ERNESTO REYES
En el día en que se conmemora el 103 aniversario del asesinato, a traición, del caudillo revolucionario Emiliano Zapata, a quien se atribuye la frase: “Es mejor morir de pie que vivir toda una vida arrodillado”, tenemos la oportunidad de participar en la consulta popular por la revocación o no del mandato del presidente, porque así lo solicitaron 11 millones de personas.
Los ordenamientos que rigen la jornada cívica de este domingo 10 de abril, se pusieron en manos del Instituto Nacional Electoral, cuyos consejeros, encabezados por Lorenzo Córdova, han despreciado o minimizado este ejercicio considerándolo prácticamente innecesario. Y así han actuado, traicionando a la democracia.
Y como no creen en el proceso revocatorio, argumentando escasez de recursos, mientras se despachan con onerosos sueldos y gastos innecesarios, acordaron instalar solo 57 mil de 161 mil centros de votación, lo que repercutirá en una baja participación, aunque gane la opción de que siga el presidente en el cargo. El requisito para que este ejercicio cívico sea vinculante, es alcanzar 37.3 millones de boletas cruzadas. Con mínima difusión y la prohibición del INE para que servidores públicos realicen promoción abiertamente, el objetivo se antoja difícil de alcanzar, pero no imposible.
Su falta de empatía con la ampliación de la democracia participativa se entiende en el contexto de una batalla de larga data entre intelectuales y sectores de corte conservador contra quienes impulsan, con el presidente al frente, la Cuarta Transformación de la República.
Las resistencias de la nomenclatura opositora a todo lo que proponga AMLO – PAN, PRI, PRD y Movimiento Ciudadano, liderados por Claudio X. González- chocan con la férrea voluntad de millones quienes, sin tener a los grandes medios de comunicación, manifiestan su simpatía con este proyecto de nación.
Pese a la movilización tardía de Morena, aunque militantes y simpatizantes hayan promovido la consulta, la gente ha manifestado su deseo de no dejar pasar esta oportunidad. No tanto para que triunfe el presidente, que se da por descontado, sino que la aprobación se interprete como la dimensión poblacional mínima que está dispuesta a impedir que, quienes perdieron el poder hace cuatro años, lo recuperen fácilmente en el 2024. Y que, además, el ejercicio revocatorio o referéndum se quede como una práctica democrática común para evaluar hacia el futuro el desempeño de quienes ocupen la presidencia.
En el estado de Oaxaca, con que el domingo participen mínimamente 826 mil personas a favor, que es la suma de lo obtenido en junio pasado los partidos Morena, PT y Verde que ahora van coaligados por la gubernatura, se estaría refrendando el respaldo al presidente. Sumarían más del 54 por ciento de un padrón de tres millones de personas.
Pero en caso de no tener estos números, debido al recorte o a que los centros de votación se hayan ubicado en lugares muy lejanos, hay responsabilidad del INE, pero también de la militancia y la dirigencia morenista local. Le estarían fallando al presidente, aunque en el discurso se llenen la boca de ser ciento por ciento obradoristas.
La boleta de revocación de mandato que usted tendrá en su mano este domingo, pide una respuesta a la siguiente pregunta: ¿Estás de acuerdo en que a Andrés Manuel López Obrador, presidente de los Estados Unidos Mexicanos, se le revoque el mandato por pérdida de la confianza, o siga en la presidencia de la República hasta que termine su periodo? Hay solo dos opciones: que se le revoque mandato o que siga. Habrá que cruzar la boleta sin que se salga del recuadro para no dar pretexto a que la invalide un funcionario exigente. La abstención no acudiendo a la urna, perjudica la consulta, en cambio anular la boleta, incrementa los niveles de participación y se toma en cuenta para los resultados finales.
Después de constatar la votación en la Suprema Corte a favor de otorgarle constitucionalidad a la ley de la industria eléctrica, y de cara a la batalla de esta semana en torno a la reforma eléctrica, queda claro que solo la movilización popular y la participación cívica salvará a la Nación de la embestida conservadora. No hay mejor ocasión para decirle al presidente que sí, que siga. Tiene nuestra confianza. Lo está haciendo bien.
@ernestoreyes14