinas públicas, advertido de que lo encarcelarían y dejado en libertad para huir.
Los recientes cambios –Arely Gómez de la PGR a Función Pública y Raúl Cervantes del Senado y el PRI a la PGR– se deben leer como un reforzamiento priísta de las oficinas con expedientes contra la corrupción. Los optimistas dicen que Duarte tendría la protección jurídica avalada por el gobierno, en tanto que los pesimistas afirman que sólo le dieron dos cuadras de ventaja.
El caso fue que los expedientes en curso en la PGR no ameritaban en lo general un relevo de titular y que el proceso de transformación en fiscalía debió haber comenzado con un procurador apartidista y ajeno a los intereses del gobierno en turno; en este sentido, el sustituto Raúl Cervantes fue director jurídico del PRI en tiempos de Roberto Madrazo Pintado y recientemente secretario general adjunto del partido. En el Senado le tocó presidir la cámara alta en la aprobación de las reformas estructurales.
En este sentido, el relevo en la Secretaría de la Función Pública y la PGR es de corto plazo, porque desaparecerán con el Sistema Nacional Anticorrupción y con la instauración de la fiscalía general de la nación. Por tanto, el presidente Peña Nieto habría quemado dos piezas importantes en la lista de funcionarios al enviarlos a tareas sin destino político porque por razones de su militancia no podrían ser titulares de las nuevas oficinas. Ahí es donde aparece el factor Duarte como el acelerador de los cambios como una forma de blindar al PRI hasta donde se pueda.
Los expedientes calientes de la PGR –extradición de El Chapo, los 43 normalistas, la persecución penal contra Duarte– serán los prioritarios del nuevo procurador; y ahí llama la atención de que un importante cuadro partidista del PRI tenga que operar la orden de aprehensión de Duarte y su procesamiento por corrupción. En fuentes políticas se cree que la aplicación juarista estricta de la ley a Duarte le permitiría eludir la cárcel y quedar sólo en regreso del dinero agarrado y la inhabilitación política.
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The White House 2016: a trece días de las elecciones, el panorama de tensión sigue profundizándose, con ataques contra Trump y nada contra las agendas de corrupción de Hillary. Por su cobertura de la campaña contra Trump, el The New York Times ya se conoce como el National Enquirer, es decir: un tabloide de escándalos que se vende en supermercados… Un estudio del Media Research Center señala que los medios han dedicado 91% de la información de campaña a Trump y toda ella negativa…
Política para dummies: La política es la habilidad para comprar aliados, porque ganan los que compran voluntades y no los que suman honestidades.
Sólo para sus ojos:
- Hasta donde se tienen datos, no existe en el gobierno federal ningún otro expediente preparado contra algún gobernador; es decir, que no habría persecución contra el chihuahuense César Duarte ni el quintanarroense Roberto Borge.
- Fricciones reales entre el jefe capitalino Miguel Ángel Mancera y el gobierno federal porque el primero se niega a ofrecerle espacio público al presidente Peña Nieto en inauguraciones de obras conjuntas. La intención de Mancera es lograr que Hacienda amplíe el presupuesto de inversión para la ciudad de México, urgente para la precampaña presidencial del jefe de gobierno.
- Resistencia de los hermanos Moreira a las revelaciones de las relaciones de cárteles del narco con los gobiernos de ambos. Sin embargo, hasta ahora no ha reaccionado a los datos aparecidos en una computadora en España que habla de esas relaciones peligrosas de políticos con el crimen organizado.
- Si se lee bien, la frase del presidente Peña de que ningún presidente se levanta con ganas de joder a México debe ser leída como una especie de disculpa pública en el sentido de que los errores fueron involuntarios.
@carlosramirezh