ERNESTO REYES
Estamos en modo Guelaguetza. Hay mucho ánimo, en gran parte de la población, nada más escucha el nombre de esta fiesta como se llama ahora a la centenaria tradición de los Lunes del Cerro. La temporada está plagada de ferias o exposiciones que siguen el mismo patrón que en el pasado reciente, igual que los convites o desfiles encabezados por funcionarios, en vez de darle su lugar a quienes, en el espíritu original de 1932, vienen a ofrendarle su guelaguetza a la señorial Oaxaca de Juárez. No hay que olvidar que Ulises Ruiz inventó dos presentaciones más, y que los gobernadores priistas introducían hasta a sus hijas y consortes en las Delegaciones. O que de pronto aparecieran bailando artistas de Televisa.
El hábito de rendirle pleitesía y servidumbre a los gobernantes de la época neoliberal solo se suspendió durante el gobierno de Gabino Cué. Pero más tardó Alejandro Murat en llegar que en revivir la pasarela de lisonjas al tlatoani, a servidores públicos y su familia. Hoy esta lamentable costumbre está de vuelta. Incluso se repite en la llamada Guelaguetza magisterial para rendirle culto a los dirigentes; además, en las guelaguetzas que se realizan en otros municipios, donde la figura es la autoridad municipal.
La tradición dancística oaxaqueña perdió, con su partida, a la profesora Paulina Solís Ocampo, creadora de la coreografía “Flor de piña” que tantos aplausos recibe en nuestras fiestas. A pesar de haber sido creada para insertarla en estas festividades, por encargo de un gobernador, es delicia de propios y extraños. Tuxtepec se entristece nuevamente ante el inesperado fallecimiento de una de las integrantes de la delegación que participaría en las fiestas de julio, la maestra Kary León Gaytán. Descansen en paz.
Otra mala noticia, según denuncia Fernando Guadarrama, uno de los premiados en el Grammy Latino 2022, es la exclusión en las ediciones de los Lunes del Cerro, del Fandango Cuenqueño Afromestizo, es decir, la representación de la versada y los sones que siempre han acompañado la vida de los habitantes de la Cuenca del Papaloapan, lo cual el músico considera una injusticia por parte del llamado comité intersecretarial que sustituyó al defenestrado comité de autenticidad.
Recientemente la Delegación de Betaza también fue apartada; lo mismo ha sucedido con la de Ejutla, en otros años. “El fandango es una fiesta viva que se renueva cada día en su lírica y su música, que está presente en las fiestas patronales de los pueblos del norte de Oaxaca, con una comunidad creciente y diversa, que rebasa ya sus fronteras regionales y se extiende por distintos lugares (…) El fandango y el son están vivos, no es una estampita folclórica para el turismo”, dice Guadarrama en información de Patricia Briseño.
Ahora contra Connie Rueda
No le cayó nada bien a la diputada morenista, Concepción Rueda Gómez, el haberla pretendido involucrar en negocios turbios con la botarga dinosáurica, Xóchitl Gálvez, señalando, sin ofrecer pruebas, que sería la propietaria o principal accionista de una constructora que tiene obras en varios estados de país, incluyendo Oaxaca. La legisladora hizo el desmentido ante el youtuber Vicente Serrano, del Noticiario Sin Censura.
Quedó claro, en la aclaración con Serrano, que sí conoce a Xóchitl, pues coincidió con ella en el Senado, mientras la titular del escaño, Susana Harp, realizaba labores relacionadas con el Covid-19. Refirió que su señor padre vendió materiales para construcción, pero el negocio ya no funciona. En cuanto a su situación patrimonial, Connie Rueda se puso a disposición del comunicador para que se le investigue sobre esta afirmación sin sustento.
No hay que olvidar que hace poco Rueda se la jugó con Susana Harp en sus aspiraciones por figurar en la encuesta por la gubernatura. Y que en el actual proceso la diputada primero apoyó a Marcelo Ebrard, pero luego apareció en el proyecto de Claudia Sheinbaum. La vida pública de Connie Rueda la ubica trabajando en gobiernos del PAN y el PRI, pero hoy es senadora suplente de Oaxaca por Morena.
La “guerra sucia” trata de hacer valer el adagio de “calumnia que algo queda”. El episodio reveló, además, que hay afanes de cerrar el paso a las personas que amenacen la comodidad de quienes afilan sus fauces para repartirse los cargos de elección popular. Ya hasta despensas de a cien pesos andan vendiendo a la gente pobre de las colonias. Como hacía el PRI. Miserables.
¿Serán los mismos que al interior del cabildo de Oaxaca de Juárez le están haciendo “manita se puerco” a Francisco Martínez Neri para que no le queden fuerzas para aspirar a otro puesto de elección popular?
@ernestoreyes14