ERNESTO REYES
Consorcio Oaxaca es una organización civil feminista que ya es un referente en el Sur Sureste de México, y en los espacios de defensa de los derechos humanos en nuestro país. A lo largo de dos décadas, cumplidas este mes, ha logrado consolidar acciones y tareas que promueven la igualdad de género y el respeto al pleno ejercicio de los derechos fundamentales de las mujeres oaxaqueñas.
Estas mujeres, profesionales en diversas disciplinas, han buscado “incidir en los procesos legislativos y de política pública, así como promover la articulación de redes ciudadanas que procuren la capacitación y formación de mujeres que exijan y luchen por el reconocimiento de sus derechos”. En momentos brillantes han alcanzado estos propósitos, pero su desempeño muchas veces se topa con gobiernos que ningunean su trabajo. En contrario, los particulares, los movimientos, familiares de las víctimas, y las víctimas mismas, saben que Consorcio siempre tiene una puerta abierta para darles acompañamiento, desde una óptica solidaria y humanista.
Las Consorcias forman parte de las organizaciones de la sociedad civil que no han caído en los extremos de otros grupos que, en este proceso de transformaciones, se han puesto del lado de los poderes hegemónicos, sino que asumen una vertiente de izquierda, libertaria y apoyo genuino a las mejores causas. No son las progres buena ondita; su compromiso es genuino y digno de reconocer por impulsar la agenda que le interesa a este amplio sector. Consorcio es continuación de otros movimientos y organizaciones feministas y de la sociedad que abrieron brecha en Oaxaca, antes que iniciara este siglo.
Desde el año 2004, cuando gobernaba el sátrapa Ulises Ruiz, ellas han llevado el registro de innumerables casos de violencia feminicida cometidos en contra de mujeres y niñas a manos de machistas violentos. Además, el seguimiento y documentación sobre el alto número de feminicidios que, al no coincidir con los informes oficiales, provoca urticaria a gobernantes y funcionarios de seguridad que prefieren ocultar o minimizar las cifras para no asumir su responsabilidad. El dato irrefutable y triste es que Oaxaca sigue estando entre los primeros lugares de agresiones por motivos de género en el país. Y esto a nadie le da gusto.
En los informes ciudadanos denominados Plataforma de Violencia Feminicida, disponible en su página web, puede darse seguimiento a esta situación que ocurre “ante la inacción y complicidad de un Estado que no ha logrado garantizar a las mujeres una vida libre de violencia y con acceso parejo a la justicia”.
Integrantes del Congreso Estatal les han permitido a las Consorcias incidir en la construcción de reformas y leyes a favor de las mujeres, como sucedió el 25 de septiembre del año 2019 cuando con otras mujeres feministas lograron que se aprobara la despenalización del aborto. Como producto de esta intensa lucha del movimiento feminista local y nacional, Oaxaca se convirtió en el segundo estado, después de la Ciudad de México, en contar con este derecho.
Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad Oaxaca también ha exigido, al lado de mujeres de diversas procedencias, organizaciones y partidos, una mayor participación política para las mujeres. En muchos casos se ha avanzado, aunque existen ejemplos vivos de que se ejerce violencia política por razón de género en varios ámbitos de la vida pública.
En el marco del conflicto social del 2006, Consorcio se sumó a las causas del movimiento magisterial y popular que derivó, entre otras acciones, en la toma de los principales medios electrónicos de la capital del estado. En este marco, y ante la necesidad de defensa legal que se requería, se comenzó a brindar asesoría jurídica a movimientos sociales y el acompañamiento a presos políticos y sus familiares que demandaban justicia por las graves violaciones a derechos humanos que se estaban cometiendo. También acompañan a mujeres indígenas y a madres que han perdido a sus hijas y reclaman justicia y no se limitan en apoyar a jóvenes, artistas y a personas periodistas cuando son amenazadas.
Actualmente pugnan por la liberación del indígena zapoteca, Pablo López Alavés, quien suma 12 años de reclusión arbitraria y violaciones a sus derechos. Consorcio ha elaborado novedosas propuestas de difusión y, con la red de defensoras mesoamericanas, creó dos casas de acogida para mujeres en situación de riesgo y como espacio de reflexión para mujeres defensoras.
Tres mujeres son parte fundamental en el equipo de Consorcio: la fundadora, Anamaría Hernández Cárdenas, la actual presidenta, Yésica Sánchez Maya – y en su momento- Pilar Muriedas. Después de dos décadas estableciendo lazos de colaboración con otros colectivos y organizaciones afines, en la construcción de procesos de cambio político y cultural, desde estas líneas deseamos larga y combativa vida a las Consorcias.
@ernestoreyes14