SAN AGUSTÍN ETLA, Oax. (sucedióenoaxaca.com/vía COMUNICADO).- Antes de llegar a la Galería de Arte Pedro Arrupe, S.J., de la Universidad Iberoamericana de Puebla, los carteles de Carlos Franco poblaron muros los barrios y agencias de la ciudad de Oaxaca para anunciar actividades y abanderar causas sociales, cumplieron su tarea de difusión y hoy llegan como pieza de arte gracias al estilo que ha construido el diseñador a lo largo de más de dos décadas.
Carteles de Carlos Franco es la exposición que se inauguró el 9 de enero en la ciudad de Puebla donde permanecerá hasta el 20 de febrero de 2020. El curador de la muestra, Daniel Brena, comentó que los carteles de Franco “ilustran la efervescencia y la diversidad cultural de Oaxaca en las últimas décadas. También muestran el trabajo de una persona que ha trabajado con humor, asombro, y convicción por una ciudad”.
Franco comenzó a diseñar carteles en el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO) en el 2001, un espacio fundado por el artista Francisco Toledo.
Brena platicó que el diseñador “aún hacía sus prácticas profesionales cuando, un día, el director (del IAGO) le preguntó si podía hacer un cartel, «para mañana». Aunque no sabía utilizar la nueva computadora Mac que tenían, recordó el consejo de uno de sus maestros: «si no lo sabes hacer, di que sí puedes, y quédate a aprenderlo». Franco entregó el cartel al día siguiente, y se quedó más de una década diseñando carteles para las instituciones que fundó Toledo”.
Agregó que en Oaxaca los carteles de Carlos Franco son inevitables. “Anuncian, frecuentemente con humor, lo que está a punto de pasar. Y con la misma rapidez con la que se pegan, también desaparecen: «Un cartel tiene una vida de tres días», me dijo un día, confirmando mi sospecha de que el diseño de cartel es una de las prácticas artísticas más efímeras. Pero en el caso de Franco, tiene una característica más: la omnipresencia”.
Brena mencionó que “Oaxaca es suficientemente chico y Franco es suficientemente trabajador que, a veces, los muros parecen ser parte de una exposición del tamaño de la ciudad entera. Sin embargo a pesar de la ubicuidad de sus diseños, el diseñador sabe exactamente cuál es su papel: «un intermediario entre una institución y la persona que viene a pedir que suceda algo en esa institución»”.
En la presente exposición además de los carteles que anuncian algún concierto, exposición, ciclo de cine o presentación de danza, también están aquellos que tienen que ver más con las ideas y convicciones del autor.
El curador señaló que “Franco se dio cuenta que había otras cosas que podía anunciar con sus carteles: sus ideas y sus convicciones” y mencionó la vez que Francisco Toledo lo invitó a trabajar en una campaña en contra de que Mcdonald’s abriera un establecimiento en el Centro Histórico de la ciudad de Oaxaca.
“Franco se puso de inmediato a trabajar: «fui a la tienda y compré una bolsa de pan de hamburguesas. Luego caminé a una casa de cambio para comprar un dólar. Y finalmente fui por lechugas». El resultado de ese cartel, hecho de una manera dolorosamente manual, se imprimió tres mil veces. Y por unos días, parecía que no había otro anuncio más importante: Mc Donald’s no era bienvenido. La compañía recibió el mensaje y desistieron en sus intentos”.
Así como Franco construyó manualmente aquel cartel, hay varios más que ha resuelto de la misma manera, construyendo una idea que después pasará a un pliego de papel para cumplir su tarea.
Carteles de Carlos Franco, colaborador de distintas instituciones culturales como el IAGO y el Centro de las Artes de San Agustín (CaSa), entre otros, se puede visitar en la Galería de Arte Pedro Arrupe, S.J. en la Universidad Iberoamericana de Puebla.