ERNESTO REYES
Hay sectores, que a partir de la reforma legislativa para restringir la venta directa de productos chatarra y bebidas azucaradas a menores de edad, están tratando de justificar, absurdamente, su oposición a una medida valiente que pone por encima de cualquier interés económico, el interés superior de la niñez.
Así lo ha reconocido, tan pronto trascendió la noticia, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, la UNICEF, organismo que considera que acciones como ésta, son necesarias para proteger el derecho de la infancia a una alimentación nutritiva, suficiente y de calidad de cada niña, niño y adolescente
Respecto a la población adulta, que seguirá accediendo libremente al consumo indiscriminado de estos “alimentos”, poco se podrá hacer en el marco de la reforma aprobada por la Cámara de Diputados local. Si como se advierte, la implementación y ordenamiento tendrá variados obstáculos, no podemos imaginar lo que pasaría si fuera una prohibición universal.
Estamos en un país retacado de leyes que poco o nada se cumplen, y a esto le estaría apostando la jauría mediática que trata de poner en el banquillo de los acusados a las y los legisladores oaxaqueños, responsables de esta hazaña que busca proteger, en la edad temprana, del consumo inadecuado de azúcares y calorías, a futuros ciudadanos que contarán con mejores defensas ante enfermedades mortales.
Sin que constituya una pretensión, es un golpe seco al poderoso sector de empresas trasnacionales y nacionales, asociadas con medios de comunicación mercantilistas que viven de vendernos productos nocivos.
Esperamos que no haya pretexto para que el gobierno de los Murat publique, en el periódico oficial, este mandamiento legislativo. Una vez que esto suceda, se conocerá el acto normativo respecto a la adición al Artículo 20 Bis a la Ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes del Estado de Oaxaca.
Voceros oficiosos de los grandes consorcios que en parte son responsables de que México lidere las estadísticas en población obesa, tratan de confundir sembrando la idea de que van a quebrar las tienditas, lo cual es completamente falso. No sucedió así cuando prohibieron la venta a menores de licores y cigarros, por lo que esta es una medida muy parecida.
Ante la avalancha de leyes similares en otros congresos, alentando esta discusión pretenden que la reforma se vuelva inefectiva. Es decir, que no tenga viabilidad ni oportunidad práctica, como una nueva norma de convivencia social.
Voceros empresariales han salido a decir que el cuerpo legislativo se saltó los límites que le marcan las normas de rango superior, por lo que no sería extraño que judicialicen dicha reforma. Hasta el momento sus quejas no han pasado de expresiones públicas y condenas verbales, a través de los medios de comunicación.
Hay que reconocer que este logro no habría sido posible sin el acompañamiento de organizaciones de la sociedad civil nacional y local que han luchado, en décadas, por desalentar el consumo de este tipo de alimentos, como una medida efectiva, además de otras, para combatir enfermedades mortales como la obesidad, la diabetes y la hipertensión.
En suma, con esta medida legislativa se está “defendiendo el interés superior de la niñez desde la prevención”, como oportunamente aseveró el doctor Hugo López.-Gatell, vocero del gobierno de la República para enfrentar los efectos de la Covid-19.
El chatarrerismo informativo ha llegado al grado de descalificar nuestro consumo tradicional de bebidas endulazadas o antojitos, como el chocolate y las clayudas, pretendiendo equipararlos a los productos industrializados con fuertes componentes químicos. Perversos. A muy pocos podrán engañar.
Vale repetirlo: la compra de los productos dañinos, ahora estará bajo la responsabilidad de los padres de los menores quienes decidirán si pueden o no consumirlos. La aplicación, vigilancia y cumplimiento de esta disposición jurídica, estará a cargo de la Secretaría de Salud en el Estado, en coordinación con las autoridades correspondientes. Igual a como ahora sucede con el alcohol y los cigarros. Vaya con los chatarreros, con perdón de quienes tienen como oficio comerciar con la chatarra.
@ernestoreyes14