OAXACA, Oax. (sucedióenoaxaca.com).- Aunque por su signo zodiacal Héctor Martell se consideraba un «romántico empedernido», y no obstante que varias de sus canciones se convirtieron en «flechas» del travieso Cupido, el compositor tenía claro que sus temas, al igual que otros del mismo corte, formaban parte del «chantaje» para llevarse a una mujer a la cama.
Así lo dijo abiertamente en una entrevista realizada hace casi 20 años, que forma parte del libro inédito Aproximaciones a la desmesura del alma, de la cual te compartimos algunos fragmentos para recordar a don Héctor Martell y Delgado, nacido el 17 de febrero de 1933 en un pueblito que se llamó antiguamente Tlacoquemécatl, hoy Colonia del Valle en la Ciudad de México, y residente de la #CiudadDeLosArtistas por casi 50 años, hasta su partida, a los 78 años, en junio de 2011.
Ahí va Martell, el que escribió «Amor Añejo»
Tuve la inmensa fortuna de empezar a tocar la guitarra a los doce años y desde entonces me decidí a escribir canciones porque llamaban mucho mi atención los temas de la radio. No existía entonces la porquería ésta -señala el televisor-, que sólo ha servido para perjudicar a la gente. En la radio escuchaba canciones que se colocaban en el gusto de público por su calidad, no por la cantidad de veces que las ponían. Temas de Gonzalo Curiel, Agustín Lara, Manuel Esperón, Guty Cárdenas; temas que tenían sentido común y a pesar de que servían para chantajear a las mujeres, eran muy bellos, se empleaban para llevar “gallo”, serenata.
Precisamente, el canto del gallo, es la conquista del macho; en el hombre es la serenata con canciones románticas y la mayoría de canciones para la conquista han sido escritas por hombres. Hay mujeres que escriben bellísimo, pero si te das cuenta, canciones como las de María Grever hablan de despecho o del amor que no reciben: «Alma mía sola, siempre sola, sin que nadie comprenda mi sufrimiento. Si yo encontrara un alma como la mía, cuántas cosas secretas le contaría. Un alma que al mirarme sin decir nada me lo dijera todo con la mirada».
Un compositor, en cambio, emplea sobre todo palabras para conquistar a una mujer, porque las canciones son parte de la conquista y esto lo deben saber las mujeres.
El hombre emplea el término amor como escudo para conquistar a una mujer. Generalmente una mujer nos gusta, pero no la amamos. Nos gusta, la queremos poseer y la poseemos y la tenemos y la disfrutamos, pero eso no es el amor.
Recuerdo que hace algunos años se les decía a las mujeres: Dame una prueba de amor ¿Y cuál era esa prueba? Pues vete conmigo. ¡Pero ésa no es una prueba de amor! Es una prueba de que es una mujer, un ser humano que tiende a cohabitar con un ser del sexo contrario. Pero la mujer confunde el amor con el engaño. No, el amor es otra cosa. La sexualidad es otra cosa totalmente diferente. El hombre por condición natural siempre pide. ¿Qué pide? Cuerpo, cuerpo, eso es lo que pide el hombre. Y la mujer, se entrega.
Yo le canto a la vida y el amor es parte de la vida. Tengo canciones que hablan de amor, porque de alguna manera tiene uno que expresar sus sentimientos, pero no confundir el amor con los sentimientos.
Recuerdo la enseñanza de una mujer que me dijo: Tú no sabes amar. Yo era muy joven, tenía 23 años, una edad en la que uno sólo busca saciar sus deseos pero no sabe amar. Y esa mujer me dijo: Tú ni siquiera sabes saciar tus deseos porque buscas una mujer y como animal te le vas encima. Y yo creo que el 99.99 por ciento de los hombres hacemos eso. Ella me dijo: No m’ijo, tú tienes que aprender a amar y a tratar a una mujer. A partir de entonces considero que el deseo y el amor son cosas muy diferentes. Puedes desear y amar a la vez, pero también puedes amar sin desear o desear sin amar.
El amor es una cosa tan bella, tan pura, que no se puede describir. Cada quien lo entiende a su manera, porque somos un mundo de conveniencias, cada quien hace y dice lo que le conviene; difícilmente hablamos con la verdad. La verdad la trajo un gran Señor, pero no se trata de hablar del cristianismo ni del Señor que trató de enseñarnos a vivir con la verdad y es lo que menos hacemos. Todos vivimos en un mundo de mentiras, de falsedad, de engaños, de transas, de perjuicios, de daños. No somos honestos ni con nosotros mismos.
Hay mujeres que son muy felices con un hombre maduro. Porque como lo dice mi canción, con la experiencia que tiene un hombre mayor le da un trato diferente a la mujer, la valora más. Creo que la edad propia del matrimonio debiera ser así, con una distancia de muchos años, porque la mujer por medio de los embarazos, de la vida que lleva, tiende a envejecer un poco más pronto que el hombre; aunque su resistencia es mayor, su físico tiende a afectarse un poco más. Cuando una pareja tiene la misma edad al paso de algunos años empieza a darse un rechazo: la señora ya no quiere saber nada del marido, cansada de que la trate de cierto modo y el marido empieza a buscar a una mujer más joven.
Pero repito: las canciones no son más que un instrumento para la conquista. Siempre lo he dicho, la canción de amor es un chantaje. Pero, qué lindo chantaje ¿no? Muchísima gente me ha dicho: “Gracias a tu canción tengo una mujer más joven, porque la usaba yo como anzuelo y la llevaba de gallo”. Qué bello que una canción sirva a la sociedad de la cual formo parte.
Debo confesar también que cuando escribí Amor añejo, en 1978, lo que buscaba era una canción que me colocara en el gusto del público. Hay un poco de vanidad en esto. No pienso tanto en lo que pueda producirme económicamente el tema, sino que al pasar por la calle digan: “Ahí va Martell, el que escribió Amor Añejo”, que lo he sentido infinidad de veces y me llena de una satisfacción espiritual bien bonita.
Sin duda esta es la canción que me dio prestigio como autor, es mi tarjeta de presentación. Hay más de 40 versiones, la han grabado infinidad de cantantes, muchos que yo desconozco realmente. La Sociedad de Autores y Compositores tiene el registro de 48 intérpretes: están Los Románticos de América, Carro Show, el Trío Fantasía, Los Montejo, Los Ases, Rigo Domínguez, Napoleón, Roberto Pulido, Alejandro Jaén. Incluso hay algunos intérpretes fuera del país que no han reportado sus grabaciones. En Puerto Rico hay otra grabación bellísima, en Japón hay otra versión, en japonés, claro.
Cuando vino a Oaxaca el presidente de Francia, Francoise Miterrand, por 1984, Marthita Vasconcelos le cantó Amor añejo. Le encantó el tema, pidió la letra y se la llevó. Estas son satisfacciones que no se pagan con nada.
Si pudiera, coleccionaría mujeres
No hay placer más hermoso que tener en los brazos una mujer y saberla tratar. Hay quien acumula dinero, coches, una serie de cosas; si pudiera, yo tendría una colección de mujeres, ¡De veras! No hay nada más bonito, más placentero, más padre, que tener una mujer. Por eso no se puede justificar la agresión contra la mujer y si ésta se da es porque hemos descuidado nuestra educación.
Por ahí tengo una frase que me la enseñó uno de mis hermanos. Dijo: A una mujer la puedes perdonar diez o más veces, a un hombre jamás. Entonces, date cuenta de la magnitud de eso. Los errores de los hombres no se deben de perdonar, los de las mujeres, sí. Porque la condición humana es así. Pobres de aquellas mentes femeninas que han tratado de bajar el nivel de la feminidad porque para hombres como yo, sabemos que las mujeres son superiores a nosotros.
Hace poco compuse una canción para invertir un poco los papeles y en vez de hablar de modo posesivo de la mujer diciéndole “Mía”, le canto diciéndole “Tuyo, yo soy tuyo”. Esta canción es un ofrecimiento. Aunque le hemos cantado mucho a la mujer, siempre le decimos que ella es nuestra, le pedimos que se nos entregue, pero aquí yo cambié totalmente el concepto. Aquí yo me entrego diciendo Yo soy tuyo.
Armando Manzanero le cantó a la mujer diciéndole “Mía”, pero es muy tonto cuando dice: Mía aunque con otro contemples la noche, porque entonces ella no es de él. Hay otra canción de Agustín Lara que dice: Mía, sabiéndote ajena, sintiéndote mía. En cambio hay una de Manuel Esperón, ¡Qué bella canción! que también se llama Mía. Yo dije: ¿Por qué no hago una canción como esas? Y escribí: “Sentirte mía es una forma de expresarte que te quiero”. Después pensé ¿Y por qué no, en vez de mía, tuyo? Así la mujer puede decir: Mío ¿no? No se estila pero la mujer se siente muy halagada cuando sabe que el hombre es de ella, sobre todo si es fiel. Así fue como surgió esta canción:
Yo soy tuyo
Porque has llenado de calor mis noche frías
Porque disfruto de tu voz todos los días
Porque me quieres y me aceptas como soy
Yo soy tuyo porque has cambiado con amor todas mis cosas
Donde hoy hubo cardos y basura hoy tengo rosas
Donde hubo llantos y dolor hoy tengo amor.
Sólo te pido que seas conmigo leal y sincera
No. No hay hombres fieles. Lo que hay son hombres mentirosos. Aunque para mí no existe la infidelidad mientras no se abandone a la pareja. La infidelidad es la separación de lo estrictamente puro, fiel, pegado, que está contigo.
Por ejemplo, en el caso de Naila, la mujer de la canción de Chú Rasgado, no hay infidelidad cuando ella le dice: “Ya me embriagué con otro hombre”, ya me enamoré de otro hombre, ahí no existe infidelidad porque está hablando con la verdad. Le está diciendo olvídate de mí, ya no te quiero. Hay honestidad de su parte.
Ahora, la infidelidad de sentimientos es muy diferente de la infidelidad carnal. El engaño carnal puede ser pasajero, pero, ¡Aguas!puede tener consecuencias. Si una mujer engaña a su marido, pues adelante, pero a ver quien le va a mantener al bodoque.
Existen culturas donde el hombre tiene tres o más mujeres y viven bien. Y esto no afecta absolutamente en nada a la sociedad. Si el hombre puede querer y cumplirle a las tres…
Sería padrísimo que incluso se conocieran dos mujeres que aman a un hombre. Ahora que, habría que preguntarle a una mujer si le gustaría vivir con dos hombres. A lo mejor por curiosidad o por saciar una fantasía sexual, sí, pero no para convivir de modo permanente. Yo creo que no.
Normalmente las relaciones entre un hombre y una mujer no tienen nada que ver con lo social, porque hay que separar los instintos animales con la situación de seres humanos. Si nosotros nos comportáramos como seres humanos seríamos personas muy rectas, no tendríamos gobiernos corruptos, ni policía, ni nada, seríamos seres totalmente mecánicos pero muy limpios. Pero el hombre tiene muchas otras facetas.
Te voy a ser franco: Cuando el hombre despierta a la pubertad, cuando tiene 13 años se enamora hasta de la hermana, pero nuestra sociedad no tiene la capacidad para entenderlo y brindar una educación sexual a los niños. ¡Es real! Los niños juegan al sexo, juegan al papá y la mamá; la sexualidad es parte importante en el desarrollo de la humanidad, es la culpable de que estemos superpoblados. Cuántas veces vamos por la calle y vemos jovencitas de doce, trece años, acarameladas con el novio y luego, a los tres meses están embarazadas, sin saber la responsabilidad que entraña el ser madre. Eso lo produce la falta de educación y el confundir el amor con el sexo. No tiene nada que ver el sexo con el amor. Ahora que, tanto el sexo como el amor deben ser responsables.
Y de la vida tengo un montón de conocimiento
Estoy satisfecho con mi vida, pero inconforme porque pude haber hecho más, porque nunca terminas de aprender y normalmente cuando estás cerca del ocaso de la vida dices: creo que agarré un camino equivocado. Pero conforme vas creciendo vas aceptando lo que has vivido, la vida se impone y nos da opciones que muchas veces no entendemos. Pero creo que todo está condicionado de acuerdo en el medio que vivimos.
Si tuviéramos una política social verdaderamente democrática viviríamos muy bien, y cuando hablo de democracia no me quiero meter en política, sencillamente la democracia es igualdad, no puede haber democracia en un pueblo en que hay disparidad económica, porque nunca se impone la razón sino el dinero.
No estoy conforme del todo con mi vida porque pude haber hecho cosas más importantes a nivel social. No quiero decir que lo que hago no es importante, sí lo es, y además es muy bello, pero siento que tuve capacidad para hacer muchas cosas, para poderme desenvolver no solamente en el ámbito musical, porque además debo decirte que mi trabajo lo hago de forma autodidacta, tuve que empezar a ganar dinero para vivir a los doce años, así aprendí a tocar la guitarra y a los trece años me lancé a la calle. No me explico por qué se trata despectivamente a los niños de la calle si en la calle el hombre se hace hombre, se hace bueno o malo en la casa o en la calle, cada quien tiene su camino.
No me considero compositor, soy un cantor, canto lo que quiero y musicalizo medianamente mis canciones No soy compositor y lo digo categóricamente. ¡Ojalá lo fuera! Esa es una de las inconformidades de mi vida. También me hubiera gustado ser un excelente cantante, tener una voz privilegiada y cantar por todo el mundo las cosas que yo escribo.