ENGRACIA CASTRO/Fotografía: CARMEN LETICIA PACHECO
LACHIGOLÓ, Oax. (sucedióenoaxaca.com).- Comer el ma’atsy es disfrutar el calor, el sabor, el humo, satisfacer el hambre y el antojo, sin embargo, el significado es más profundo.
Comer el ma’atsy o mïï’kx en algún lugar fuera de nuestra comunidad, nos remite a nuestra niñez, a nuestro hogar y a nuestro origen.
Quienes tenemos la fortuna de consumir este alimento, nos recuerda cuando nos sentábamos de pequeños alrededor del ma’atsy tex (recipiente de barro) a comer y a escuchar la plática, los cuentos, las historias o los consejos de los papás y abuelos, esos espacios o esos momentos que se dan muy poco en la actualidad por otras distracciones.
Al prepararse en texïm (utensilio de barro) simboliza la unidad, el agradecimiento, la petición porque para algunas comunidades es un alimento ritual ejemplo: se consume el día 01 de agosto para recibir la temporada de hambruna, meses en los cuales casi no hay alimentos.
Cuando se consume de manera individual y en plato es más conocido como mïï’kx propiamente como antojo, o un alimento de fácil preparación y es más común.
El ma’atsy puede ser bañado con salsa de pepita molida, frijol espesado con masa (xëk’uu’p), salsa de jitomate, salsa de chile seco menos picoso y se acompaña con carne asada, pescado asado, atole blanco, café o cualquier quelite hervido con sal.
Al trasladar este alimento en otro espacio fuera de una cocina ayuuk pierde un poco el sabor, el color, la presentación; tiene que ver mucho el entorno y la sazón de quien lo prepare. Además por lo regular se consume poniendo en el suelo el recipiente y sentados sobre unos banquitos no muy altos.