El 15 de noviembre, el gobernador de Oaxaca, entregó su sexto Informe de Resultados, así lo llamaron, el último de su gestión.
Los resultados son magros, la estrategia bienestar en la opacidad y con serios problemas de focalización. Un negocio para unos cuantos.
El programa de cocinas comunitarias, su emblema, en la total opacidad, en respuesta a una solicitud de información sus responsables dijeron desconocer el programa que aparece en el portal del DIF con la denominación Cocina Comedor Nutricional Comunitaria, con total cinismo, por llamarle lo menos; argumentaron: “…informo a usted, que de acuerdo al encuadre programático que se encuentra en el Sistema de Integración Presupuestal implementado por la Secretaría de Finanzas, en este Sistema DIF Oaxaca, en la información presupuestal que manejamos, no existe un programa denominado Cocina Comedor Nutricional Comunitaria…”.
El Fondo Regional utilizado para otros fines, menos para combatir las desigualdades en nuestras regiones más pobres.
El Centro de Convenciones, mejor dicho, sus obras accesorias, sin beneficio social alguno, hoy se le conoce como el capricho del sexenio.
Hoy en una franca afrenta a los ciudadanos, están forrando con material sintético las columnas y trabes del estacionamiento. Nos tratan como tontos, creerán que nos vamos a tragar el cuento de los “jardines verticales”. Un ecocidio es lo que cometieron.
Lamentamos que el gobernador no haya ido al Congreso a dar la cara a los representantes populares, que no haya ido al único ejercicio de rendición de cuentas con que cuenta, se acabó la parafernalia.
Lamentamos que haya mandado al bote de la basura el bono de legitimidad que le fue otorgado en 2010; que la gestión pública se haya deteriorado al repartir las dependencias y entidades a los partidos políticos de la coalición, sin haber tomado en cuenta los perfiles de quienes las dirigieron.
Lamentamos que algunas reformas constitucionales solo hayan servido para el reparto de cuotas en órganos autónomos. Que la profesionalización de los órganos autónomos y del poder ejecutivo, haya quedado en el baúl de los recuerdos.
Lamentamos no haber tenido el gobierno que quisimos, lamentamos que Gabino Cué haya enterrado la esperanza de mucha gente, que el Gobierno de todos y para todos, haya sido para unos cuantos.
A los oaxaqueños y oaxaqueñas, nos queda claro que las coaliciones con intereses electorales no funcionan a la hora de gobernar, no garantizan una mejora en la gestión pública. El PAN y el PRD, fueron un lastre para nuestra democracia, se sirvieron con la cuchara grande, cuotas y cuates en el Poder Ejecutivo, en Órganos Autónomos, como el Electoral y el de Transparencia.
Ningún miembro distinguido de estos partidos hizo el intento de abonar para mejorar nuestras instituciones, ninguno para combatir la corrupción, menos para disminuir nuestras desigualdades. Los Diodoristas solo vinieron a saquear las arcas; nadie para impulsar mecanismos de transparencia de los recursos públicos; no abrieron la transparencia, por convenir a los intereses del hermano del Exgobernador Diódoro Carrasco, el Fideicomiso que reparte los recursos para el campo oaxaqueño, hoy estancado en la pobreza extrema.
El encargado, no propuso reformas al sector salud para terminar el pleito entre el seguro popular y los servicios de salud, que hoy tienen a los ciudadanos sin medicamentos, sin infraestructura y sin atención médica. No quisieron a Oaxaca.
Hoy los nuevos legisladores de oposición se manifiestan con discursos a favor de la transparencia, contra la corrupción y el reparto de cuotas, contra la opacidad que privó en el Congreso.
Vamos a ver cuánto tiempo les dura el discurso al confrontarse con los hechos. Hoy varios de ellos, copartícipes de esta crisis, “escupen para arriba”.
MORENA, con la espada de Damocles, tiene la gran oportunidad histórica de no unirse a este lastre. Vamos a ver si predican con el ejemplo de su guía moral: no robar, no mentir y no traicionar, vamos a esperar si el dinero no los cambia. Al tiempo.
Es mi opinión.