1.- La mesa de Bucareli es una hábil maniobra de control de daños del gobierno federal y la “puesta en escena” de una demanda de acercamiento entre las partes exigida a gritos por todos los sectores sociales en México.
Seamos sinceros, el diálogo no lo propició la fuerza del movimiento magisterial, ni la voluntad política de Osorio Chong, este fue posible “gracias” a los terribles acontecimientos en Nochixtlán Oaxaca; a los errores cometidos, voluntaria o involuntariamente, por los mandos policiacos, y a los altos costos humanos que causaron dolor y muerte en familias humildes de Oaxaca.
2.- Sin embargo, el diálogo es una buena señal para todos los actores y una oportunidad para retomar la vía política en la solución de la crisis. Si lo que se busca es transformar el conflicto, esta es una extraordinaria señal para detener la violencia y construir condiciones de paz y justicia. Si no se busca esto, el diálogo sólo será un mero pretexto para que cada uno de los actores busque sacar ganancia política de la tragedia.
3.- El diálogo no debe partir de la omisión de los hechos. Grave sería que el diálogo sirviera al gobierno federal para lavarse las manos de la sospecha fundada que en Nochixtlán se cometieron violaciones a derechos humanos: ejecuciones extrajudiciales, tortura sistemática y detenciones arbitrarias. El diálogo debe tener como razón de equilibrio una profunda investigación, por parte de la Procuraduría y de organismos independientes, de aquellos hechos.
4.- Pero la atmosfera del diálogo está oscurecida y brumosa. La campaña impulsada desde las altas esferas del poder, utilizando a poderosos medios de comunicación, para desacreditar las causas del movimiento, para vincular a sus líderes con la guerrilla y para criminalizar -a la vieja usanza- a las organizaciones sociales, no hace bien al contexto en que se puedan dar las negociaciones. Todo esto estorba y es un obstáculo para la eficacia de la mesa política.
5.- El juego del empresariado no es un asunto menor. El desabasto en Oaxaca y la afectación a la economía, se debe tomar como algo serio, pero no debe servir para pintar otra manchita más a la CNTE. La afectación económica en Oaxaca no es de ahora y el desabasto en las comunidades de alta marginación ha sido una constante. Programas de combate a la pobreza y de reactivación económica se han impulsado en el estado desde hace tres décadas y no se logran remontar los índices de marginación en Oaxaca.
6.- En medio del desconcierto y la desinformación, el anuncio de la liberación del dirigente de la Sección 22 Rubén Núñez, mete una presión tremenda al diálogo. Incluso busca desfondarlo por la vía de los hechos. Hace unos días señalé: estamos en una guerra desinformada, donde lo que priva es el estigma y la discriminación mediática. Estamos en un momento delicado, la construcción del diálogo está en riesgo, pero es tan sutil que no nos damos cuenta.