EDUARDO ARAGÓN
Está por iniciar la 14 edición del Festival Internacional de Cine de la UNAM (FICUNAM), que se celebrará del 14 al 20 de junio, con una amplia oferta de actividades especiales y estrenos de películas nacionales e internacionales, (para checar el programa completo puede ir al siguiente enlace: https://ficunam.unam.mx/wp-content/uploads/2024/06/PROGRAMA-DE-MANO-FICUNAM-2024-COMPLETO-WEB.pdf).
Dentro de las películas internacionales que se proyectarán en el festival, se encuentra Reas, una película dramática-musical basada en hechos reales de la directora argentina Lola Arias, que se estrenó a nivel mundial en la 74 edición del Festival Internacional de Cine de Berlín (Berlinale), el pasado mes de febrero.
La película fue filmada en la ex Cárcel de Caseros, ubicada en el barrio porteño Parque de los Patricios, con actrices no profesionales, gente real, expresidiarias recién liberadas de prisión (ex-reas). La directora comenta, en su página de internet, que la idea original era hacer la película en una prisión real y en funcionamiento con personas que estuviesen cumpliendo su sentencia, pero la pandemia de COVID-19 se atravesó en el camino del proyecto y ya no hubo forma de realizarlo de esa manera.
La historia está basada en hechos de la vida real, Lola Arias dice que todo lo que se cuenta en la película pasó. La trama se centra en la historia de Yoseli Arias, interpretada por ella misma, quien fue detenida en un aeropuerto con un paquete de droga. Yoseli es ingresada en una prisión y condenada a 4 años y medio de cárcel por ese hecho.
Al ingresar a prisión, Yoseli será el vehículo por medio del cual nos transportaremos por las vidas de las demás reas que se encuentran, y con las que convive, en prisión, conoceremos un poco de sus pasados, de sus sueños, de sus frustraciones, de sus formas de ser y de pensar.
El filme nos muestra otra perspectiva de las personas que cumplen sentencia, alejada de prejuicios o estigmatizaciones, que no aborda los hechos que las hicieron estar en prisión. Una perspectiva que se centra en el ser humano; pero que tampoco muestra las posibles deficiencias de un sistema de justicia y penitenciario, casi universalizado, rebasado, que está claro que no funcionó; ni las difíciles condiciones en las que la población penitenciaria se encuentra en la gran mayoría de cárceles latinoamericanas.
Lola Arias seleccionó para la realización del filme personas transexuales y cis, con la intención de diversificar y visibilizar el amplio abanico de tipos de seres humanos que somos, sentimos y coexistimos. Así mismo, buscó hacer la película evitando mostrar los cuadros de violencia que suelen incluir las películas que hablan de situaciones similares.
Este otro creativo enfoque que la directora da a la película se nota desde el primer momento, no sólo por su musicalización, que le da un toque estético extraordinario y de la que hablaremos más adelante, sino también por el manejo de la luz y los colores, prefiriendo ambientes y escenarios luminosos, colores claros, alegres, hasta pasteles. Todo esto, logra que nos olvidemos de que estamos en una prisión, el lugar más lúgubre y aterrador del mundo de los vivos.
Un enfoque en el que la humanidad, la solidaridad, la esperanza y la lucha por los sueños serán el marco en el que conoceremos las vidas de las reas. Para ello, se sirve también de una extraordinaria herramienta artística: el musical, que utiliza de forma pertinente y destacada; que le da vida a las tinieblas y un toque muy especial a la película.
Entre la dramatización se insertan, intercaladas muy acertadamente, con mucho sentido en el manejo de los tiempos de la película, algunas piezas musicales con coreografías bien diseñadas, que le dan un toque de originalidad y de calidad al filme. Como dijo Nietzsche: la vida sin música sería un error, y eso parece que lo tiene muy claro Lola Arias.
Una característica que le da un valor agregado a los números musicales es que la directora se inclinó, en la selección de la música, por ritmos populares como el pop, la cumbia y el rock-pop, a través de los cuales, las protagonistas narraran sus propias vivencias, anhelos y sentires.
Las piezas musicales se encuentran muy bien interpretadas, sobre todo si recordamos que han sido realizadas por actrices no profesionales, que también son bailarinas y cantantes no profesionales; pero dicha circunstancia llena las escenas musicales de una sensación de naturalidad que le da un toque especial que sin duda enriquece la película.
Las actuaciones, en lo general, no son perfectas, pero, de acuerdo a las circunstancias, son bastante buenas; de hecho, por allí se integra algún ejercicio de meta cine —que me parece que pudo evitarse— que ilustra y ejemplifica lo difícil que por momentos fue, pero al mismo tiempo la voluntad de todo el elenco para lograr interpretar, de la mejor manera, sus papeles, que aunque sea el de ellas mismas, siempre exige esfuerzos histriónicos extraordinarios. En este sentido, también se evidencia que existe un gran trabajo en la dirección de las actrices.
Por último, me gustaría tocar un punto que pudiera parecer que no tiene ninguna trascendencia, pero, para mí, si resulta importante, para iniciar un pequeño debate al respecto: Se ha tendido a catalogar a Reas como una película documental, híbrida, pero documental, no sé si dicha tendencia venga desde la producción o dirección de la película o ha sido obra de la crítica u otros agentes externos; me parece que, sin que ello demerite en lo más mínimo la calidad del producto cinematográfico final, el hecho de alejar este drama de las situaciones reales que viven las personas recluidas en los centros de internamiento penitenciarios, le quita toda posibilidad de ser clasificado como documental, ello a pesar y sin perder de vista que está inspirada en hechos reales.
La opción de darle otro enfoque, humano y esperanzador, al filme es absolutamente valido y hasta loable y plausible. Artísticamente también resulta un acierto; pero creo que el concepto que uno puede tener de las obras cinematográficas clasificadas como documental, puede perder sentido si se acepta que películas como Reas, que toman distancia de las circunstancias reales que rodean los fenómenos que cuentan, aunque estos fenómenos sean reales, empiezan a ser considerados en esa categoría de documental.
Tampoco se trata de poner una categoría por encima de otra, de hecho, me parece que artísticamente un drama tiene mayor mérito que un documental, pero insisto no es la intención poner a uno por encima de otro, simplemente, mantener claras determinadas clasificaciones que ya existen, cuando ello se pueda realizar, tampoco se trata de darle una clasificación a todo.
La primera función de Reas en el marco del FICUNAM, está programada para este jueves 13 de junio a las 16:30 horas en la Sala José Revueltas en Ciudad Universitaria de la CDMX. Una oportunidad única que no deben perder y que de tomarla, no se arrepentirán de haberlo hecho. Reas es una forma diferente de hacer cine, creativa e innovadora; de mostrar y, por consiguiente, ver las situaciones que nos aquejan.