OAXACA, Oax. (sucedióenoaxaca.com).- Son catorce mujeres con diversos perfiles y edades, las egresadas del segundo curso de plomería promovido a mediados de 2019 por el Instituto Municipal de la Mujer de Oaxaca de Juárez.
El curso fue impartido por Ricardo Mendoza, instructor del Instituto de Capacitación y Productividad para el Trabajo del Estado de Oaxaca (ICAPET), quien asegura que luego de 10 sesiones de tres horas cada una, ellas cuentan con las aptitudes necesarias para realizar instalaciones de gas, lavadora o tinaco, así como reparar regaderas y sanitarios, entre otras labores que requieren destreza con las pinzas, llaves y el soplete.
La mayor del grupo, Judith dedicada al diseño de modas, asistió al curso de plomería porque, dijo, es una mujer que le gusta aprender todo el tiempo.
“Siempre he sido una mujer independiente, yo misma arreglo lo que necesita mi casa: sé cambiar una regadera, un tanque de gas, componer una llave de agua; solo que ahora ya no voy tanteándole porque ya lo hago con seguridad”, relata rodeada de sus compañeras, quienes siguen reuniéndose cada semana y planean formar una empresa colectiva.
Raquel, una de las más jóvenes, platica que al contrario de Judith, ella “no sabía ni qué era un perico”, refiriéndose a la llave para aflojar y apretar tuercas.
“Me enteré por Facebook del curso y fui más que nada por curiosidad, porque me muevo en la corriente feminista. Ahora, pienso que como mujeres a veces nos especializamos solo en una cosa y dejamos pasar la oportunidad de aprender otras”. Además, “ya no me harán tonta si encargo un trabajo de plomería a otra persona”, expresa.
La historia de Laura es muy distinta; su pareja, dedicada a la construcción, la ha llevado en ocasiones a trabajar con él en alguna obra, y fue así como aprendió a elaborar mezcla y romper un muro de concreto, aun cuando ella es comerciante y laboratorista clínica.
“Me llaman la atención los oficios tradicionalmente masculinos. Creo que tengo el trauma de Bob el constructor”, indica refiriéndose a la serie animada española para niños. Ahora también cuenta con habilidades para realizar reparaciones hidráulicas.
Ivonne, contadora pública, laboraba en una empresa en el área administrativa, pero, confiesa, se aburrió y dejó la oficina para dedicarse a la contaduría de manera independiente, lo cual además le permitió tomar el curso de plomería, oficio que ha empezado a ejercer.
“Mi primer trabajo fue con una tía, como el plomero no llegaba me puse a instalar un lavabo y la taza de baño y un tinaco. Ya tengo mis herramientas básicas y mi mamá me está promoviendo con sus amistades”, comenta.
Matilde aprendió desde niña diversos oficios con su padre porque él quería que fuera independiente. Orgullosa comenta que ya realizó su primer trabajo de plomería por el que le pagaron mil pesos.
“Fui a poner una instalación de dos lavadoras, con tubo de cobre, lo que implica soldar. Es un trabajo que le hice a mi hermana y no le pensaba cobrar pero terminado e encargo me pagaron mi salario de día: ¡Mil pesos!”, exclama satisfecha.
Las catorce mujeres coinciden en que el curso de plomería fue para ellas como abrir una caja de pandora pues ahora quieren aprender más: pintura, mecánica, electricidad y otros oficios, a fin de formar una empresa que brinde diversos servicios.
La directora del Instituto Municipal de la Mujer, Jaqueline Escamilla Villanueva, recién puso en marcha el curso de construcción “Yo construyo rompiendo estereotipos”, en colaboración con la Secretaría de Desarrollo Social y Humano del gobierno estatal y la empresa Cemex, como parte de un programa permanente de capacitación para mujeres en oficios no convencionales.
El objetivo de estos cursos es brindar a las mujeres alternativas que les permitan avanzar en su desarrollo profesional y humano, ampliando así sus oportunidades de trabajo y que la igualdad se manifieste en todos los ámbitos, incluido el laboral, expuso Escamilla Villanueva.