Es posible que nos pongamos más creativos en el sueño, le resultará extraña la afirmación, me refiero a esto, en el sueño me encuentro con escritores queridos, maestros que me invitan a participar de la clase de literatura que imparten, a mí, que soy tan mal alumno; ellos ocupan una parte del sueño, son los mismos que cuentan para su obra con un sitio en el tiempo consciente, real, con sus teorías sobre la fantasía, el mundo irreal, ficticio de novelas y poemas donde los marginados toman inverosímiles niveles de protagonismo.
Dos
Me duele el cuello, informo al relato. Dejo caer la libreta y salgo al patio a ver si ya puso la marrana. Para algo deberán servir las puertas abiertas. Para algo más que estar al servicio de la tradición que obliga al canon literario.