ERNESTO REYES
Ahora que la familia gobernante se despide de su “reino dorado”, arrecian críticas contra la frivolidad y chabacanería con que se conducen estos personajes públicos que, en lugar de atender los problemas de Oaxaca, aparecen constantemente en eventos sociales, de modas, revistas del corazón y millonarias campañas publicitarias, en su mayoría pagadas con recursos públicos.
En sincronía, fuera del estado se muestran espectaculares de Alejandro Murat quien sueña con la presidencia de la República cuando ni siquiera es capaz de detener el clima de inseguridad y violencia local, como se expresa en el crimen del empresario Adalberto Castillo González quien, paradójicamente, había participado también como consejero ciudadano y municipal de seguridad pública.
La Guelaguetza y la promoción turística son el pretexto para los despilfarros oficiales, pero los meses se les hacen cortos para seguir manteniendo sus presencias en festivales, eventos deportivos, de modas, etcétera, mismos que se replican en sus redes sociales. La familia del gobernador tik toker, en el ámbito del marketing digital.
La comunicadora Sayra Peralta, convocó en esta plataforma, a la discusión pública con esta pregunta: “¿Cómo ven a la 1ra dama, Ivette Murat, utiliza recursos públicos para traer el Mercedes-Benz Fashion Week, con el fin de saciar su frivolidad y posicionar su marca Moravy usando diseños plagiados de artesanos oaxaqueños?”
En la Semana de la Moda se darán a conocer, en una confluencia de intereses comerciales de autos de lujo, mezcal, artes y textiles oaxaqueños, a diseñadores locales, que se inspiran en la producción cultural de nuestras comunidades indígenas. A pasarelas como ésta, que se realizan en Nueva York, París, etcétera, confluyen modelos, compradores, estilistas y editores de moda; invitados selectos que vienen a hacer negocios de beneficio empresarial.
La crítica de Sayra y usuarios de las redes sociales giran en torno a que desfilan creaciones costosas y lujosas de reconocidos diseñadores. Por lo que consideran injusto que la esposa del gobernador presente sus “creaciones”, cuando hay muchísimos diseñadores oaxaqueños que pudieran tener también la oportunidad.
Una de las marcas a presentarse es Moravy – alerta la maestra Peralta- que le pertenece a la actual presidenta honoraria del DIF, Ivette Morán de Murat, lo cual no tiene nada de ilegal, decimos nosotros, pues en el marco de la libre empresa, cualquier persona tiene el derecho de hacer negocios.
Lo anormal, es hacer uso del presupuesto – si se estuviesen destinando dineros públicos, como se aprecia– en promover una marca, porque quien lo hace pone en desventaja a eventuales competidores que con esfuerzo han venido desarrollando creaciones, prendas y productos, con el fin de ocupar un lugar en el mercado global. No todas y todos los emprendedores lo consiguen, pues generalmente no tienen ni el apoyo de los gobiernos ni recursos para publicidad y comercialización. Es una competencia desigual, ventajosa, poco ética.
En este sentido, el plagio y la apropiación cultural de los diseños comunitarios derivó, el año pasado, en la expedición de la Ley Federal de Protección del Patrimonio Cultural de los Pueblos y Comunidades Indígenas y Afromexicanas, la cual establece diferentes mecanismos para protegerlos de la copia y el usufructo ilícito de las expresiones culturales de los pueblos. Una de sus impulsoras en el Congreso, Susana Harp, podría explicar mejor los alcances.
Se dispone, sin embargo, que el uso del patrimonio cultural indígena y afromexicanos se realice con el previo consentimiento y acuerdo con las comunidades, para que, en caso de aceptarse la colaboración, exista una retribución justa para los depositarios y transmisores de la gran tradición cultural de nuestro país.
En la legislación queda claro quiénes son los propietarios de las expresiones culturales y los mecanismos, a partir de los cuales, terceros ajenos a las comunidades, pueden participar de su comercialización, bajo el principio general básico que es la libre determinación y autonomía de los pueblos y comunidades. Esto es, ellos deciden esencialmente las formas de explotación de sus expresiones culturales y qué manifestaciones son susceptibles de ello.
El Mercedes-Benz Fashion Week, donde una de las figuras principales es Yalitza Aparicio mostrando atuendos de quien la invitó a la Guelaguetza, anuncia la presentación de colecciones de talentos como Moravy y Pompi García, así como de danzas, cantantes, pintores y un homenaje al oaxaqueño Armando Mafud. Ah, y aparece un cantante que también viene a hacer negocios con la pobreza del campo mezcalero. No tiene llenadera la “familia real” que vaya que sí creó, construyó y creció con el “milagro” oaxaqueño y el “modelo” Oaxaca.
@ernestoreyes14