JOSUÉ SALVADOR VÁSQUEZ ARELLANES
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Lady Bird | Verdad o Reto | Isla de Perros | Noche de Juegos | Los Extraños: Cacería Nocturna | El Robo Perfecto
El Aperativo
⋆ ⋆ ⋆ Vale la pena
Lady Bird narra la historia que ya hemos visto varias veces, sobre la complicada decisión que debe tomar una adolescente de 17 años al momento de escoger su futura universidad, sólo que en esta ocasión Saoirse Ronan (Globo de Oro a Mejor Actriz) nos regala una actuación muy fresca, orgánica y audaz sobre cómo anteponer la felicidad y convicción propia, ante una madre (sobre)protectora, que es la única forma que encuentra para demostrarle cariño a su hija.
Quizá dirigida para un público más adolescente, pero que sin duda también tendrá resonancias, al preguntarnos si estamos en el camino que elegimos y si ya conocimos, antes o ahora, la mejor versión de nosotros mismos (¿?).
El Entremés
⋆ ⋆ Puede verla
Mientras veía Verdad o reto, tuve que soportar a un trío de adolescentes que no paraba de reír y de hablar, y que además no tuvieron la decencia de llevarse su basura de lo que colaron en el cine (luego por eso queman el asunto y a uno le cuesta trabajo colar sus cosas).
La película guarda una estructura algo congruente con lo que propone, sin dejar de lado algunos detalles. Tampoco va a revolucionar el género, pero creo que el asunto de asumir decir la verdad, o de aceptar hacer algo a costa de no perder la vida, ponen sobre la mesa el asunto de hasta dónde seriamos capaces de asumir las consecuencias de revelar un secreto, o de hacer algo que quizá sí deseamos pero que en la vida “normal” lo consideramos inapropiado.
Aunque se pone a México como el origen de esta maldición diabólica, el grupo de amigos que son víctimas, cumple con las personalidades requeridas para la historia, además que incluye de manera creíble el uso de la tecnología, y la manifestación diabólica por medio de los rostros es tenebrosamente atractiva.
El Plato Fuerte
⋆ ⋆ ⋆ ⋆ ⋆ Deje todo y corra a verla
Haiku sobre una Isla de Perros
Los perros ladran,
lejos, un niño busca.
Es la amistad.
Lo primero que es innegable en Isla de Perros, es que es una película de altísima calidad y con un cuidado tan obsesivamente perfecto, como muy pocas veces vemos hoy en día en el cine. Y sin duda, será la mejor película de animación del año. Es más, de una vez apostamos a que se lleva el Oscar en esta categoría. #Recuérdeme
El stop-motion siempre es una técnica de animación digna de aplaudirse por el gran esfuerzo que requiere. Para Isla de Perros que corre a 12 cuadros por segundo y que dura 101 minutos, de debieron crear al menos 72 mil 720 fotogramas para crear la ilusión de movimiento. A eso sumarle el gran acabado artesanal, detallado y fino de cada uno de los personajes: observe el pelaje, el brillo en los ojos, el flujo del viento, el movimiento de sus bocas u hocicos según sea el caso.
Pero para acabar pronto vea el video del Detrás de cámaras de Isla de Perros sólo para que se dé una idea del alto grado de complejidad que requirió una película de este calibre. Y si a eso sumamos la cuidadosa simetría de cada una de las tomas y encuadres, sin problemas afirmaríamos que Wes Anderson es el Stanley Kubrick de la animación.
Wes Anderson es un niño grande que sigue jugando pero ahora con “muñequitos” de confección perfecta. Pero en el fondo está eso: el juego. De entrada el título es un juego de palabras: cuando se pronuncia en inglés Isle of Dogs se asemeja a la pronunciación de I Love of Dogs. Y aunque la historia es inmersiva, el mismo Wes deja rastros de que todo esto es una ficción confeccionada: el algodón que funge como nubes o polvo, el papel celofán para simular el fuego.
Pero no es un simple capricho. Por muy texano que sea, Wes Anderson, dentro de este homenaje a la milenaria cultura nipona, entiende el arte de Bunraku[i] por ejemplo, el teatro japonés a base de marionetas que es manipulado por actores vestidos de negro. Es decir, la forma en que una ficción se vuelve real frente al espectador pero que deja ver un poco de la mano que manipula, con destreza, la marioneta. El punto medio donde ficción y real conviven y se vuelven arte.
Ahora bien, hablar de Japón es hablar de un país que siempre reconoce su historia y que al mismo tiempo está a la vanguardia en tecnología, y es algo que la película refleja también. Pero lo que destaca es cómo los japoneses hacen un arte cada aspecto de su vida: el arte de capturar un instante por medio de haikus, el arte de la caligrafía, el arte de cocinar sushi, el arte del origami, el arte la fuerza (sumo), el arte de la pintura y el dibujo. Y ningún mejor homenaje que haciendo una animación (Bunraku) que requirió la paciencia y trabajo artesanal de un samurái del cine (Kurosawa) como lo es Wes Anderson; de esos que ya casi no existen.
Y lo mejor aún, siendo una carta de amor al mejor amigo del hombre, lo más conmovedor es cómo pese a no hablar el mismo idioma, un perro se vuelve amigo de un niño, y de cómo Atari nos hace ver: ellos, los perros, siempre están con nosotros, y nosotros, ¿qué hemos hecho cuándo ellos están nos necesitan? Muchas veces los abandonamos, cuando ellos dan hasta la vida por nosotros, no importando el riesgo que corran; pues no hay mejor muestra de amor y lealtad que la de luchar de modo feral por un amigo, en el alto nombre de su amistad.
El Postre
⋆ ⋆ Puede verla
Noche de juegos es otra más de las comedias Slapstick (violencia física) protagonizadas Jason Bateman ahora en compañía de Rachel McAdamns (Diario de una pasión), donde se plantea una situación dramática (el secuestro de un personaje), pero que da lugar a chistes y situaciones cómicas como extremas que se toman con humor aunque se ponga en riesgo la vida.
Lo que quizá salva a esta película, es que construye una trama en la que contantemente se descubre que todo lo que sucedía no era real, que era un artificio organizado por alguien más; o viceversa, de cómo lo real irrumpe en el artificio; pero como ni los personajes lo saben, esto se vuelve en vez de trágico algo cómico y chusco.
Aunque con situaciones exageradas propias del género, la química entre los actores salva a esta comedia que de paso nos pretende enseñar que lo importante no es ganar, sino saber jugar.
La Gula
⋆ No se moleste
Los Extraños: Cacería Nocturna tarda 30 minutos en plantearte la situación y los personajes, que cabe señalar, no son más que una familia en medio de un lugar que apenas conocen en medio de la noche. Así que casi media película nos la pasamos escuchando diálogos súper vacíos entre padres y hermanos que ni aportan a la trama ni a los personajes.
Después comenzarán a asustarnos con la presencia extraña de personajes enmascarados tétricamente, y comenzar la cacería de cada uno de los miembros de la familia, por los cuales no se siente ninguna empatía o lástima, pues nunca conectaste con ellos pese a la media hora de introducción.
Hay un abuso de los zoom como si eso intensificara porque sí el miedo, y todo es tan arbitrario que se ve que sólo querían hacer (vaya, qué sorpresa), una película más de miedo para adolescentes, que no cuestionarán el final abierto que sólo promete (eso sí da miedo) el nacimiento de otrora nefasta saga de películas disque de horror y violencia gráfica.
Hubiera preferido que llegara Venganza del más allá, esa si promete ser algo gore.
La Sobremesa
⋆ ⋆ Puede verla
Aunque no estreno pero todavía en cartelera, sobrevive El robo perfecto, protagonizada por Gerard Butler (300) y nada menos que por 50 Cent.
Sin esperar mucho, resulta ser palomera ideal para pasar el rato viendo buenas dosis de enfrentamientos a balazos y astucia entre el grupo de policías, y el grupo de sofisticados asaltantes; pero ambos con conductas al margen de la ley y que junto con un aurea de chicos malos “bien parecidos”, nos dejan entrever que cualquiera poder ganar o perder.
Aunque con algunas leves fallas de guion y falta de motivaciones claras en algunos personajes o situaciones, el giro de tuercas final quizá valga la pena.
Cinéfago*: El que tiene el hábito de comer y devorar cine.
#BoneAppétit
[i] Teatro de marionetas japonés en el que tres actores vestidos por completo de negro, y solo uno de ellos con el rostro descubierto, mueven la marioneta sobre el escenario usando sus brazos directamente sobre ella en lugar de hilos. La marioneta tiene movilidad en extremidades, ojos y boca. Otros actores al fondo del escenario, a modo de coro, ponen la voz.