JOSUÉ SALVADOR VÁSQUEZ ARELLANES
OAXACA, Oax. (sucedióenoaxaca.com).- La infancia de Alejandra Moffat estuvo marcada por el contexto en el que vivió, la dictadura (de Pinochet), donde su niñez iba por la ciudad y por el aire libre del campo en casa de sus abuelos donde pasó mucho tiempo, alternando con la casa de sus padres habitada de secretos todo el tiempo y usando fantasías para explicar ciertas cosas, donde nada era lo que parecía: un vinilo de los Hermanos Grimm pero que adentro tenía a Fidel Castro hablando. Una casa con reuniones secretas y demás cosas que como niña no se podía explicar y que las vivía en la aventura, en la propia fantasía, algo que influenció para dedicarse a la escritura.
Sus padres pertenecieron al Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) y después al Partido Por la Democracia (PPP), algo que marcó una infancia politizada y que significó un cierto despertar prematuro al verse en una vida doble, desde los actos políticos públicos hasta los actos familiares más secretos: “La primera vez que yo tomé alcohol en mi vida fue que mis papás me dieron alcohol cuando salía Pinochet”, confiesa.
Sobre cómo se enteró del caso de la Colonia Dignidad, Alejandra Moffat admite que fue desde muy pequeña, la zona en la que vivía era muy cercana a un restaurante y una tienda (con gente de vestimenta alemana tradicional) donde vendían muchos productos comestibles que producía La Colonia, y que eran famosos por ser muy ricos por lo que siempre tenía antojo de probarlos, pero sus padres le tenían prohibido acercarse a ese lugar, porque había gente mala.
Ya hacía finales de 1990 cuando se acaba la dictadura y se abren las puertas de La Colonia (tomando en cuenta que borraron muchos archivos, lo que sabemos es la punta del iceberg), Alejandra (y Chile) se enteran de que secuestraban a niños, de que los transformaban de chilenos a alemanes, de que el líder (Paul Schäfer) era un pedófilo y que venía escapando de la Alemania Nazi. Aun así hasta los 2000 era un lugar sobreprotegido, los policías y los militares estaban muy coludidos con ellos, era una historia que se sabía pero igual no era juzgada, haciendo que el imaginario lo retratara como una casa del horror.
En propias palabras de Alejandra Moffat y para el público de Oaxaca Cine, La Casa Lobo“ es una experiencia animada, es una película que te sumerge entre un sueño y una pesadilla, y que es imposible que te deje indiferente entre la técnica y la experiencia que hay detrás; en realidad es como vivir una experiencia”.
Para escribir el guion de La Casa Lobo que duró alrededor de cinco años, y durante el tiempo en que en paralelo se estaba produciendo y haciendo la película, nunca pararon de investigar sobre La Colonia, de la cual sigue surgiendo información hoy en día lo que lo vuelve técnicamente un tema actual.
La película va de la mano de dos voces narrativas, la de María y la del Lobo, algo que obedece a una intención de rol jugando a que esta película podría haber sido creada por el líder para que estos niños nunca escaparan de la colonia, para que siempre superarían que él iba a estar con ellos; de ahí que María hable en un español alemán y se comunique sólo en alemán con El Lobo, algo que sucedía en la realidad de La Colonia donde para dirigirse a Paul Schäfer nunca podía ser en español.
Sobre algunos de los casos documentados que dan vida al personaje de María, Alejandra Moffat nos comenta: de La Colonia dos personas intentaron escapar, y lo consiguieron, pero los Carabineros (la policía) las devuelven a La Colonia y le dicen a toda la opinión pública que estaban locos; de ahí que se eligiera la animación para describir el encierro y lo pesadillesco, una decisión a cargo de Cristóbal León y Joaquín Cociña quienes llevan haciendo animación casi 12 años, y quienes tenían dos cortometrajes previos, Lucía y Luis, a las que les faltaba el lobo, que es esta película.
Frente a la corrección política actual, Moffat nos comenta que después de que concluyan los tratos con las distribuidoras su política es que las películas deben soltarse para que la mayor cantidad de público la vea. A La Casa Lobo le fue muy bien en festivales por lo que logró conseguir distribuidora y estar cinco meses en cartelera en Chile, y se debe a que hay un público de la animación adulto que está harto de la animación homogénea de Pixar, de Disney, de tener un final feliz, una moraleja, y cansa; el público está ávido de ver otras cosas, el público es inteligente y también se cansa de esta visión aleccionadora o políticamente correcta de las cosas y le gusta disfrutar películas que tienen otro corte.
A pesar de que las dictaduras son algo del siglo pasado, para Alejandra en pleno Siglo XXI el capitalismo es una nueve especie de dictadura, que a pesar de parecer una palabra tan trillada es un modelo económico que ha comenzado a regir tanto hasta convertirse en la autoridad del mundo, haciendo de éste algo muy injusto donde existe una gran cantidad esclavitud, todos los países están llenos de esclavos, cuando se dice que ya se abolió.
Es un mundo muy cruel por un modelo económico que ha regido tanto, tanto que más importan cuánto valen la trata de personas en el comercio, más allá que sea un niño de ochos años al que secuestran, lo vendan y lo violen. La economía ha dominado a todos en realidad que poco importa la humanidad, lo que hace que todos trabajemos más para tratar de conseguir más dinero que termina rigiendo tu vida, cosas que uno normaliza porque si pensaras todo el tiempo en eso no saldrías de la depresión. Este mundo es brutal y cada vez hay más esclavos.
Alejandra Moffat estuvo en la edición pasada del Campamento Audiovisual Itinerante (CAI), donde tuvo la oportunidad de escuchar a Yásnaya Elena Aguilar (lingüista, escritora, traductora, activista de derechos lingüísticos e investigadora ayuujk), quien a su vez cuestionaba por qué todo un país se debe identificar con una sola bandera, por qué todos nos debemos identificar con el español, y cómo el estado desde sus políticas trata de hacernos ver que todos somos iguales, pero que en el fondo es una herramienta de control.
Sobre cómo ve que autoridades protejan más a los policías que a las víctimas, Moffat comenta que le parece fatal; la democracia y muchas cosas que están asociadas al Estado y la política son pura ficción, no están hechas realmente para lo que están hechas, se dedican a otras funciones claramente. Es insólito que una persona que acusa que la violaron cuatro policías, tenga como respuesta que hay cámaras de seguridad y pruebas periciales extraviadas, esto está generado un grado de indignación que cuando explote va a reventar; y que después de tal acto publiques la “reunión feminista”, es como reírse de tu pueblo, es como reírse en la cara de las mujeres y víctimas de violación que son miles, y millones de personas que están sufriendo este momento. Es tan inhumano y tan descarado, no sólo hacen mal su trabajo, sino que dañan a personas con un nivel de impunidad indignante, donde la víctima tiene terror de haber denunciado. En este sentido, es igual a una dictadura, idénticas a la historias que escuchaba de niña, policías que violaban y que tenían impunidad, que se podían encontrar con la víctima y sonreírle.
El tema es que si no se ataca desde la educación el machismo, nunca va a cambiar, sino hay planes de educación o políticas claras de gobierno, es incumplible, porque se entiende que el macho tiene esas características y así va a seguir pasando. Se les dice a las mujeres denuncien, pero por qué todas las campañas de denuncia van dirigidas hacia nosotras, por qué tengo que hacerme cargo del proceso del otro, por qué no se le dice a los hombres esta conducta es incorrecta. Nosotros nos podemos hacer más rudas pero eso no nos defiende de nada, a la hora de la hora la verdad es que no.
-¿Todo está perdido?, le pregunto a Alejandra.
-No. Todos los proyectos que tienen que ver con una educación más colaborativa, que integra a los individuos realmente no de forma piramidal, establece un diálogo verdadero, y en el diálogo verdadero tú puedes hablar de todo, el tema es que la educación en muchos países está tomada como un ejército, donde el niño no tiene una capacidad de reflexión y de generar un punto de vista. Si no hay diálogo no hay ningún caso. Sin embrago Oaxaca es un ejemplo de organización en las comunidades, una independencia y una reflexión de auto gobernarse, un proceso que está vivo y que se reflexiona en reuniones de hasta 15 o 20 horas, donde se están discutiendo temas importantes y que se deben dialogar de verdad.
Alejandra Moffat también fue asesora de guion en La Camarista (personajes femeninos dentro de un hotel, un modelo muy capitalista), un proyecto comandado por mujeres y algo especial para ella porque considera importante rescatar la vida no sólo de los héroes en el cine bajo la visión hollywoodense, que son narrativas que cansan, aburren y que incluso son masculinas. Hoy en día hay mujeres cineastas que van surgiendo y que irán creciendo en un medio dominado actualmente por hombres, por lo que los equipos de trabajo son una preocupación primordial para Alejandra, quien sólo entra a proyectos donde haya una relación horizontal, donde no haya abusos económicos, y donde haya una comunicación directa entre todo el equipo, lo que hace que los proyectos sean más independientes, porque el modelo industrial tiene un modelo del abuso; “no me meto en proyectos si siento que están quebrantando una cosa” y no trabajaría en un equipo en el que haya una persona machista”. Es posible hablar en otras dinámicas, uno no tiene que ser dependiente del abuso para sobrevivir haciendo cine. “Jamás denunciaría al que piratea la película, me parece bien que se vea, y si cuesta 5 pesos por mi mejor a que cueste 100 pesos”.
― Películas como Roma, La Camarista, El ombligo de Guie’dani, Chicuarotes, Las Niñas Bien, han estado abordado el clasismo mexicano quizá de manera más reflexiva, ¿a qué crees qué se deba esto? ― pregunto ―:
–Yo supongo que la gente a veces despierta, ¿no? Que deja de normalizar las cosas. En México, en América Latina y en otros lugares se está despertando a la injusticia, a dejar de normalizar cosas que no son para nada normales.
La Casa Lobo tardó 5 años en realizarse, de 2013 a 2018, con un guion que sufrió muchísimas modificaciones y donde se generaron 52,000 fotografías para generar un plano secuencia donde ningún ángulo de plano es igual a otro; y se presenta hoy jueves 22 de agosto a las 18:00 horas en Oaxaca Cine.
*Cinefágo: El que tiene el hábito de comer y devorar cine.
#NosVemosEnOaxacaCine