OAXACA, Oax. (sucedióenoaxaca.com).- Este fin de año, Nathanael Lorenzo Hernández baja la cortina con el estreno de su tema y videoclip “Mujer faisán, mujer mariposa”, inspirado en la mujer de la Cuenca del Papaloapan, y con el corazón en calma porque, dice, “he aprendido a perdonar”.
Para el director del Instituto Intercultural Calmécac 2017 fue un año en extremo doloroso porque perdió a uno de sus alumnos, Luis Cruz, asesinado por un integrante del sindicato Libertad en San Lorenzo Cacaotepec.
El presunto homicida fue detenido luego de la exigencia pública del maestro Nathanael durante un concierto en el teatro Macedonio Alcalá en julio pasado.
El flautista, compositor y director musical, originario de Nejapa de Madero, asegura que no obstante el dolor por la muerte de su “chamaco”, y a pesar de las dificultades que ha enfrentado en algunas comunidades para sacar adelante su proyecto musical, ya aprendió a perdonar.
“Y cuando empecé a perdonar las cosas han ido mejor”, dice, y enumera tres logros que este año le han brindado satisfacción.
“En mi pueblo, Nejapa, donde alguna vez me negaron apoyo para instalar mi escuela, ahora tenemos una sede del Calmécac. Me siento feliz de mis tres nacionalidades: de San Pedro Quiatoni, Nejapa de Madero y San Juan del Río (sede oficial de la institución musical que dirige); en San Juan ya hasta hice mi primer servicio como vocal de agua potable”, comenta.
En tercer lugar, habla notablemente contento, su carrera personal como compositor ha empezado a crecer después de dejarla a un lado temporalmente para enfocarse 100 por ciento al Instituto.
“Acabo de dar un concierto yo solo con mi guitarra, que es algo que siempre deseo, en Alotepec Mixe, en casa de mis padrinos. Además de hacer algo que deseaba, me regalaron frijol, azúcar, cosas para la cocina de mis chamacos. Así pasa donde quiera que voy a cantar”, relata.
Pero que no se piense que por eso Nathanael ha dejado de ser el “alma rebelde” que mucha gente conoce, aclara, porque su rebeldía, lo deja en claro, “es inmanente y no es negociable”.
“No lo tengo estudiado, pero si algo me queda claro es que en las comunidades indígenas de Oaxaca la rebeldía ha sido nuestro blindaje, y es la que nos ha mantenido en pie desde tiempos de la Conquista y la Colonia. Pero esa misma rebeldía, sumada a las guerras que hemos vivido y a las tropelías del PRI, han hecho que olvidemos a veces las palabras amor, perdón, dignidad, lealtad, y en esas estamos, entrando a nuevos procesos de rebeldía sin rencores”, comenta mientras da sorbos a una taza de café.
“Los oaxaqueños somos en el fondo gente chula que sabemos compartir la mesa. Estamos alcanzando una madurez para ver que si bien hay desgracias, también tenemos belleza, paisajes, hombres y mujeres que trabajan pacíficamente por sus comunidades. En mi caso, no soy bipolar, soy el mismo Nathanael rebelde de siempre pero más maduro”, agrega.
-Los envidiosos dirán que el tema “Mujer faisán, mujer mariposa” lo compuso por el apoyo que ha brindado la diputada tuxtepecana Karina Barón al Instituto Calmécac…
-Los envidiosos podrán decir eso y yo les respondo: sí, sí es cierto. Contestar que no sería una hipocresía de mi parte, y eso no está entre mis dones. Ella me inspiró y me ayudó a llegar a su región que realmente me tiene fascinado.
-¿Es proselitismo encubierto en pro de Karina Barón?
-No. En absoluto. No le veo la necesidad. El arte es una bandera demasiado cabrona pero con un gran peso político propio, tanto que algunos políticos que la han sabido utilizar han obtenido buenos resultados, pero son contados. Que me digan qué otros diputados quieren gestionar recursos para cultura.
-¿No le teme a que lo acusen de vender su trabajo a los políticos?
-En Oaxaca somos creadores por naturaleza y lo podemos hacer para dar vestido y sustento a nuestra familia, o para crecer como artistas y luego vender la obra. Pero, ¿quiénes compran arte? Los políticos y los millonarios. Al Instituto Intercultural Calmécac le contratan conciertos políticos o gente adinerada, igual que a Toledo le compran sus cuadros. Con eso mantengo las cuatro sedes del Instituto y hacemos nuestra vida cultural. Pero una cosa es que consuman mi obra y otra que quieran apropiarse del creador.
A 10 años de haberse decidido por la música comunitaria, después de haber sido integrante de la Orquesta Sinfónica de Oaxaca y discípulo de afamado flautista Horacio Franco, y a cinco de haber fundado el Instituto Intercultural Calmécac, Nathanael Lorenzo Hernández mantiene la convicción de que la creación en comunidad es lo que sostiene a México, y particularmente a Oaxaca, a pesar de la ineficacia de sus gobernantes y la delincuencia organizada.
Bajo este enfoque, conjuntamente con la diputada Karina Barón llevó este año a Tuxtepec, la región de Oaxaca más azotada por el crimen organizado, el programa Arte y Cultura en tu Comunidad que incluyó funciones de cine, clases de música, exposiciones y conciertos, además de haber regalado a la Cuenca su canción “Mujer faisán, mujer mariposa” interpretada por integrantes del Taller de Son de Casa Sotaventina, y video producido por Chante Audiovisual que dirige Yamurith Gallegos.
El Instituto Intercultural Calmécac cuenta en la actualidad con dos sedes en San Juan del Río y Nejapa de Madero. Además de brindar conciertos participa en “Gozonas” y fiestas patronales donde se les invita pues mantienen como banda filarmónica su esencia comunitaria.