VILLA DE ZAACHILA, Oax. (sucedióenoaxaca.com/vía COMUNICADO).- De origen ancestral y servido en la antigüedad a los emperadores zapotecas y aztecas, su nombre proviene del náhuatl mulli, palabra que se empleaba para nombrar a las salsas de chiles.
En Zaachila, tierra de vasta cultura y gastronomía antiquísima, el mole también tiene un arraigo cultural de suma importancia.
Es Ruperta Pacheco Pérez, mujer de avanzada edad, quien hoy, con 79 años, continúa elaborando este enigmático platillo, desde tostar el chile, cacao, llevarlo al molino y todo ese barroco proceso que da como resultado el exquisito mole.
Comenta que por el humo que desprenden los chiles cuando los asan, ha contraido molestias en los pulmones.
“Por este problema ya sólo preparo mole para servir en mi comedor, ya no hago para fiestas o encargos y porque tengo mis fieles comensales”, comenta al tiempo que una sonrisa se dibuja en su rostro.
Todos los días se despierta a las 5:00 de la mañana, va o manda al molino para que a las 6:30 horas, el comedor comience a expender las diferentes comidas que sus antepasados le enseñaron a preparar, las actividades del día terminan casi a las 8 de la noche.
En estas fechas su platillo es muy solicitado, incrementando hasta un 50 por ciento las ventas, por lo cual su hija Patricia le ayuda.
Entrevistada en su comedor, la señora Ruperta comparte que uno de los secretos -al menos en el giro de la gastronomía- es que a una le guste cocinar, “hay que hacerlo con cariño y de buen humor, porque si no, así se siga la receta de cualquier comida al pie de la letra, nomás no va saber bueno y rico”.
Su esposo, el señor Aquilino Méndez Félix, ha sido su compañero de vida por casi sesenta años, en ocasiones pasan la mañana juntos viendo los condimentos y especias que se ocuparán para los platillos.
Así son los días de esta mujer zapoteca, quien con sus manos, y sus sentidos, crea y hace vivir el mole de esta tierra.
Recuerde, en esta temporada de celebración por el Día de Muertos, personas como tía Ruperta, pueden proporcionarle el místico mole, una de las ofrendas que usted puede colocar en el altar dedicado a las ánimas que una vez en vida, formaron y siguen formando parte de su historia personal.