La Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU establece el derecho al trabajo como uno de sus preceptos fundamentales. En ese sentido, los comerciantes organizados bajo el nombre de Proyecto Agroecológico y Artesanal Pochote Xochimilco, tienen todo el derecho de procurar el sustento para sus familias. Lo han hecho durante seis años sin la regulación que exige la ley y en un sitio emblemático de una comunidad ancestral, como lo es el atrio del templo de Santo Tomás Xochimilco: una explanada que han utilizado con el respaldo del párroco, pero sin la anuencia de los habitantes que sienten vulnerado uno de sus espacios más simbólicos en el entramado comunitario. Y lo han hecho, además, pese a los conflictos colaterales que este mercado generó no sólo para el atrio mismo como espacio histórico, sino para el primer cuadro del barrio, donde los vecinos experimentan una problemática vial creciente en un entorno de calles estrechas, desniveles abruptos y callejones.
Como escritor y gestor cultural, comprendo la necesidad de impulsar proyectos productivos comprometidos con el respeto al medio ambiente y la salud. Soy partidario del concepto de lo orgánico como una opción fundamental en el complejo mapa del consumo alimenticio. Y lamento que este importante proyecto de mercado no tenga un sitio propio y adecuado para la venta de sus productos.
La problemática que hoy ha alcanzado un punto de quiebre tiene sus antecedentes, y en todo ello hay que analizar el papel que han jugado el propio párroco, el crecimiento exponencial y casi arbitrario del número de comerciantes y el sentir de los habitantes de esta antigua demarcación.
En el apartado de Transitorios, el Artículo Sexto de la Ley Federal de Asociaciones Religiosas y Culto Público, dice que “los bienes inmuebles propiedad de la nación que actualmente son usados para fines religiosos por las iglesias y demás agrupaciones religiosas, continuarán destinados a dichos fines.” Aquí tenemos, entonces, un primer indicio de conflicto legal, al dársele al atrio del templo un fin distinto al que debe tener.
Las demás interpretaciones y lecturas de esta problemática, como la protección del patrimonio cultural o la metafórica escena de Jesús de Nazaret expulsando a los mercaderes del templo, no son menos importantes para los sectores del barrio. Aunque buena parte de la comunidad de Santo Tomás Xochimilco es profundamente devota del culto católico, también hay personas, como en mi caso, que examinan esta situación desde la perspectiva de la preservación del patrimonio tangible e intangible.
Respeto la trayectoria de Uvi como un hombre preocupado por las problemáticas sociales y las injusticias que han permeado la historia de este país. Y por esa razón considero que debería ser más sensible en la comprensión de los símbolos identitarios que han marcado la existencia de una comunidad como la nuestra. El Barrio de Santo Tomás Xochimilco asume y vive su identidad de manera intensa y honesta: significan mucho para nosotros las tradiciones que se han labrado durante siglos, los espacios donde transcurre nuestra ritualidad y los monumentos que son columna vertebral de nuestra historia. El territorio es parte fundamental de la identidad de los pueblos y los habitantes de este barrio lo sabemos bien.
El 19 mayo de 1926, al publicarse el decreto que convertía a los antiguos municipios de Jalatlaco y Xochimilco en barrios de la ciudad de Oaxaca, perdimos grandes extensiones de territorio: amplias zonas de labranza, tierras comunales que se extendían hasta los límites del Ejido Guadalupe Victoria, Trinidad de Viguera y San Jacinto Amilpas. Orografía abundante en cerros, barrancas, veneros de agua y arroyos, fauna y flora privilegiada. Hoy Xochimilco quedó confinado al casco del antiguo pueblo.
Si la construcción de la carretera internacional en 1944-45 significó una vía de comunicación para todo un continente, ello ocasionó una herida para el barrio de Xochimilco, que quedó dividido en dos. Gradualmente esa carretera, hoy infestada de tráfico, ha ido marcando un abismo cada vez más profundo entre los dos segmentos del barrio.
Qué decir de la artesanía, que ha sido otro de los rostros esenciales de esta comunidad. Hacia 1960 había unos tres talleres artesanales en cada cuadra. De mi infancia recuerdo el sonido rítmico de los telares, los hilos secándose al sol en nuestras calles. Hoy esos sonidos se están apagando. Hoy sólo quedan 8 talleres de textiles y tres de hojalatería artesanal. En 1960 se registraba un censo de casi 30 talleres familiares de telares. El movimiento social de 2006 vino a darle un duro golpe a la artesanía en Xochimilco, del cual aún no se recupera. ¿Qué estamos haciendo al respecto?
Entre todo este escenario cambiante, el Barrio de Xochimilco se mira a sí mismo en los entrecruzamientos del tiempo que lo ha transformado, que le ha arrebatado elementos esenciales de su geografía identitaria, y creo que esta reacción de defensa de sus espacios simbólicos es comprensible.
En las redes sociales se ha desatado una campaña en contra del Comité de Vida Vecinal, al cual pertenezco. Muchas personas nos han tildado de ignorantes pero desconocen las aristas de un conflicto que se ha venido arrastrando por más de cinco años. Ha habido, incluso, alguna que otra expresión iracunda por parte de los mercaderes, volanteo difamatorio. Nuestra comunidad no se va a involucrar en hechos de violencia con ningún grupo ajeno al barrio y para ello hemos activado los elementos institucionales necesarios para evitar que esto detone en algo mayor.
Como un proyecto exitoso y creciente, el mercado El Pochote debe asumir esta crisis con inteligencia y sin resentimientos hacia nuestra comunidad. Existen líderes, productores y mujeres de gran experiencia en el campo de la gestión dentro de su estructura. Por qué no seguir el ejemplo del otro grupo de El Pochote, que adquirió un predio en la calle Rayón, donde funciona sin contratiempos y sin el riesgo de activar conflictos comunitarios. Todo un gran reto, que sólo una buena organización y los adecuados liderazgos sabrán afrontar.
Como muchos ciudadanos asumimos con coraje la defensa del Cerro del Fortín ante el escenario de imposición que se estaba gestando para construir ahí el Centro de Convenciones, así asumimos que hay sitios que deben ser respetados en su esencia. Que haya un Proyecto Agroecológico y Artesanal el Pochote, tan necesario en la dinámica económica de Oaxaca, pero en un sitio adecuado, digno y, sobre todo, propio.
3 comentarios
Nada les quita compartir este espacio (que solo es por un par de dias a la semana) con un proyecto que no vulnera los derechos de nadie en el barrio de Xochimilco y por el contrario lleva a turistas y a gente de la misma capital de Oaxaca y sus alrededores a visitar y conocer este sitio… encuanto al redactor de el articulo pienso que debe de tener sus necesidades primarias cubiertas y ser de clase acomodada ya que alguien que un luchador social nunca va en contra de su propia gente…
Estoy de acuerdo contigo Ivan Glez. Además en una sociedad todo cambia por diversas razones, el que haya menos artesanos hoy, se debe a que la gente se desplazado hacia actividades del sector terciario de la economía. El espacio denominado “El Pochote” puede ser hasta una oprtunidad para rescatar la labor artesanal del pueblo, particiapndo de este mercado.
Hola, solamente quiero expresar que el Mercado que está en Rayón tiene los mismos problemas de tránsito, solo que nadie de los vecinos dice nada porque es parte del crecimiento, es decir; todas las personas que viven en la ciudad saben que no encontraran estacionamiento cerca de su casa!! Creo que ese Barrio se esta encapsulando y no quiere crecer, una cosa es cuidar las tradiciones y otra quererle darle a los Barrios el tratamiento de pueblo, en plena ciudad ¡! Es ridículo!!
Yo creo que todo esto es una cuestión POLITICA en donde hay DINERO de por medio; sabemos que los COMVIVE (Comité de Vida Vecinal), la mayoría son manejados por políticos, donde ponen a gente de sus partidos para poder sacar dinero y pedir firmas y demás ¡! Y creo que este caso es muy evidente, ya que los vecinos de ese Barrio NO se están quejando ni nada ¡! No he visto en ningún periódico que muestre las firmas de los vecinos, o una foto en donde estén protestando o algo en donde se vea que están inconformes!
Me pregunto, también van a quitar los demás Mercados que se ponen en los atrios de las Iglesias??