Hace falta difusón de la ciencia marina.
CARMEN ELISA
Jaime García Terrés (Ciudad de México, 1924-1996), editor, diplomático, ensayista, director del Fondo de Cultura Económica, de la Revista de la Universidad; traductor de la poesía Malcolm Lowry, sostuvo: “Quizá por efectos de la Conquista, México es un país que vive de espaldas al mar”. Durante el siglo XX esa fue la marca que otorgó gobierno y academias a los mares y océanos, el olvido; pasado el tiempo, jóvenes científicas oaxaqueñas, licenciadas en biología marina, egresadas de la UMAR Campus Puerto Ángel, en tiempos de pandemia COVID-19, intentan revertir el oscuro tiempo nacional marítimo: desde Zipolite se organizan, abordan el espacio desplazado de la ciencia y las artes y difunden, desde la virtualidad, la importancia que tienen los océanos para la vida humana.
Corren los días de la pandemia, me quedo en casa, San Martín por la Secundaria, leo poemas de Alberto Blanco: EL CIELO -el cielo que conocemos-/ es el sueño de una piedra (El sueño de la piedra dedicado a Rufino Tamayo).
A finales del siglo pasado, la maestra Helena Beristáin, luego de cien años de que en el país se dejara de impartir la clase de Retórica en las aulas, dijo: “las figuras retóricas son origen para el desarrollo del pensamiento y la comprensión de los lenguajes visuales”; se anticipó a su tiempo, se sumó a los esfuerzos que hacía Rubén Bonifaz Nuño, destacado poeta, para elaborar programas y diccionarios que sirvieran a los miembros del Instituto de Investigaciones Filológicas (creado en 1973 por Bonifaz Nuño; la maestra Beristáin se integró en 1978).
México vivía el sueño del discurso de la Revolución, se anhelaba el “progreso”; desde la capital de la República imitaron el desarrollo cultural de otras naciones, crecieron los municipios industriales; la provincia permaneció como “reserva de la espiritualidad” nacional, el nuevo modelo de país requería mano de obra calificada y barata. En el sexenio de Luis Echeverría se crearon los tecnológicos, industriales, agropecuarios, pesqueros. En Oaxaca, a nivel secundaria, se instaló en Puerto Ángel un plantel pesquero, con modelo de internado, junto al rastro de tortugas; en el Istmo, en Salina Cruz, colonia San Juan, inició operaciones la Escuela Técnica Pesquera No. 20.
Echeverría ordenó dotar a los planteles con embarcaciones cubanas de acero y cemento, los llamados Ferrocementos; el futuro nos alcanzó: la pesquería de la tortuga, ante el ecocidio, fue clausurada, la industria del camarón se vino a pique con la malversación de los préstamos otorgados por BANPESCA; entrado el nuevo milenio, se pudo observar pudrirse los barcos camaroneros en muelles y dársenas del Pacífico.
Los dosmiles entraron para ver un México de población desnutrida, que respiraba de espaldas al mar, como hacía 500 años; en Oaxaca, el doctor Modesto Seara Vásquez pensó en rescatar el viejo edifico de la Técnica Pesquera de Puerto Ángel, instaló la Universidad del Mar. La divulgación de la biología marina será importante para conocer lo que tenemos, lo que somos; requerimos simpatía con los temas de la ciencia marina; simpatizar con ellos será estar a favor de nosotros mismos.
– La prensa sólo se interesa por el amarillismo- dijo Carmen Elisa Rito Ruiz.
Este año cayeron lluvias inusuales en Oaxaca, pasado 18 meses de pandemia las cifras se incrementan con lo que las autoridades sanitarias denominan “la tercera ola de contagios”: para este día 236 casos positivos, para un total de 50 mil 113 confirmados; sumaron 11 defunciones, para un total de 4 mil 02 fallecidos en la entidad (escribo la noche del 13/07/ 2021). Por la página de Fish Behaviour, el lunes 12 se transmitió la charla que impartió la bióloga marina Carmen Elisa Rito Ruiz; la científica, nacida en 1995, originaria de la colonia Monte Albán, en la capital del estado, territorio de ladrones y narcomenudistas, expuso un tema singular: “Impacto Antropogénico al fitoplancton”.
La charla estuvo moderada por Sharon Catalán y Míriam Fernanda Juárez; el público participó con una pregunta constante: ¿por qué no se difunde en los medios el tema de la ciencia marina?
Carmen habló desde la perspectiva donde hace difusión de la ciencia marina: borda dinoflagelados, organismos unicelulares que habitan la superficie marina; a partir del registro estético en tela, con hilos difunde la forma de los organismos que aportan el 50% del oxígeno en el planeta y que resisten y se adaptan a tres ataques producidos por humanos: el vertido de contaminante en los mares, el cambio climático y los micro plásticos.
– El tema del fitoplancton es desconocido, pero de una importancia primera para la vida en la tierra: “los pequeños organismos producen el oxígeno que respiramos y las lluvias”, si se altera su medio se altera la vida de nosotros: hace falta poner más medios a la difusión de estos temas. La ciencia es muy interesante, quien se acerca puede observar formas distintas a las que conocemos; me gusta bordar la imagen de los microrganismos.
Escucho las palabras de Carmen y reconozco el acierto en otro siglo de la maestra Beristáin: hay que relacionarnos con la retórica, las formas singulares del habla, para convencernos y convencer; desde ellas, saldrá el nuevo pensamiento. La lengua de la sobrevivencia; escucho a Carmen, puedo ver sus láminas, pienso en los cocolitofóricos, en la Emiliana Huxleyi, pequeño organismo que al alimentarse produce dimetil, la cadena química que libera desde la superficie marina los sulfuros que forman las nubes.
Dice Carmen:
– El mar es un espacio que me impresiona, me paso horas frente al microscopio, trabajo en el laboratorio con muestras pasadas, organismos muertos (hiozo su recolección a bordo de un guarda costa de la Armada de México, en el Golfo de Tehuantepec), ver el mar en el lente genera otra emoción, los dinoflagelados me encantan, tienen formas excéntricas, caprichosas, estar frente al microscopio es otro mundo.
Desde las costas de Oaxaca las jóvenes científicas nos invitan a pensar en el mar con nuevas relaciones de compromiso que integren las formas minúsculas. Pienso en la maestra Beristáin, como especie necesitamos otra retórica y otra sintaxis, una gramática social; regreso a mis ocupaciones, leo poemas, no salgo de casa, bien sé que la basura que arroje mañana llegará al mar; trato de ser buen ciudadano, pero me resulta imposible lograrlo.
Carmen, convencida de su trabajo, con singular paz afirma:
– Los organismos unicelulares son recursos, existen junto con nosotros, debemos preservarlos como si fuéramos nosotros. La empatía consiste en mirar que ellos existen a pesar de las personas que somos y el medio que les ofrecemos.