MAURICIO CERVANTES / Fotografía: EVA LÉPIZ
Mauricio Cervantes dio ayer positivo en prueba PCR de Covid.
No publicará sus fotos en Facebook ni en Instagram con el rostro hinchado como boxeador porque simplemente su semblante es aterciopelado y de un bronceado que acusa un buen estado de salud.
No presenta otros síntomas que un ligero dolor de cabeza y agotamiento, mismos que tiene desde fines de octubre, lo que hace suponer que obedezcan a otras causas que serán analizadas en corto (presumiblemente relacionados con sus niveles de azúcar).
Conoce versiones de médicos y científicos -censurados la mayoría- que han expuesto las imperfecciones de las pruebas PCR, indicando que muchos casos positivos pudieran ser falsos positivos (y viceversa).
Lecturas hechas por scanners no reconocidas como fiables han acusado la presencia en su organismo, no de Covid, sino de una influenza aviar que hace una semana podría haberse encontrado en su última fase.
Confía en su sistema inmunológico y tiene la certeza de que el virus más comentado y denostado desde marzo de 2020 por las distintas academias científicas así como por la prensa sensacionalista, constituyen un organismo más en el planeta que ha llegado para quedarse al igual que sus distintas variantes. Ergo, que es un accidente genético (como todos los seres vivos) que terminará interactuando con nuestra especie sin aniquilarla. Por el contrario, agradece la presencia del virus en el mundo para modificar hábitos de salud, mejora en la dieta o la importancia dada al ejercicio, los baños de sol y del descanso.
Observa con respeto las aproximaciones a toda la fenomenología derivada del virus, hecha por científicos, místicos, epidemiólogos, laboratorios, médicos alópatas, fitoterapeutas, naturópatas, entre otros, pero está consciente de que solo a una década, las evaluaciones de todos ellos tendrán un valor más fiable, salpicado de menos contradicciones.
Desde su perspectiva espiritual agradece la presencia de cualquier visitante en su propio organismo: llámese Covid 19, influenza de cualquier tipo u otro agente visitante.
Conoce las cifras de organizaciones como OXFAM que muestran como las 10 mil personas que amasan las mayores fortunas en el planeta requirieron solo de nueve meses para recuperarse económicamente por los desajustes registrados desde el inicio del confinamiento en marzo de 2020. Al mismo tiempo, a sectores de la población superiores a la cifra referida -con varios ceros más a la derecha- les llevará al menos una década la recuperación.
Sabe que si una fracción de los bienes de los 10 mil más ricos -mencionados por OXFAM- fueran canalizados hacia la educación o la salud (en expresiones como la medicina preventiva) se detendrían pandemias letales como la diabetes o el hambre.
Las personas que colaboran habitualmente con Mauricio Cervantes Rodríguez en su domicilio, en caso de haber sido contagiados por él, también son asintomáticas.
Se ocupará de pagar las pruebas de laboratorio de todos.
Respetuoso de las formas sociales y protocolos marcados por las instituciones públicas de salud se recluye a partir de hoy (el miércoles 03 de febrero) por el tiempo que prescriben.
Confía en dar un reporte público, en un par de semanas, expresando sentirse mejor que nunca y finca todas sus esperanzas en sus congéneres, para que un número mayor de los que toman decisiones por ellos mismos y por los niños, pongan menos atención en la presencia de los nuevos virus para mirar a las causas que los originan, como el cambio climático derivado de prácticas extractivas o la manera de consumir energéticos o de producir alimentos.
En otras palabras, confía en que cada vez más ejemplares de su especie abrirán su corazón para combatir pandemias como la indolencia o la ignominia.