GUADALUPE ÁNGELA*
He tenido la suerte de conocer la obra de Jessica Díaz, primero, a través de la revista El Poeta y su trabajo, después por sus dos libros anteriores: Proble-mas (cosas) y Monografías, mismos que presentó en la biblioteca Henestrosa.
Siempre me ha atraído el humor y la ironía en la poesía de Jessica Díaz, es algo muy refrescante ante los eventos solemnes y protocolarios que suceden a diario, alrededor de nosotros, incluso en la poesía mexicana. Se dice también que la poesía latinoamericana suele ser visceral y dramática. No digo que no haya drama en este poemario que hoy presentamos, pero se revela de otro modo; sabemos que la literatura es forma, de qué manera nos dice algo sobre la condición humana. Esa es la apuesta de Jessica: una forma distinta de decir las cosas.
Happy Endings, el título de este libro, se pudiera tomar de manera literal y pensar que aborda historias de finales felices, sin embargo, quien ya conoce el tono de Jessica, tiene algunas sospechas y aunque no lo conociera, la propia lectura le dirá que se trata una frase irónica. Estos “y vivieron felices para siempre” nos lo vendieron en los cuentos de hadas: Cenicienta, Blanca Nieves… Ahí veríamos delineado, por primera vez, al príncipe azul, a quien la voz lírica de este poemario le dedica varios poemas.
Crecimos, un buen número de lectoras de estos cuentos pensando que el príncipe azul existía y que lo encontraríamos una tarde, a la vuelta de la esquina, en la biblioteca o en la presentación de un libro; creíamos en ese happy ending –cuando sabemos que la vida es de alegrías repentinas, profundas tristezas y pérdidas inesperadas. Duele más esa creencia, más de lo que pensamos.
Cuando llegó a mis manos este ejemplar, me asombré del color de sus hojas: azul y más azul y al hojearlo, me hizo recordar las palabras de mi crítico favorito, Jonathan Culler, dice que para se dé el fenómeno literario, se requieren tres elementos: la puesta de manifiesto del lenguaje, la tradición literaria y la composición integral de la obra, esto se percibe de manera concreta en Happy Endings: las hojas azules y la disposición tipográfica en las páginas; la lectura de Mallarmé, Ezra Pound, Nicanor Parra, Hugo Gola, y la propuesta del lenguaje al llamar a los objetos por su nombre, sin tanto adjetivo, sin tantas figuras; sin embargo, la figura que se despliega es la hipérbole, la exageración, cuando dice: Príncipe azul (presente) gracias por, arruinarme la vida.
Edward Hirsch, en su glosario, al conceptualizar la hipérbole, comenta que la poesía está impulsada por las pasiones, y esas pasiones ya son exageraciones; del mismo modo, Fernando Pessoa afirmó que los poetas son unos mentirosos; yo estoy de acuerdo, pues la literatura es ficción, incluso la poesía, aunque el recurso sea confesional, al paso del tiempoy con el proceso de revisión por parte de la poeta, esa experiencia se modifica. La hipérbole nos aleja de lo literal y requerimos de la imaginación.
En Happy Endings hay una crítica a la idealización, pues esta nos provoca una caída más estrepitosa. Ese príncipe azul ha sido pues maléfico para el imaginario de las mujeres como para los hombres la idea de las princesas, aunque realmente cualquier ideal ya asegura un buen tropezón.
Hay un poema en el libro, “Love”, con una nota al pie que indica que está prohibido traducir, aunque es una palabra muy usada y bastante comercial, la poeta se aventura a presentarla en un juego tipográfico y espacial; aunque para muchos lectores les dará la impresión que solo es una sugerencia visual, el texto nos habla del anhelo del amor.
Happy Endings es una apuesta arriesgada de Jessica Díaz, pues se separa de las formas y figuras clásicas, apuesta por lo irónico, rompe con la presentación tradicional del poema. Sin embargo, para mí, como lectora, a Jessica Díaz no le basta la forma o la ruptura del lenguaje o no permanece en el hipervanguardismo –una crítica a la poesía actual; sino que ella no olvida el fondo, el tema de la desilusión amorosa.
La voz lírica parece ser de una joven que por primera vez se da cuenta que el príncipe azul no existe, Happy Endings aborda, de manera única, con un tono humorístico e irónico, la irrupción de la inocencia.
*Texto leído por la poeta Guadalupe Ángela en la presenrtación del libro “Happy Endings” de Jessica Díaz (Editorial Matadero 2018), el sábado 30 de marzo en la Biblioteca Henestrosa.