Cinéfago*: Sobre cine negro mexicano (crónica)
JOSUÉ SALVADOR VÁSQUEZ ARELLANES
OAXACA, Oax. (sucedióenoaxaca.com).- Ya es julio, mes de la Guelaguetza, pero también será un mes lleno de mucho cine en esta ciudad, pero de cine negro.
Este jueves 12 tuvo lugar la presentación de los libros Al filo del abismo: Roberto Gavaldón y el melodrama negro de Carlos Bonfil, y Mex Noir de Rafael Aviña, en la capilla del Centro Cultural San Pablo; evento organizado por Oaxaca Cine.
Rafael Aviña abrió micrófono leyendo un texto sobre el libro de Carlos Bonfil, donde destacó la labor de Roberto Gavaldón para poder construir un imaginario colectivo nacional, a partir de un cine negro a la mexicana.
Por su parte Carlos Bonfil habló sobre cómo el cine negro mexicano del siglo pasado puede dialogar con la época actual, tratando de comunicar a la nueva generación que el cine mexicano de la Época de Oro tiene que ver mucho con la actualidad, sobre todo desde la óptica de los vicios sociales, vicios que en el periodo de Miguel Alemán parecían absurdos, que con Salinas de Gortari llegó a niveles dramáticos, y que ahora con Peña Nieto llegaron a un nivel trágico; así que no es de extrañar el tono pesimista del género negro del cine mexicano.
Carlos Bonfil comentó cómo es que surgió este libro: una día a las 7 de la mañana, sonó el teléfono y al responder oyó una voz que dijo: “Soy Roberto Gavaldón…”, un tanto sacado de onda, quizá por la hora, Bonfil pensó que era una broma, pero enseguida la voz continuó: “… Roberto Gavaldón hijo”, quien le propuso escribir un libro sobre el trabajo de su padre, a lo que Bonfil respondió qué que podría escribir él si ya había un libro muy bueno sobre la vida y cine de Roberto Gavaldón, escrito por Fernando Mino (moderador de esta presentación) titulado La fatalidad urbana el cine de Roberto Gavaldón. Gavaldón hijo insistió, a lo que Bonfil accedió como un reto: si Roberto Gavaldón logró hacer películas por encargo y aun así logró imprimirles un sello personal, él podría hacer lo mismo con un libro por encargo. Así es como nació Al filo del abismo.
En una especie de agradecimiento retribuido, Carlos Bonfil leyó un texto sobre el libro de Rafael Viña donde destacó que Mex Noir es un excelente trabajo de investigación riguroso, que permite tener una cartografía nacional del delito y del periodismo policiaco como fuente de inspiración argumental y visual; como si fueran extraídas del trabajo de Enrique Metinides. Mex Noir es un libro en el que Rafael Viña revela su amor al cine negro mexicano, su vicio secreto, su pasión pública.
Rafael Viña compartió una anécdota de su infancia: un día caminando por la calle con su padre, se soltó de éste para acercarse a un accidente que había tenido lugar ahí cerca. A sus 6 años, recuerda que no le impactó la sangre del cuerpo tendido, sino el rostro de las personas que observaban: eran rostros de repulsión pero también de fascinación. Quizá por eso le llamó la atención el cine negro mexicano, por el efecto que causa(ba) en las personas, y que es algo que proviene desde la época de los hermanos Lumiere con la grabación de Un duelo a pistola en el bosque de Chapultepec (1896); porque son este tipo de hechos los que existen ocultos, pero que mueven al país.
El crítico de cine en La Jornada desde 1990, Carlos Bonfil, le preguntó al moderador Fernando Mino, sobre el origen de su interés de querer escribir sobre Roberto Gavaldón. En primera, dijo Mino, porque vi varias de sus películas en la televisión cuando era niño, y le llamó mucho la atención que a diferencia de las demás películas, los finales de Gavaldón eran trágicos que no era el común denominador de las películas, además que después quiso saber por qué Jorge Arriaga descalificaba el trabajo de Gavaldón, por lo que se adentró mucho más en sus películas para averiguar si quizá las había visto de otra manera que no eran.
Por su parte Rafael Viña compartió su admiración por el actor David Silva, quien pasó de ser galán de la pantalla grande, a participar en películas de Jodorovsky y otras de cine negro donde parecía que se reía de sí mismo, y de su estado de salud decadente. Y también comentó de cómo María Félix salió del circuito del cine nacional por culpa de Mario Moreno Cantinflas.
Ya en franca conversación con el público, la primera pregunta la lanzó Isabel Rojas, directora de Oaxaca Cine, quién pidió que se indagara más sobre cómo se vinculan las nuevas generaciones con el cine negro mexicano de antes; a lo que Carlos Bonfil respondió que hay vasos comunicantes, una especie de espejo, entre el cine negro de antes con el cine negro de hoy; sigue habiendo una sed de mal. Pero a esto se debe sumar una labor institucional de restaurar, exhibir y programar las películas mexicanas de la Época de Oro, y ahora que por ejemplo se está revalorando el trabajo de Gavaldón, ver cómo dialogan sus películas con el nuevo público.
Fernando Mino le preguntó a Carlos Bonfil sobre el origen del cine negro y de cómo llega a nosotros, a lo que el maestro comentó cómo el concepto de film noir es un invento de la crítica francesa quienes leían novelas de “serie negra” (policiaca) por lo que la consideraron literatura negra, así que por añadidura se comenzó a hablar del cine negro (noir); y agregó que la atmósfera de escepticismo que hay en directores europeos se deriva de la posguerra, por lo que no extraña que en estos tiempos de “fascismos” modernos surja un gusto por el cine negro actual.
Bonfil ahondó un poco más al señalar que una característica del cine negro es la ciudad, como algo vivo, insípido, inhabitable, como la mujer fatal, donde más que atracción, hay una situación de la urbe ominosa; y donde el personaje principal está perdido y no se sabe si podrá sobrevivir.
Por su parte Rafael Aviña agregó que la ciudad en el cine negro es reconocible, con un simbolismo fuera de serie, donde por ejemplo el Monumento a la Revolución puede significar eso mismo, la Revolución y a los individuos que acoge bajo ella; o cómo un pedazo de periódico con la foto de alguien es meada por un perro, y barrida como señal de que ya no es nadie.
Una chica pelirroja con una cámara fotográfica muy singular, preguntó si dentro de la época de cine negro mexicano, hubo alguna mujer directora, a lo que Rafael Viña respondió que sólo está el caso de Matide Landeta.
Alguien más preguntó sobre cómo percibían Carmín Tropical del oaxaqueño Rigoberto Pérez Cano, y de lo que podría estar significando esa película en un contexto actual, a lo que Carlos Bonfil dijo que esta película era un claro ejemplo de la influencia de manera artística del cine negro en una voz actual del cine, donde el tema de crímenes de odio ahora son las tramas del cine noir; pero que saca a relucir lo que puede haber detrás (truculencias, patologías) de alguien que mata con saña.
Ya sea en el neo noir o el neo thriller, los feminicidios es un tema que se asoma, lo que nos debe hacer consientes de la complejidad del cine y de la realidad lacerante, violenta; por lo que se necesitan nuevas formas narrativas e interpretativas.
Y a todo esto se debe sumar la labor que deben hacer las instituciones en apoyo al cine mexicano, en conjunto con la labor heroica que hacen al margen del gobierno, iniciativas de gente en verdad interesada en el cine, y que se preocupa por generar un público, un público que exija entretenimiento inteligente.
Rafael Aviña no ve tan desolador el panorama del cine nacional, con el próximo cambio de gobierno al menos se ha señalado que se buscará que el cine nacional tenga garantizada una mayor y equitativa exhibición. Así mismo señaló que debe ser así, pues hay películas como La Búsqueda o Somos Maripepa que no se han logrado exhibir en forma por esto mismo, siendo que son de lo más interesante del cine nacional actual; así que dijo que es posible que sea necesario un cierto nacionalismo, pero también una educación sobre imagen y cine mexicano; o una guía de consumo estético como definió Fernando Mino.
Alguien más pregunto sobre el cine de horror en México, a lo que Rafael Viña respondió que el género de horror siempre tiene de trasfondo algún problema social y la violencia, donde los monstruos son símbolos de lo atroz. Algo similar pasa con el cine negro, como por ejemplo con la película El Vigilante (Ariel 2018 a Mejor Ópera Prima) donde el universo del protagonista es una metáfora de lo que pasa en el país, donde temas como la corrupción que antes eran incómodos, ahora son coloquiales.
Bonfil Agregó que el cine de horror en Estados Unidos, logró en su momento retratar la histeria colectiva, por ejemplo, derivada de la Guerra Fría, transfigurando esos miedos en historias de cine que creaban ciertas atmósferas.
Ya por último, Carlos Bonfil señaló que para él es un consuelo que haya tanta cinefilia en Oaxaca, un lugar que ha visitado varias veces, y que agradece el interés que hubo en esta charla que se volvió muy amena, pues aseguró que esta misma actividad en la Ciudad de México no hubiera sido igual de intensa. Ya por su parte, Rafael Aviña agradeció la retroalimentación del público, pues aseguró, “uno aprende más de ustedes, que ustedes de nosotros”.
Mex Noir: La delincuencia en México. Corrupción y miseria. El traspatio del alemanismo
Aquí un fragmento del libro Mex Noir y que Carlos Bonfil incluyó en su texto:
“[…] En esencia, todo se reducía a la misma trama contada una y mil veces, alimentada una y otra vez, con sangre y lágrimas.
Delitos, abusos, latrocinios. Acuchillados, suicidas, redadas de prostitutas y cabaretes, hampones y “lilos” en actos criminales atrapados in fraganti. Hoteles de paso, clínicas clandestinas de abortos, comisarías de policías, morgues. Acusados y procesados, jueces, ministerios públicos, oficiales de a pie, agentes encubiertos, camilleros, médicos forenses, amantes, queridas, delincuentes, raterillos, abusadores de menores, niños extraviados, “manfloras” y sodomitas. Lágrimas y borbotones de sangre roja y oscura, expuestas en imágenes sepia y blanco y negro. Veneno para rata, sosa cáustica, cuchillos cebolleros, machetes, navajas, casquillos de bala de calibre 22, 45, ó 38 especial, Inocentes despedazados por el tren, atropellados, decapitados, mutilados y tasajeados. […]”.
Clásicos del cine negro y criminal
Del 25 al 31 de julio, Oaxaca Cine proyectará 10 películas en programa doble con una selección de lujo que incluye cada día, una película mexicana a las 18:00 hrs., y una extranjera para contrastar a las 20:00; así que deje todo y vaya a verlas.
Consulte cartelera aquí: http://www.oaxacacine.com/peliculas/julio-entre-sombras/
Cabe señalar que la curaduría de la programación estuvo a cargo de Carlos Bonfil, Rafael Viña y Fernando Mino.
Cinéfago: El que tiene el hábito de comer y devorar cine.
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