TLAQUEPAQUE, Jal. (sucedióenoaxaca.com/vía COMUNICADO).- Desde su campaña y cuando asumió la presidencia, una de las banderas de Andrés Manuel López Obrador ha sido la del combate a la corrupción. Pocos son los días en los que el presidente no habla de ella y de cómo la ha erradicado en la administración federal. Sin embargo para Alfonso Hernández, coordinador de la Especialidad en Integridad Pública y Estrategias Anticorrupción e integrante del Comité de Participación Ciudadana del Sistema Nacional Anticorrupción, los hechos dicen que el balance es negativo.
“Desde el punto de vista institucional, se ha avanzado muy poco. El apoyo que recibe el Sistema Nacional Anticorrupción es muy poco. La Secretaría de la Función Pública viene haciendo una labor que no es pésima, pero tampoco es lo que se espera. En el plano político estamos igual que con los gobiernos anteriores, tenemos una Fiscalía General de la República (FGR) sin grandes logros en el tema y una fiscalía anticorrupción sin recursos. En el discurso está teniendo éxito y es lo que le ha dado oxígeno a su administración”, desmenuza Hernández.
Aunque a nivel institucional se ha avanzado poco, Hernández señala que en el plano de la sociedad civil sí hay una mayor conciencia. Tragedias como la de la línea 12 del metro de Ciudad de México, que además perduran en la memoria colectiva, hacen que la gente se dé cuenta de qué pasa cuando tiene lugar la corrupción.
De cara a las elecciones del 6 de junio, cuando, entre otros cargos, se renovarán el congreso federal y el de Jalisco, el integrante del Comité de Participación Ciudadana del Sistema Nacional Anticorrupción señala que una manera de avanzar desde el Poder Legislativo “es teniendo contrapesos en los congresos, con una representación variopinta de los partidos. Los electores tienen la oportunidad de mandar un mensaje a través del voto. Aunque todo apunta a que Morena tendrá mayoría, ésta no será completa, lo que llevará a forzar acuerdos entre los partidos”.
Una vez instaladas las nuevas legislaturas, continúa Hernández, es importante realizar una “reforma 2.0” al Sistema Anticorrupción, tanto al federal como a los de los estados, para “lograr compromisos serios. En estos años de trabajo [cinco a nivel federal y cuatro en Jalisco] ya hemos visto qué funciona y qué no, qué se debe reformar. Pero para eso hace falta voluntad política”.
Desde la perspectiva del académico del ITESO es importante que la ciudadnía asuma una mayor participación en el combate a la corrupción y en la defensa de organismos autónomos como el Instituto Nacional Electoral (INE) y el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai) y de las organizaciones de la sociedad civil. “Es necesaria una lupa ciudadana para proteger el entramado institucional y crear un escudo ciudadano contra el autoritarismo”.
En ese sentido, agrega, lo importante es crear redes que contribuyan a construir más ciudadanía, más grupos organizados que repliquen las diferentes luchas. “Lo hemos visto en el tema de la inseguridad. En Jalisco ahora hay una red social que exhibe la ineptitud del gobierno. Seguramente pronto veremos algo similar con el tema del agua. Lo importante es crear conciencia y generar una red organizada que exige derechos”, dice Hernández, para quien también es fundamental poner el ojo en lo que pasa en el sector privado.
“Estamos acostumbrados a ver la corrupción en el ámbito público, pero en la iniciativa privada también hay mucho trabajo por hacer”, explica el académico y cuenta que en la Especialidad en Integridad Pública y Estrategias Anticorrupción del ITESO hay un par de módulos dedicados al gobierno corporativo. “Necesitamos empresas que respeten ciertas reglas y que, cuando las incumplan, tengan sanciones. Necesitamos compañías que sean íntegras”, concluye Alfonso Hernández.