ERNESTO REYES / Fotografía: ARCHIVO FERNANDO MIGUEL
Por los elogios recogidos horas después de su fallecimiento, en mucho tiempo se hablará sobre el importante papel que desempeñaba, en la construcción de la Cuarta Transformación, un profesional del periodismo, la comunicación y los medios públicos: Virgilio Caballero.
No tengo duda de que el devenir de los medios públicos, tendrá mucho de lo que Virgilio anheló en su larga carrera. Antes de morir debió haber recibido, con satisfacción, que profesionales como Sanjuana Martínez, Aleyda Calleja y Jenaro Villamil- así como José Antonio Álvarez Lima y Gabriel Sosa Plata- se estén encargando, por decisión presidencial, de organismos públicos como Notimex, el Instituto Mexicano de la Radio, el Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano, Canal 11 y Radio Educación. Fue, de algún modo, un triunfo cultural de quienes como Virgilio han luchado por el derecho a la información y la democratización de los medios.
Sin hacer a un lado los temas que dominaba, sus últimos años los dedicó a la fundación del partido de López Obrador, Morena, mismo que lo hizo ganar como diputado federal, de mayoría relativa, en la 63 Legislatura, representando al tercer distrito con cabecera en Azcapotzalco.
En la primera legislatura de la Ciudad de México, actualmente en marcha, ocupaba el cargo de vocero de dicho grupo parlamentario. Como diputado federal, además de la Secretaría de la Comisión de Radio y Televisión, fue activo integrante del seguimiento a las agresiones a periodistas y medios de comunicación en la última etapa del gobierno de Enrique Peña Nieto. Pero donde ratificó su compromiso con la causa de los derechos humanos, fue cuando integró las comisiones de seguimiento a los hechos ocurridos en Nochixtlán, Oaxaca, el 19 de junio del año 2016, y por ser una de las múltiples voces que exigieron justicia por los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa.
Virgilio aseguraba que el control autoritario del poder político sobre la gente, se ha ejercido siempre a través del “periodismo de rodillas”, explicado como aquél que es corresponsable de la destrucción que ha vivido el país. Lamentaba la ausencia de un periodismo que informe, investigue, que vaya al fondo de los hechos, que contextualice; es decir, uno que contribuya a la construcción de un México nuevo pues – decía- “no puede haber democracia sin medios de comunicación democráticos”.
Durante sus 77 años de existencia, Virgilio Dante Caballero Pedraza –Tampico, Tamaulipas, 24 de febrero de 1942- Ciudad de México, 25 de marzo de 2019- no sólo ejerció el periodismo y el magisterio; dio cátedra en la Universidad Autónoma Metropolitana y la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Figuró, además, como fundador y directivo de varios sistemas estales de radio y televisión (Sonora, Quintana Roo, Oaxaca); conductor de noticiarios; notable entrevistador de canal 11 y 13 de Imevisión; creador de series televisivas; director-fundador del Canal del Congreso, Premio Nacional de Periodismo, en dos ocasiones, y merecedor del Homenaje Nacional de Periodismo Cultural Fernando Benítez, en la Feria Internacional del Libro 2014. También aportó su talento a medios digitales y alternativos, y siempre fue una voz muy respetada en la prensa, la radio y la televisión tradicionales.
Reconocida su capacidad de liderazgo, honestidad y creatividad, a Caballero Pedraza le debemos los oaxaqueños los fundamentos de lo que hoy es la Corporación Oaxaqueña de Radio y Televisión, donde todavía lo recuerdan muchos profesionales que siguen aportando su talento a la consolidación de este medio. Estuvo aquí entre los años 1988 y 1992.
Termino este artículo con una anécdota muy personal. En momentos en que se retiraba de Oaxaca, tras superarse un conflicto interno en la televisora local, Virgilio no dejó de preocuparse por la suerte de algunos de sus colaboradores. Y solicitó ayuda, cosa que en lo que a mí respecta, como responsable regional de la Agencia Notimex, hice con mucho gusto, en el ámbito de mis responsabilidades. Varios de ellos, comunicadoras y comunicadores talentosos, formados por Caballero, hoy siguen brillando en medios locales, regionales y nacionales, alumbrados por la luz que siempre les irradió un hombre valiente, digno y cabal a toda prueba. Otros, que permanecieron en esta fuente de trabajo, o emprendieron otros derroteros, deben sentir también su partida.
Antes de morir, dejó en su labor legislativa una iniciativa de Ley por la protección integral de personas defensoras de derechos humanos y periodistas en la Ciudad de México. Así como seguimos extrañando a personalidades como Manuel Buendía, Miguel Ángel Granados Chapa, Carlos Monsiváis y muchos otros con quienes Virgilio coincidió en su camino, se le recordará por su labor constructiva y de luchador a favor de la libertad de expresión y por la defensa del gremio periodístico. A sus amigos, familiares, colegas y ex colaboradores mi abrazo fraterno. Descanse en paz.