Querida Alicia:
Quién iba a decir, estás a punto de descarrilar la carrera presidencial de Donalito Trump. Ese mequetrefe adinerado a quien los conservadores republicanos –en qué momento se les ocurrió- hicieron su candidato a la presidencia de los Estados Unidos.
Porque una cosa te voy a decir Alicia, el mérito es tuyo. ¡Ah claro! Ni de Obama, ni de Slim, ni del New York Times. Tú te llevas todas las palmas. ¿Qué no a ti te dijo Miss Piggy y tuviste que tomar valor y sacar fuerzas de flaqueza para regresarle en la cara todas sus cochinadas? Mira, si a mí me hubiera dicho algo así, lo agarro a madrazos. Así resolvemos los machos nuestras diferencias.
Pero tú no eres hombre, yo sí; tú eres reina, yo no. Esto es lo que llaman las feministas las diferencias de género. Unos somos hombres y nos puede ir bien o mal, y otras son mujeres y muchas veces les va bien, pero a la mayoría les va de la chingada. Esto se explica porque vivimos en un patriarcado. Es largo de explicar.
En este caso, tu historia puede tener un final feliz. Te felicito tanto por la acción contra ese patán que hasta soy capaz de promover el voto latino en favor tuyo –voten por la Reina- porque la mera verdad tampoco la Hillary me convence. Esta carta solo era para felicitarte y para pedirte que me mandes tu autógrafo.
Atentamente
El Sermón
Fotografía: DANNY MOLOSHOK/REUTERS