Fotografía: CARMEN LETICIA PACHECO
OAXACA, Oax. (sucedióenoaxaca.com).- Unas horas antes de los atentados en París la noche del 13 de noviembre de 2015, el artista plástico Max Sanz (Oaxaca, 1992) acababa de salir de la capital francesa donde tuvo una exposición por aquellos días.
Haber estado geográficamente tan cerca de las explosiones donde perdieron la vida 137 personas de distintas nacionalidades, así como el clima de terror que invadió el mundo tras los atentados atribuidos al Estado Islámico, trastocó su forma de entender el mundo, sostiene el pintor quien, dice, empezó a preguntarse sobre la guerra, tanto la exterior como la interna personal.
“Esa situación me marcó mucho, me obligó a ponerme a leer sobre las guerras en el mundo, y en particular que enfrasqué en la guerra que protagonizaron en el siglo XVI España contra Inglaterra cuando la flota del rey español Felipe II fue bautizada de forma irónica por los ingleses como ‘La armada de la flota invencible’ que fue vencida por Inglaterra luego de que, según cuenta un pasaje entre leyenda y realidad, esta flota estuvo envuelta por un huracán donde se perdió la mitad de la tripulación”, relata Max Sanz.
Comenta que de la historia pasó a investigar qué pintores habían abordado en su obra el tema bélico y fue entonces cuando empezó a producir una serie de 30 piezas que conforman la exposición “La armada de la flota invencible” que inaugura este viernes 1º de julio a las 19:00 horas en la Galería Rufino Tamayo de la Casa de la Cultura Oaxaqueña.
“Mis personajes se diversificaron, algunos, como los elefantes, permanecen pero también surgieron nuevos personajes, manejo otros colores, es una obra con más dinamismo. La mitad de las piezas que aluden a la flota inglesa tren mucho colore incluido el amarillo que casi no utilizo, y en la parte que se refiere a la flota española opté por el negro y la hoja de oro, que era el signo de la España de los siglo XV y XVI obsesionada por conquistar el mundo por el oro”, explica el artista.
“La armada de la flota invencible” puede interpretarse también como la exposición de graduación de Max Sanz quien este verano concluye sus estudios superiores en el Universitario Bauhaus de la ciudad de Puebla.